martes, 28 de agosto de 2012

EXODO CAP 25

Capítulo 25


Las contribuciones para la construcción del santuario


1 El Señor dijo a Moisés:
2 Ordena a los israelitas que me preparen una ofrenda. Después ustedes la recibirán de todos aquellos que vengan a traerla voluntariamente.
3 Las ofrendas que recogerán son estas: oro, plata y bronce;
4 púrpura violeta, púrpura escarlata y carmesí; lino fino y pelo de cabra;
5 cueros de carnero teñidos de rojo, pieles finas y madera de acacia;
6 aceite para las lámparas, perfumes para el óleo de la unción y para el incienso aromático;
7 piedras de ónix y piedras de engaste para el efod y el pectoral.
8 Con todo esto me harán un Santuario y yo habitaré en medio de ellos.
9 En la construcción de la Morada y de todo su mobiliario te ajustarás exactamente a los modelos que yo te mostraré.


El Arca

10 Tú harás un arca de madera de acacia, que deberá tener ciento veinticinco centímetros de largo por setenta y cinco de ancho y setenta y cinco de alto.
11 La recubrirás de oro puro por dentro y por fuera, y pondrás alrededor de ella, en la parte de arriba, una moldura de oro.
12 También le harás cuatro argollas de oro fundido y se las colocarás en los cuatro extremos inferiores, dos de un lado y dos del otro.
13 Asimismo, harás unas andas de madera de acacia, las revestirás de oro,
14 y las harás pasar por las argollas que están a los costados del arca, para poder transportarla.
15 Las andas estarán fijas en las argollas y no serán quitadas.
16 En el arca pondrás las tablas del Testimonio que yo te daré.

La Tapa del Arca y los Queribines

17 También harás una tapa de oro puro, de ciento veinticinco centímetros de largo por setenta y cinco de ancho,
18 y en sus dos extremos forjarás a martillo dos querubines de oro macizo.
19 El primer querubín estará en un extremo y el segundo en el otro, y los harás de tal manera que formen una sola pieza con la tapa.
20 Ellos tendrán las alas extendidas hacia arriba, cubriendo con ellas la tapa; y estarán uno frente a otro, con sus rostros vueltos hacia ella.
21 Después colocarás la tapa sobre la parte superior del arca, y en ella pondrás las tablas del Testimonio que yo te daré.
22 Allí me encontraré contigo, y desde allí desde el espacio que está en medio de los dos querubines, yo te comunicaré mis órdenes para que se las transmitas a los israelitas.


La mesa de los panes de la ofrenda

23 Tú harás, además, una mesa de madera de acacia, de un metro de largo por medio metro de ancho y setenta y cinco centímetros de alto.
24 La recubrirás de oro fino y le colocarás alrededor una moldura de oro.
25 Luego le pondrás un borde de un palmo de ancho, y adornarás todo el borde con una guirnalda de oro.
26 Después harás cuatro argollas de oro, y las ajustarás a los cuatro ángulos que forman las cuatro patas de la mesa.
27 Las argollas estarán bien cerca del borde, a fin de que sirvan de sostén a las andas que se usarán para transportar la mesa.
28 Harás las andas de madera de acacia y las recubrirás de oro; ellas servirán para transportar la mesa.
29 También harás fuentes, vasos, jarras y tazas de oro puro para las libaciones.
30 Y sobre la mesa pondrás los panes de la ofrenda, que estarán siempre ante mí.


El candelabro

31 Harás, asimismo, un candelabro de oro puro. Tanto la base y el tronco del candelabro como los cálices, los botones y las flores que le servirán de adorno, serán forjados a martillo y formarán una sola pieza.
32 De sus lados saldrán seis brazos: tres de un lado y tres d el otro.
33 Cada uno de estos brazos tendrán tres adornos en forma de flor de almendro, los tres con un cáliz, un botón y una flor.
34 El tranco del candelabro, en cambio, tendrá cuatro adornos de esa misma forma, distribuidos de esta manera:
35 un botón irá debajo de los dos primeros brazos que salen de él, el otro estará debajo de los dos siguientes, y un tercero, debajo de los dos últimos.
36 Los botones y las flores formarán una sola pieza con el candelabro, y todo estará hecho con un solo bloque de oro puro, forjado a martillo.
37 Después harás siete lámparas y las dispondrás de manera que envíen la luz hacia adelante.
38 Las tenazas para arreglar los pabilos y sus platillos serán de oro puro.
39 Para hacer el candelabro y todos estos utensilios se empleará un talento de oro puro.
40 Y ten cuidado de hacerlo conforme al modelo que te fue mostrado en la Montaña.

http://www.vatican.va/archive/ESL0506/__P25.HTM

Vaticano: Niña Down encarcelada por quemar el Corán no sabe leer

Vaticano: Niña Down encarcelada por quemar el Corán no sabe leer


"Parece imposible que la niña mostrara ningún desprecio por el libro sagrado del islam", precisó luego el Cardenal Tauran.
Esta no es la primera vez que el Vaticano se pronuncia ante este tipo de casos. También solicitó la libertad de Asia Bibi, una madre católica de cinco hijos que aún sigue en la cárcel acusada de blasfemar contra el Corán y condenada a muerte, cargo por el que ella siempre se ha declarad completamente inocente.

lunes, 27 de agosto de 2012

Fwd: FW: caravana

Allá van las próximas fechas:


4.- Entrega de la antorcha a Comunidades de Lota, con una Eucaristías el
> lunes 27 de Agosto en la Parroquia San Matáis Apóstol, (invitación abierta a
> los que deseen asistir), misionando los dias 28, y 29 en la zona del carbón.
>
> 5. Entrega de la antorcha a hermanos de las Comunidades de Tome, el 30 de
> agosto, misionando los dias 31, de agosto y 1 de septiembre.
>
> 6. El primero de Septiembre en la tarde, regresa la antorcha a Concepcion,
>
> 7.- Entrega antorcha Diócesis de Chillan, los hermanos que quieran
> acompañarnos, tenemos un bus que saldrá de la Parroquia San José el dia
> domingo 2 de septiembre, a la 9.40 hrs, regresando en la tarde del mismo
> dia, aprox. 18,30hrs .
>
> Valor pasaje $3500, FAVOR Confirmar asistencia, los cupos se llenaran por
> orden de inscripción, a mas tardar el viernes 31 de agosto,.Animen se y
> acompañemos la caravana.
> Inscripción, con sus guias, o a nuestros fonos. 2739589- 09 62873896-- 09-
> 56076232
>
> 8. Finalizacion de la caravana teatro Caupolican, el 2 de Noviembre mas
> información se entregara el Sábado 8 de septiembre en reunión de servidores,
> en San José
>
> Hermanos recordamos llevar globos, pompones,y 20 mensajes por comunidad para
> entregar en la plaza.
> Recuerden color rojo comunidades de Lota
> color celeste, Talcahuano
> Tome, color blaco
>
> Bendiciones,
> David y Ximena
> Servidores







Atte.,



Roberto _ Jericó

viernes, 24 de agosto de 2012

Fwd: Información de Gerardo Lizama RECORDATORIO

Hermanos y hermanas,

Paz y bien:


Les reenviamos la información relacionadas con las actividades de la RCC, enmarcadas en la celebración del Aniversario Nacional Nº40.


Lo más inmediato son las actividades que comienzar hoy viernes, y continúan el sábado y domingo. La información que envió el hermano Gerardo es la siguiente:






Estimados Hermanos, paz para ustedes, les envío información de las próximas actividades a nivel diocesano en que debemos participar y también a nivel parroquial.



En lo que respecta a nivel parroquial. Se va a celebrar el mes de la merced en Septiembre. Las actividades parten con una misa el día 24 de agosto y posteriormente, en el mes de septiembre se van a formar alianzas de competencia. Dichas competencias estarán diseñadas para la edad de los parroquianos y consistirá en dos días de competencia y participación que van a ser en 2 fines de semana de Septiembre. Es necesario que contesten los que quieran participar ya que de acuerdo al número de participantes se confeccionarán las actividades. La respuesta debe ser a la brevedad.



En lo que respecta a actividades carismáticas, les comento lo siguiente:

Este año se celebran los 40 años de la renovación carismática en Chile y se ha elaborado una campaña a nivel nacional denominado CHILE PARA CRISTO. Para tales efectos el día 15 de agosto comenzó esta campaña con una primera actividad llamada "La caravana de la Bendición". Consiste en una antorcha que llega a Concepción el día Viernes 24 de Agosto a la Catedral. Ahí comenzaremos con cánticos, alabanzas y adoración al Santísimo desde las 18 hasta las 19 horas y acto seguido una misa especial presidida por varios sacerdotes carismáticos entre los cuales estará el sacerdote asesor nacional, Padre Claudio, también el Padre Gustavo Avello y el padre de Colombia que hace las misas de sanación, entre otros. La música de todo este evento se me ha solicitado a mi.

El día Sábado 25 en la mañana estaremos desde las 11 de la mañana afuera de la Catedral con música, proclamaciones y prédicas. Debemos llevar ponpones amarillos y globos. La calle caupolicán será cerrada para tránsito vehicular y ahí estaremos cantando y alabando a Dios. En dicha actividad se les ha solicitado a los hermanos Patricio Zurita de San José y Pilar Reyes de Jericó que efectúen las predicaciones y a mi toda la música. Debemos recorrer la plaza invitando a personas a participar y pediremos una fuerte efusión del Espíritu Santo para los que ahí participen.

El día domingo 26, la antorcha será llevada a Hualpén y ahí se reunirán todas las parroquias de Hualpén en la tarde para una jornada de avivamiento. En dicha jornada nuevamente estaré a cargo de la música, en consecuencia los hermanos que quieran ir a participar allá quedan muy bienvenidos, pero la actividad central es la misa del día 24 y la jornada al frente de la plaza el día 25 en los cuales debemos hacer todos los esfuerzos por participar.

Esta antorcha después se va a recorrer el decanato del carbón. Dichas actividades se están organizando en Coronel y Lota y después la antorcha se va a Tomé. Vuelve a Concepción el día Domingo 2 de Septiembre y en una caravana la iremos a dejar ese mismo día hacia Chillán. Allá nos esperan con el obispo a la cabeza y varios sacerdotes. Los que quieran participar de este viaje, vamos a arrendar buses y el pasaje sale a $ 3.500. Nos harán una recepción con comida, luego participaremos de los oficios religiosos y posteriormente nos devolveremos con la misión cumplida.

Yo los insto hermanos a participar en estas actividades llenas de bendición y mostremos a todo el mundo con alegría al Dios que nos sostiene y que obra maravillas en nuestras vidas.



Para el próximo lunes la comunidad se va a juntar en el mismo lugar que la vez anterior, esto es la sala 201 del colegio, 2º piso entrada por Tucapel y el inicio va a ser a las 19.30 horas

Un abrazo de paz y bendición y que Dios llene de paz, salud, amor, unidad y abundancia vuestros hogares.

domingo, 19 de agosto de 2012

GRACIAS POR SUS PALABRAS Y GESTOS DE AMOR

De: Lucas Sánchez
Fecha: 19 de agosto de 2012 20:48
Asunto: Fwd: GRACIAS POR SUS PALABRAS Y GESTOS DE AMOR



Señor

Arturo Bravo Retamal

Doctor en Teología Bíblica

Facultad de teología de la Universidad Católica de la Santísima Concepción.



Estimado profesor, compañeros del diplomado de teología, dirigentes sindicales y hermanos de la RCC:

Agradezco sus palabras de alegría y ánimo, al ser conocida mi vocación para seguir a Jesús nuestro redentor y salvador en la Orden Franciscana Seglar. Quisiera con la ayuda de sus oraciones ser el grano que brota y crece (Marcos 4, 26-29), en este peregrinar hacia nuestro destino que es la vida eterna.

También me conmovieron las palabras gozosas de mis compañeros dirigentes sindicales, que enviaron a mi correo. También, agradecer a quien me acompañaron en la Solemnidad de la Asunción de la Virgen María, 15 de Agosto de 2012, en la cual ingrese al tiempo de formación.

Doy gracias a Jesús que murió por nosotros y realmente Resucito, para mostrarnos el camino a la casa del Padre,el poder haber concurrido a retiro en el Monasterio de las Clarisas; y solicitarle a las religiosa que cumplía su orden, ochocientos años de evangelización en el mundo, por esta vocación.

Adjunto fotografías, en este peregrinar a nuestro destino que es la Vida Eterna, juntoa la Santísima Trinidad y nuestros seres queridos que se han adelantado en el camino.

“el Amor no es amado” (San Francisco de Asís)

Lucas

sábado, 18 de agosto de 2012

Informació​n de Gerardo Lizama

Estimados Hermanos, paz para ustedes, les envío información de las próximas actividades a nivel diocesano en que debemos participar y también a nivel parroquial.



En lo que respecta a nivel parroquial. Se va a celebrar el mes de la merced en Septiembre. Las actividades parten con una misa el día 24 de agosto y posteriormente, en el mes de septiembre se van a formar alianzas de competencia. Dichas competencias estarán diseñadas para la edad de los parroquianos y consistirá en dos días de competencia y participación que van a ser en 2 fines de semana de Septiembre. Es necesario que contesten los que quieran participar ya que de acuerdo al número de participantes se confeccionarán las actividades. La respuesta debe ser a la brevedad.



En lo que respecta a actividades carismáticas, les comento lo siguiente:

Este año se celebran los 40 años de la renovación carismática en Chile y se ha elaborado una campaña a nivel nacional denominado CHILE PARA CRISTO. Para tales efectos el día 15 de agosto comenzó esta campaña con una primera actividad llamada "La caravana de la Bendición". Consiste en una antorcha que llega a Concepción el día Viernes 24 de Agosto a la Catedral. Ahí comenzaremos con cánticos, alabanzas y adoración al Santísimo desde las 18 hasta las 19 horas y acto seguido una misa especial presidida por varios sacerdotes carismáticos entre los cuales estará el sacerdote asesor nacional, Padre Claudio, también el Padre Gustavo Avello y el padre de Colombia que hace las misas de sanación, entre otros. La música de todo este evento se me ha solicitado a mi.

El día Sábado en la mañana estaremos desde las 11 de la mañana afuera de la Catedral con música, proclamaciones y prédicas. Debemos llevar ponpones amarillos y globos. La calle caupolicán será cerrada para tránsito vehicular y ahí estaremos cantando y alabando a Dios. En dicha actividad se les ha solicitado a los hermanos Patricio Zurita de San José y Pilar Reyes de Jericó que efectúen las predicaciones y a mi toda la música. Debemos recorrer la plaza invitando a personas a participar y pediremos una fuerte efusión del Espíritu Santo para los que ahí participen.

El día domingo, la antorcha será llevada a Hualpén y ahí se reunirán todas las parroquias de Hualpén en la tarde para una jornada de avivamiento. En dicha jornada nuevamente estaré a cargo de la música, en consecuencia los hermanos que quieran ir a participar allá quedan muy bienvenidos, pero la actividad central es la misa del día 24 y la jornada al frente de la plaza el día 25 en los cuales debemos hacer todos los esfuerzos por participar.

Esta antorcha después se va a recorrer el decanato del carbón. Dichas actividades se están organizando en Coronel y Lota y después la antorcha se va a Tomé. Vuelve a Concepción el día Domingo 2 de Septiembre y en una caravana la iremos a dejar ese mismo día hacia Chillán. Allá nos esperan con el obispo a la cabeza y varios sacerdotes. Los que quieran participar de este viaje, vamos a arrendar buses y el pasaje sale a $ 3.500. Nos harán una recepción con comida, luego participaremos de los oficios religiosos y posteriormente nos devolveremos con la misión cumplida.

Yo los insto hermanos a participar en estas actividades llenas de bendición y mostremos a todo el mundo con alegría al Dios que nos sostiene y que obra maravillas en nuestras vidas.



Para el próximo lunes la comunidad se va a juntar en el mismo lugar que la vez anterior, esto es la sala 201 del colegio, 2º piso entrada por Tucapel y el inicio va a ser a las 19.30 horas

Un abrazo de paz y bendición y que Dios llene de paz, salud, amor, unidad y abundancia vuestros hogares.

martes, 14 de agosto de 2012

SEGUNDO LIBRO DE LOS REYES

Capítulo 7

1 Eliseo dijo entonces: «Escuchen la palabra del Señor: Así habla el Señor: Mañana, a esta misma hora, se venderá un balde de harina de la mejor calidad por un siclo, y dos baldes de cebada por el mismo precio, en la Puerta de Samaría».

2 El escudero en cuyo brazo se apoyaba el rey tomó la palabra y dijo al hombre de Dios: «Aunque el Señor abriera ventanas en el cielo, ¿podría suceder una cosa así?». Eliseo replicó: «Verás esto con tus propios ojos, pero no lo comerás».


Fin del asedio de Samaría

3 Había cuatro hombres leprosos que se encontraban a la entrada de la Puerta y se decían unos a otros: «¿Por qué nos quedamos aquí a esperar la muerte?

4 Si nos decidimos a entrar en la ciudad, moriremos en ella, porque aprieta el hambre; si nos quedamos aquí, lo mismo moriremos. Por eso, vamos a pasarnos al campo de los arameos; si nos dejan con vida, viviremos; si nos matan moriremos».

5 A la hora del crepúsculo partieron hacia el campamento de los Arameos. Pero cuando llegaron al extremo del campamento, vieron que allí no había nadie.

6 Porque el Señor había hecho oír en el campamento de los arameos un ruido de carros, un fragor de caballos y el estruendo de un gran ejército, de manera que se dijeron unos a otros: «Miren, el rey de Israel ha contratado como mercenarios a los reyes de los hititas y a los reyes de los musritas, para que avancen contra nosotros».

7 Así, a la hora del crepúsculo, habían emprendido la huida, abandonando carpas, caballos y asnos, y el campamento tal como estaba; se habían dado a la fuga para salvar sus vidas.

8 Aquellos leprosos llegaron al extremo del campamento y entraron en una carpa; y después que comieron y bebieron, se llevaron de allí plata, oro y ropa, y fueron a esconderlos. Después volvieron, entraron en otra carpa, y se llevaron otras cosas que también fueron a esconder.

9 Ellos se dijeron unos a otros: «No está bien lo que estamos haciendo. Este es un día de buenas noticias. Si nos quedamos callados y aguardamos hasta el amanecer, no nos libraremos de un castigo. Vayamos mejor ahora mismo a informar a la casa del rey».

10 Entonces fueron a llamar a los porteros de la ciudad y les informaron, diciendo: «Hemos entrado en el campamento de los arameos y no había nadie; no se oía ni una sola voz humana. Sólo estaban los caballos y los asnos atados, y las carpas intactas».

11 Los porteros lanzaron gritos hacia el interior de la ciudad, y se hizo llegar la noticia a la casa del rey.

12 El rey se levantó de noche y dijo a sus servidores: «Les voy a explicar lo que han urdido contra nosotros los arameos. Como ellos saben que estamos hambrientos, han salido del campamento y se han ocultado en el campo, diciendo: Van a salir de la ciudad; entonces los capturaremos vivos y entraremos en la ciudad».

13 Uno de los oficiales pidió la palabra y dijo: «Tomemos cinco de los caballos que todavía quedan. A fin de cuentas, si se los deja en la ciudad, les sucederá lo mismo que a toda la multitud de Israel que ya ha perecido. Los enviaremos y veremos qué pasa».

14 Tomaron dos carros con sus caballos, y el rey los envió a seguir los rastros del campamento arameo, diciendo: «Vayan a ver».

15 Ellos siguieron las huellas hasta el Jordán, y vieron diseminados por todo el camino el material y la ropa que habían arrojado los arameos en su fuga precipitada. Después, los mensajeros volvieron para informar al rey.

16 El pueblo salió a saquear el campamento de los arameos, y se tuvo un balde de harina por un siclo, y dos baldes de cebada por el mismo precio, conforme a la palabra del Señor.

17 El rey había puesto a vigilar la Puerta al escudero en cuyo brazo se apoyaba. Pero el pueblo lo aplastó contra la Puerta, y él murió, conforme a lo que había dicho el hombre de Dios cuando el rey había bajado a encontrarse con él.

18 En efecto, cuando el hombre de Dios había dicho al rey: «Mañana, a esta misma hora, se venderá un balde de harina de la mejor calidad por un siclo, y dos baldes de cebada por el mismo precio, en la Puerta de Samaría,

19 el escudero había replicado al hombre de Dios: «Aunque el Señor abriera ventanas en el cielo, ¿podría suceder una cosa así?» Y Eliseo había dicho: «Verás esto con tus propios ojos, pero no lo comerás».

20 Y esto fue lo que le sucedió: el pueblo lo aplastó contra la Puerta, y él murió.

EL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS

lunes, 13 de agosto de 2012

Jesús es “el alimento que da la vida eterna”.

Evangelio según San Juan 6,41-51.

Los judíos murmuraban de él, porque había dicho: "Yo soy el pan bajado del cielo".
Y decían: "¿Acaso este no es Jesús, el hijo de José? Nosotros conocemos a su padre y a su madre. ¿Cómo puede decir ahora: 'Yo he bajado del cielo'?".


Jesús tomó la palabra y les dijo: "No murmuren entre ustedes.
Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me envió; y yo lo resucitaré en el último día.
Está escrito en el libro de los Profetas: Todos serán instruidos por Dios. Todo el que oyó al Padre y recibe su enseñanza, viene a mí.
Nadie ha visto nunca al Padre, si no el que viene de Dios: sólo él ha visto al Padre.
Les aseguro que el que cree, tiene Vida eterna.
Yo soy el pan de Vida.
Sus padres, en el desierto, comieron el maná y murieron.
Pero este es el pan que desciende del cielo, para que aquel que lo coma no muera.
Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne para la Vida del mundo".


Hermanos esta es Palabra de Dios.

Jesús es “el alimento que da la vida eterna”.


Jesús “es el Hijo unigénito de Dios, que está en el seno del Padre, venido para donar al hombre la vida en plenitud, para introducir al hombre en la vida misma de Dios”.

En el pasaje del Evangelio de Juan que relata la multiplicación milagrosa de cinco panes y dos pescados, Cristo invitó a quienes se saciaron a “empeñarse por un alimento que permanece para la vida eterna”.

“Él quiere ayudarles a comprender el significado profundo del prodigio que ha obrado: en el saciar en manera milagrosa su hambre física, los predispone a recibir el anuncio que Él es el pan bajado del cielo que sacia de forma definitiva”.

El pueblo judío, durante el largo camino en el desierto, había probado un pan bajado del cielo, el maná, que lo había mantenido con vida, hasta la llegada a la tierra prometida. Ahora, Jesús habla de sí como del verdadero pan bajado del cielo, capaz de mantener con vida no por un momento o por un trecho del camino, sino para siempre”.

“En la mentalidad judía era claro que el verdadero pan del cielo, que nutría Israel, era la Ley, la palabra de Dios”, y Jesucristo al “manifestarse como el pan del cielo, testimonia ser la Palabra de Dios encarnada, a través de la cual el hombre puede hacer de la voluntad de Dios su comida, que orienta y sostiene su existencia”.

Dudar actualmente de la divinidad de Jesús, como los judíos del relato evangélico de hoy, “significa oponerse a la obra de Dios”.

“Ellos afirman de hecho: ¡es el hijo de José! ¡Nosotros conocemos a su padre y a su madre! Ellos no van más allá de sus orígenes terrenales, y por esto se niegan a acogerlo como la Palabra de Dios hecha carne”.

“sólo quien es atraído por Dios Padre, quien lo escucha y se deja instruir por Él puede creer en Jesús, encontrarlo y nutrirse de Él para tener la vida en plenitud, la vida eterna”.

Catequesis de Benedicto XVI

Si Cristo en persona es la fuente inagotable de misericordia divina, es fuente inagotable de dones y carismas, entonces al recibirlo en cada comunión, nos estamos renovando en un alimento que contiene una fuerza superior, que nos llena de Misericordia de Dios, y nos renueva en dones y carismas espirituales.

Oremos:
Dios Todopoderoso, tú que a través de tu Espíritu Santo nos has atraído hasta Jesús, te adoramos y damos gracias, por el milagro que compartes con nosotros. Te damos gracias Señor, porque nos has dejado en el pan bajado del cielo, un manjar de sanación, salvación y liberación; Te damos gracias Dios Padre Todopoderoso, porque nos das la oportunidad de alimentarnos a través del Sacramento de la Comunión, de Tu Palabra Bajada del Cielo; y nos permites ser testigos vivientes del milagro de la transformación de la hostia y el vino consagrado, en el cuerpo y la sangre de Jesús, alimento y fortaleza suficiente y abundante, para nuestras almas, para que podamos seguir caminando. Amén.

viernes, 10 de agosto de 2012

Critican protocolo del aborto y piden auténtico apoyo a mujeres violadas en Argentina

Critican protocolo del aborto y piden auténtico apoyo a mujeres violadas en Argentina

En su opinión, "la mujer que ha sido violada requiere de un apoyo integral familiar, institucional, social, psicológico; comprensión y afecto, contención y ayuda; y que si bien no está moralmente obligada a criar al hijo engendrado a causa de la violación, nunca será moralmente lícito quitarle la vida a un ser humano inocente".
"Es responsabilidad de toda la comunidad brindar el apoyo necesario a la mujer, sin presentarle el recurso fácil al aborto, que dejará en ella graves traumas en su bienestar físico, psíquico, social y espiritual; aun más profundas, o sumadas al drama de la misma violación", subrayó en una declaración.
El texto precisa además que "un crimen no se soluciona con otro" y recuerda que "‘la vida humana es sagrada e inviolable en cada momento de su existencia, también en el inicial que precede al nacimiento’ e independientemente de las condiciones en las cuales haya sido engendrado".

Obama reitera apoyo a mandato abortista en EEUU

Obama reitera apoyo a mandato abortista en EEUU

"La fundamental importancia de la libertad religiosa en peligro exige una respuesta a tiempo del congreso. A través de su mandato, la administración está promoviendo una aproximación a la libertad religiosa que es más reticente y arbitraria que cualquier cosa vista antes en la ley federal", subrayó el Cardenal.

lunes, 6 de agosto de 2012

La virtud teologal de la esperanza

JUAN PABLO I

AUDIENCIA GENERAL

Miércoles 20 de septiembre de 1978



La virtud teologal de la esperanza

Para el Papa Juan, la segunda entre las siete “lámparas de la santificación” era la esperanza. Hoy voy a hablaros de esta virtud, que es obligatoria para todo cristiano.

Dante, en su Paraíso (cantos 24, 25 y 26) imaginó que se presentaba a un examen de cristianismo. El tribunal era de altos vuelos. «¿Tienes fe?», le pregunta, en primer lugar, San Pedro. «¿Tienes esperanza?», continúa Santiago. «¿Tienes caridad?», termina San Juan. «Sí, —responde Dante tengo fe, esperanza y caridad». Lo demuestra y pasa el examen con la máxima calificación.

He dicho que la esperanza es obligatoria; pero no por ello es fea o dura. Más aún, quien la vive, viaja en un clima de confianza y abandono, pudiendo decir con el salmista: “Señor, tú eres mi roca, mi escudo, mi fortaleza, mi refugio, mi lámpara, mi pastor, mi salvación. Aunque se enfrentara a mí todo un ejército, no temerá mi corazón; y si se levanta contra mí una batalla, aun entonces estaré confiado”.

Diréis quizá: ¿No es exageradamente entusiasta este salmista? ¿Es posible que a él le hayan salido siempre bien todas las cosas? No, no le salieron bien siempre. Sabe también, y lo dice, que los malos son muchas veces afortunados y los buenos oprimidos. Incluso se lamentó de ello alguna vez al Señor. Hasta llegó a decir: “¿Por qué duermes, Señor? ¿Por qué callas? Despiértate, escúchame, Señor”. Pero conservó la esperanza, firme e inquebrantable. A él y a todos los que esperan, se puede aplicar lo que de Abrahán dijo San Pablo: «Creyó esperando contra toda esperanza» (Rom. 4, 18.

Diréis todavía: ¿Cómo puede suceder esto? Sucede, porque nos agarramos a tres verdades: Dios es omnipotente, Dios me ama inmensamente, Dios es fiel a las promesas. Y es Él, el Dios de la misericordia, quien enciende en mí la confianza; gracias a Él no me siento solo, ni inútil, ni abandonado, sino comprometido en un destino de salvación, que desembocará un día en el Paraíso.

He aludido a los Salmos. La misma segura confianza vibra en los libros de los Santos. Quisiera que leyerais una homilía predicada por San Agustín un día de Pascua sobre el Aleluya. El verdadero Aleluya —dice más o menos— lo cantaremos en el Paraíso. Aquél será el Aleluya del amor pleno; éste de acá abajo, es el Aleluya del amor hambriento, esto es, de la esperanza.

Alguno quizá diga: Pero, ¿si soy un pobre pecador? Le responderé como respondí, hace muchos años, a una señora desconocida que vino a confesarse conmigo. Estaba desalentada, porque —decía— había tenido una vida moralmente borrascosa. ¿Puedo preguntarle —le dije— cuántos años tiene? —Treinta y cinco. —¡Treinta y cinco! Pero usted puede vivir todavía otros cuarenta o cincuenta años y hacer un montón de cosas buenas. Entonces, arrepentida como está, en vez de pensar en el pasado, piense en el porvenir y renueve, con la ayuda de Dios, su vida. Cité en aquella ocasión a San Francisco de Sales, que habla de “nuestras queridas imperfecciones”. Y expliqué: Dios detesta las faltas, porque son faltas. Pero, por otra parte, ama, en cierto sentido, las faltas en cuanto le dan ocasión a Él de mostrar su misericordia y a nosotros de permanecer humildes y de comprender también y compadecer las faltas del prójimo.

No todos comparten esta simpatía por la esperanza. Nietzsche, por ejemplo, la llama “virtud de los débiles”; haría del cristiano un ser inútil, apartado, resignado, extraño al progreso del mundo. Otros hablan de “alienación”, que mantendría a los cristianos al margen de la lucha por la promoción humana. Pero «el mensaje cristiano —ha dicho el Concilio—, lejos de apartar a los hombres de la tarea de edificar el mundo..., les compromete más bien a ello con una obligación más exigente» (Gaudium et spes, núm. 34, cf. núm. 39 y 57, así como el Mensaje al mundo de los Padres Conciliares, del 20 octubre 1962).

Han ido también surgiendo de vez en cuando en el transcurso de los siglos afirmaciones y tendencias de cristianos demasiado pesimistas en relación con el hombre. Pero tales afirmaciones han sido desaprobadas por la Iglesia y olvidadas gracias a una pléyade de Santos alegres y activos, al humanismo cristiano, a los maestros ascéticos a quienes Saint-Beuve llamó “les doux”, y a una teología comprensiva. Santo Tomás de Aquino, por ejemplo, incluye entre las virtudes la jucunditas, o sea, la capacidad de convertir en una alegre sonrisa —en la medida y modo convenientes— las cosas oídas y vistas (cf. II-II, q. 168 a. 2). Gracioso, en este sentido —explicaba yo a mis alumnos— era aquel albañil irlandés, que se cayó del andamio y se rompió las piernas. Conducido al hospital, acudieron el doctor y la religiosa enfermera. «Pobrecito —dijo ésta última— os habéis hecho daño al caer». A lo que respondió el herido: «No Madre; no ha sido al caer, ha sido al llegar a tierra cuando me he hecho daño» Declarando virtud al bromear y hacer sonreír, Santo Tomás se colocaba en la línea de la «alegre nueva» predicada por Cristo, de la hilaritas recomendada por San Agustín; derrotaba al pesimismo, vestía de gozo la vida cristiana, nos invitaba a animarnos con las alegrías sanas y puras que encontramos en nuestro camino.

Cuando yo era muchacho, leí algo sobre Andrew Carnegie, un escocés que marchó, con sus padres, a América, donde poco a poco llegó a ser uno de los hombres más ricos del mundo. No era católico, pero me impresionó el hecho de que hablara insistentemente de los gozos sanos y auténticos de su vida. «Nací en la miseria —decía—, pero no cambiaría los recuerdos de mi infancia por los de los hijos de los millonarios. ¿Qué saben ellos de las alegrías familiares, de la dulce figura de la madre que reúne en sí misma las funciones de niñera, lavandera, cocinera, maestro, ángel y santa?» Se había empleado, muy joven, en una hilandería de Pittsburg, con un estipendio de 56 miserables liras mensuales. Una tarde, en vez de pagarle enseguida, el cajero le dijo que esperase. Carnegie temblaba: «Ahora me despiden», pensó. Por el contrario, después de pagar a los demás, el cajero le dijo: «Andrew, he seguido atentamente tu trabajo y he sacado en conclusión que vale más que el de los otros. Te subo la paga a 67 liras» Carnegie volvió corriendo a su casa, donde la madre lloró de contento por la promoción del hijo. «Habláis de millonarios —decía Carnegie muchos años después—; todos mis millones juntos no me han dado jamás la alegría de aquellas once liras de aumento»

Ciertamente, estos goces, aun siendo buenos y estimulantes, no deben ser supervalorados. Son algo, no todo; sirven como medio, no son el objetivo supremo, no duran siempre, sino poco tiempo. «Usen de ellos los cristianos —escribía San Pablo— como si no los usaran, porque la escena de este mundo es transitoria» (cf. 1Cor 7, 31). Cristo había dicho ya: « Buscad ante todo el reino de Dios» (Mt 6, 33).

Para terminar, quisiera referirme a una esperanza, que algunos proclaman como cristiana, pero que es sólo cristiana hasta cierto punto.

Me explicaré. En el Concilio, también yo voté el «Mensaje al mundo» de los Padres Conciliares. Decíamos allí: la tarea principal de divinizar no exime a la Iglesia de la tarea de humanizar. También voté la Gaudium et spes; me conmoví luego y me entusiasmé cuando salió la Populorum Progressio. Creo que el Magisterio de la Iglesia jamás insistirá suficientemente en presentar y recomendar las soluciones de los grandes problemas de la libertad, de la justicia, de la paz, del desarrollo. Y los seglares católicos nunca lucharán suficientemente por resolver estos problemas. Es un error, en cambio, afirmar que la liberación política, económica y social coincide con la salvación en Jesucristo; que el Regnum Dei se identifica con el Regnum hominis; que Ubi Lenin, ibi Jerusalem.

En Friburgo, durante la 85 reunión del Katholikentag, se ha hablado hace pocos días sobre el tema «el futuro de la esperanza» Se hablaba del «mundo» que había de mejorarse y la palabra «futuro» encajaba bien. Pero si de la esperanza para el «mundo» se pasa a la que afecta a cada una de las almas, entonces hay que hablar también de «eternidad»

En Ostia, a la orilla del mar, en un famoso coloquio, Agustín y su madre Mónica, «olvidados del pasado y mirando hacia el porvenir, se preguntaban lo que sería la vida eterna» (Confess. IX núm. 10) Ésta es esperanza cristiana; a esa esperanza se refería el Papa Juan y a ella nos referimos nosotros cuando, con el catecismo, rezamos: «Dios mío, espero en vuestra bondad... la vida eterna y las gracias necesarias para merecerla con las buenas obras que debo y quiero hacer. Dios mío, que no quede yo confundido por toda la eternidad»


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Saludos

(A los participantes en un Congreso organizado por el Comité europeo de la Conferencia de Religiones por la Paz)

Dirigimos un saludo cordial a los miembros del Comité europeo de la Conferencia mundial de Religiones por la Paz, reunidos estos días en Roma. Os agradecemos la visita, pues tenemos gran aprecio de vuestra obra al servicio de la paz del mundo por medio de la oración, a través de la educación a la paz y de reflexiones sobre los principios fundamentales que deben regir las relaciones entre los hombres. Para conseguir la paz y consolidarla, hay que sentir profundamente en la conciencia su necesidad, ya que ésta nace de una concepción fundamentalmente espiritual de la humanidad. Dicho aspecto religioso impulsa no sólo al perdón y a la reconciliación, sino también a procurar fomentar la amistad y la colaboración entre los individuos y los pueblos. Os ayude Dios en esta obra, Dios que ama a todos los hombres y que ha querido ser Padre de todos.

(A una peregrinación nacional de Kenia)

Es un gozo especial tener aquí a una peregrinación de Kenia, organizada por los Padres de la Consolata. Mi saludo y oraciones van también a vuestra nación y a vuestros familiares, a todos vuestros seres queridos. ¡Dios bendiga a Kenia!

(Por la paz)

En estos momentos, nos llega un ejemplo desde Camp David. Anteayer, en el Congreso americano, estalló un aplauso que hemos oído también nosotros, cuando Carter citó las palabras de Jesús: “Bienaventurados los que trabajan por la paz”. Yo desearía que aquel aplauso, aquellas palabras, entraran en el corazón de todos los cristianos, especialmente de nosotros los católicos, y nos hagan verdaderamente “fomentadores y constructores de paz”.

(A los recién casados recordando el episodio de Jacob y Raquel)

Yo os seseo que vuestro amor sea también muy grande. El Concilio dice que ese amor hay que defenderlo, porque está expuesto a muchos peligros. Defendedlo con gran cuidado. En las grandes y en las pequeñas cosas. El Papa contó este respecto un episodio: el desahogo de una esposa que decía: “Hace treinta años que nos hemos casado. Cuando éramos novios o en los primeros años de matrimonio, cada vez que hacía un viaje me traía un regalo, cualquier cosita. Ahora ya, esto ocurre pocas veces”. Convendría que ocurriera, que ocurriera siempre.

(A los participantes del Congreso Internacional de Comunidades Terapéuticas)

No quiero hacer un gran discurso como ha anunciado algún periódico. Expondré simplemente una experiencia mía. Hace dos meses, en Venecia, se me presentó un joven sacerdote salesiano que hace allí, más o menos, lo que en Roma don Picchi, y me expuso sus dificultades. Si mal no recuerdo, deseaba aquel sacerdote que hubiera dos comunidades concéntricas. Decía : “Estoy casi solo. Me parece que no me entienden. Haría falta que, en torno a mí y a los que trabajan en esta obra, hubiera toda una cadena de corazones que me entendieran. Se trata de pacientes, no de delincuentes; son pobres jóvenes a quienes las circunstancias de la vida los han marginado. Tienen necesidad de comprensión, lo mismo ellos que quienes de ellos se ocupan. Luego está la otra comunidad más restringida: la comunidad terapéutica”. Aquel sacerdote me explicaba: “Estos jóvenes han llegado a la droga o porque su familia, quizá sin razón, no los han comprendido, o porque no encontraban un centro que les interesara, o porque no tenían amistades serias. Para recuperarlos, basta hacerles sentir que se los quiere. Después podremos restituirlos a la familia, naturalmente con ayuda también de la religión. La droga, muchas veces, depende del hecho de que algunos jóvenes no ven claro el porqué, el objetivo de la vida”. Yo le he dicho: “Querido don Gianni, trataré de ayudarlos”. Luego, no he podido mantener la promesa porque me han hecho Papa. Pero lo que no pude hacer en Venecia, lo hago ahora aquí ante los participantes de este Congreso que abarca un poco a todo el mundo. Hay que sostener, entender estar cerca de esta gente que se sacrifica, sobre todo, por los jóvenes.

(Aludiendo a una relación expuesta por mons. Motolese en el mes de mayo)
Recuerdo lo relativo a la ayuda a Guatemala y al Friuli. Hay que sostener la "Caritas", porque somos cristianos. No basta ser caritativos, tener dentro un gran fuego de caridad. Hay que encender también ese fuego en los demás, y luego organizarlo, de modo que la Iglesia se presente no solamente como comunidad de gente que cree, sino también como comunidad que actúa, que ama, que se dedica a los detrás. A este propósito, el Papa recordó un sermón de San Vicente de Paúl sobre el amor de Dios: Sí; algunos aman a Dios con, lágrimas, con sentimiento. No basta. Hay que trabajar, preocuparse sobre todo de los pobres, de los necesitados. San Pablo dijo: Fe sí, pero con obras. Y San Juan: ¿Cómo puedes de que amas a Dios, a quien no ves, si no amas al prójimo a quien ves? Quería decir aquí está él prójimo, aquí está el pobre. Si no te dejas prender el corazón por él, ¿cómo puedes limitarte a decir que amas a Dios? Hay que amar a Dios, pero también al prójimo. De ahí que la "Caritas" tiene un gran objetivo que cumplir y mi deseo es que cada diócesis, cada parroquia pueda verdaderamente desarrollar esa gran obra.


http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_i/audiences/documents/hf_jp-i_aud_20091978_sp.html

sábado, 4 de agosto de 2012

Retrio Domingo 5 de agosto de 2012

Queridos hermanos

Les escribo para recordarles el retiro de dones y carismas que dictaremos este domingo en la Parroquia San José a contar de las 9 horas.

Serán enseñanzas y talleres de Alabanza, Don de Lenguas y Profecías, para que se derramen en todos los asistentes y que a través de estos carismas, Dios pueda sanarnos interiormente.

Estamos concientes que es el día del niño. Dios nos dice que seamos como niños para que pueda El llenarnos de su regalo que es la gracia del Espíritu Santo llenando nuestro corazón.

No te pierdas de esa hermosa gracia




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atentamente

Gerardo Lizama S.
09 - 79505203

viernes, 3 de agosto de 2012

DON DE SANACIÓN O CURACIÓN VII

Cómo orar por curación

Hasta ahora hemos estudiado el don de la curación, mirándolo desde el lado del Donante; en esta segunda parte, que es práctica y muy importante, veamos qué parte le toca desempeñar al receptor. Dijimos que Dios quiere curar nuestras enfermedades, pero quiere que colaboremos con El. Si bien el don de curación o sanación proviene del Espíritu Santo, no se debe creer que sea un botón automático que en cuanto se lo oprime comienza a vaciar hospitales. Ni para Jesús fue automático; no anduvo limpiando a todos los leprosos de Palestina. Se requieren ciertas condiciones y estas dependen de nosotros. Pero digamos antes que nada que estas normas ni son rígidas ni válidas para todo el mundo. El Espíritu Santo no se deja encerrar entre reglas y barreras ni rompe revoluciones. Jesús no usó siempre los mismos métodos para curar, pero es conveniente, a pesar de todo, conocer tales condiciones para estar dispuestos a recibir la curación. Hay condiciones que el enfermo debe tener en cuenta, y otras que deben observar los que oran por él. a) Condiciones de parte del enfermo

1. El enfermo debe, ante todo, querer

Esta afirmación no debe causar extrañeza. Pues hay enfermos que no creen que puedan sanar, es como si hubieran hecho las paces con la enfermedad. Están dispuestos a cargar con ella, como una desgracia inevitable, máxime cuando el médico les ha dicho que la enfermedad es incurable. Por eso el enfermo debe estar convencido de que Jesús lo quiere curar si lo pide, aunque se trate de la enfermedad más incurable. Para aquél que es dueño de la vida no hay casos incurables. En todo caso, sea cual sea la enfermedad, sea cual sea el grado de la misma, se debe persuadir de que el Señor no lo quiere ver padeciendo y que la enfermedad no es un mal que provenga de Él.

2. El enfermo debe pedir a Cristo la salud

Dijimos anteriormente que Jesús, aún pudiendo, no curó a todos los enfermos de Palestina. Pero curó a todos los que se lo pidieron. Por lo tanto es necesario pedir. No es suficiente con decir: "Total, El ya sabe que estoy enfermo... si quiere curarme..." Ciertamente, El lo sabe, pero quiere que se lo pidamos. El quiere que hagamos lo que nos corresponde yendo a El suplicándole, como tantos enfermos del Evangelio que iban a buscarlo a la casa de Pedro; como aquellos que lo seguían, le gritaban sus dolores, que se abrían camino a través de la muchedumbre para tocar aunque fuera su ropa, o se hacían bajar ante Él de los techos. Muchos enfermos de nuestros días no se curan porque no quieren ir a El con humildad y mostrarle sus llagas, no creen que Él se interese realmente por ellos. Apenas sienten un dolor lo primero que se les ocurre es el médico, las medicinas, el hospital, etc., pero ni un fugaz pensamiento hacia Jesús. A lo sumo recurren cuando todo lo humano está perdido. En Jesús debemos pensar cuando la salud declina, así sea cuando tomamos simples pastillas para el dolor de cabeza. A Él le debemos pedir la salud a través del médico y el farmacéutico (Eclesiástico 38, 1-15). Aquí surge la pregunta: ¿Se puede pedir la curación, prescindiendo de médicos y remedios? La respuesta es que usemos de los remedios normales y comunes que pone a nuestra disposición. En el caso que no los tuviéramos a mano, o que fueran inoperantes, podríamos entonces pedir su auxilio. En todo caso siempre debemos admitir que Cristo es quien sana, y por lo tanto hay que recurrir a El siempre, directa o indirectamente.

3. El enfermo debe orar con fe

Esta fe Jesús la pedía como requisito a los que suplicaban la salud. Cuando volvió a Nazaret, entre sus viejos paisanos no hizo mayores milagros, precisamente por su incredulidad. (Mt 13, 58). San Marcos explica más claramente: “No pudo hacer allí ningún milagro, aparte de poner las manos sobre unos pocos enfermos y sanarlos. 6Y estaba asombrado porque aquella gente no creía en él” (Mc 6, 5-6). Jesús deseaba hacerles milagros pero "no pudo", por no haber encontrado entre sus contemporáneos la necesaria disposición. Al centurión, que le pedía la salud del sirviente, le dijo: "Vete a tu casa, y que se haga tal como has creído" (Mt 8, 13); a los ciegos: "Que se haga conforme a la fe que ustedes tienen" (Mt 9, 29). A la hemorroísa: "Hija, por tu fe has sido sanada. Vete tranquila y curada ya de tu enfermedad" (Mc 5, 34). Por lo tanto, hay que creer con fe. Creer con fe significa creer con absoluta certeza, sin la menor duda; la curación es una aventura. La fe excluye incertidumbre, perplejidad, ansiedad, miedo. Debemos orar con la firme esperanza de que el Señor nos oirá. Esta esperanza se apoya en el hecho de que todas las enfermedades han sido curadas en el Calvario, al mismo tiempo que fuimos lavados con aquella sangre de nuestros pecados. Abramos los ojos para no caer en equívocos. No es nuestra fe la que obra tales mi-lagros, como si habiendo fe infaliblemente siguiera el milagro y que si no sucede así es porque no hubo suficiente fe. Esta virtud es una condición indispensable; debe ser la fe perfecta y si no es suficiente se debe pedir aumento de fe. Podemos gritar como el papá del endemoniado: "Yo creo. ¡Ayúdame a creer más!" (Mc 9, 24). Pero la fe no es la única condición. Puede haber circunstancias que sean obstáculo para la curación.

Dios en su Sabiduría y Bondad infinita es el Juez Supremo: siempre hay que someterse a sus divinos designios. ¿Cuando oramos por una curación debemos agregar: … si es la voluntad de Dios…, o sea: Señor cúrame de esta enfermedad, o da la salud a este enfermo si es tu voluntad? ¡No! Jesús nunca anteponía esta condición cuando curaba, sabiendo como sabía cuál era la voluntad de Dios sobre esos enfermos. Así habló ante la tumba de Lázaro: "Padre, te doy gracias porque me has escuchado" (Juan 11,41). Dios lo había mandado con esa específica misión, era inútil, por lo tanto, preguntar a cada rato “si es tu voluntad”. Quizás alguien objete: "Pero si Jesús mismo dijo en el Huerto de los Olivos: Si es posible aleja de mí este cáliz, pero no se haga mi voluntad sino la tuya" (Lc 22,42). Es que el caso es distinto. En la agonía de Getsemaní, Jesús intuye que esta dolorosa Pasión entra en los planes de Dios para salvar al mundo; buscando fortaleza en su diálogo con el Padre, se somete completamente a sus designios. En el caso de las curaciones, al contrario, nosotros pedimos lo que El nos puede conceder; sabemos, en líneas generales, cuáles son sus designios: "yo soy el Señor, el que los sana a ustedes" (Éxodo 15,26)”, quien sana todas mis enfermedades" (Salmo 103,3), “Yo alejaré de ti la enfermedad” (Éxodo 23, 25). De ordinario, por lo tanto, no hay porqué poner condiciones al orar por enfermos.

4. El enfermo debe orar con calma y serenidad, y no con gemidos y lágrimas


Cuando un hijo pide algo al padre lo hace con sencillez, naturalidad y confianza, sabiendo que los bienes de su padre le pertenecen. No se arroja a los pies de su padre, llorando y suplicando, como un esclavo o un pordiosero. Todos pertenecemos a la misma familia de Dios, por eso corremos a El a exponerle nuestras dificultades con alegría y paz. 1Bendeciré al Señor con toda mi alma; bendeciré con todo mi ser su santo nombre. 2Bendeciré al Señor con toda mi alma; no olvidaré ninguno de sus beneficios. 3Él es quien perdona todas mis maldades, quien sana todas mis enfermedades, 4quien libra mi vida del sepulcro, quien me colma de amor y ternura, 5quien me satisface con todo lo mejor y me rejuvenece como un águila (Salmo 103,1-5). Pedir con alegría y entusiasmo, cantando himnos de alabanza y acción de gracias, como si ya hubiéramos sido curados. Además cuando el enfermo ora, con fe y optimismo de alma, se forma en su imaginación su propia imagen, cómo quisiera ser; es decir, verse sano, libre y feliz, sin el mal que le aqueja, recibiendo contento la palabra de Cristo: "Quiero, queda sano". Aunque el mal persista o se agrave, hay que seguir alabando al Señor y agradeciéndole la salud obtenida.

5. Quitar obstáculos

Es importante condición el quitar del medio lo que pueda obstaculizar la intervención divina. Por ejemplo: pecados graves no confesados, o de los que no se ha pedido perdón, dureza en dar o pedir perdón, odio, resentimientos, venganza, etc. Serio impedimento es el tener poca o ninguna gana de cambiar de vida, una vez recibida la curación. San Pablo acata: “el cuerpo no es para la prostitución sino para el Señor, y el Señor es para el cuerpo” (1Cor 6, 13). Es que hay quienes desean la salud para volver a las andadas, o “volver al vómito”, como dice la Palabra; buscan milagros de Dios pero no al Dios de los milagros. Pues la curación no es finalidad en sí misma, sino que está supeditada a un fin superior, esto es, la conversión y liberación completa de todo el hombre del dominio de Satanás. Esto no se logra si el hombre sigue empeñado en seguir pecando. Este es uno de los más frecuentes motivos por el que muchos no se curan: Dios no les quiere dar salud que usarán contra El y para su perdición eterna. El pedir la salud debe ser precedida por un acto de sincera conversión. b) Condiciones de parte de quien ora por los enfermos El carisma de la curación es para los individuos y la comunidad, pero es más fácil encontrarlo en la comunidad. Por eso, cuando sea posible, es preferible que sean varios los que oren por el mismo enfermo. Cuando alguien es invitado a orar por los enfermos, no debe salir con que no tiene el don; pues, como ya dijimos antes, este carisma se concede en el momento en que se necesita. Rezar por un enfermo es tan necesario y obligatorio como visitarlo o asistirlo. Negarse a orar con la excusa de no tener el carisma es como si el médico se negara a curar a alguien por el temor de no poder hacerlo. Teniendo todo esto en cuenta, veamos como se ora por los enfermos.



1. Preparación por medio de la oración

Pedir al Señor que se sirva de nosotros, instrumentos para su gloria. Orar cierto tiempo oraciones de alabanzas y adoración, usando el don de lenguas.


2. Pedir el don del discernimiento

El médico diagnostica primero la enfermedad y luego aplica la curación. Antes de orar por el enfermo, debemos pedir discernimiento para que el Espíritu Santo nos diga la verdadera naturaleza de la enfermedad; causas, planes de Dios sobre esa persona, porqué cosas hay que orar.

Hace tiempo me pidieron que orara por una anciana que padecía de un tumor. Exhorté a los presentes a que oraran conmigo pidiendo por el tipo de enfermedad. Abrimos la Biblia, al azar y leímos: "Padre, tú me los diste, y quiero que estén conmigo donde yo voy a estar, para que vean mi gloria, la gloria que me has dado" (Juan 17,24). Era evidente que había que orar por una curación más espiritual que física. Luego de unos minutos la enferma dejó de lamentarse y radiante de felicidad, comenzó a cantar alabanzas al Señor dejando estupefactos a médicos y enfermeras. Así continuó varios días hasta morir sin un lamento.

3. Preparar al enfermo

En cuanto sea posible hay que preparar al enfermo para despertar, fortalecer su fe, motivándole a hacer todos los actos de que hemos hablado. La enseñanza es muy importante, siendo el camino ordinario a la curación. Por la enseñanza el enfermo se abre a la gracia y al amor de Dios, acepta a Jesús como su Salvador y Señor; se arrepiente de sus culpas pasadas, se cura espiritualmente, con lo que logra una excelente condición para la curación física. Pero, ¿y si esto no es posible? Es decir, si el enfermo está inconsciente ¿no está dispuesto a corregirse? Igualmente debemos orar; pidiendo la salud al Señor, no por la instrucción, sino como una manifestación de su potencia y su gloria, y de su amor paterno por sus hijos, tal cual son. La fe ardiente del que reza, puede ser, a veces, suficiente para obtener el milagro. En el Evangelio leemos que Jesús premió la fe de la cananea, del centurión, de los piadosos amigos del paralítico que lo bajaron del techo. Pero, siempre que sea posible conviene hacer que el enfermo se arrepienta de sus pecados, especialmente de los odios, rencores y resentimientos.

4. Imponer las manos al enfermo

No es un gesto indispensable, pero importante. Jesús mismo curó a mucha gente imponiendo las manos y aconsejó hacerlo: "pondrán las manos sobre los enfermos, y estos sanarán" (Mc 16, 18). Algunos sienten interiormente un impulso de orar por tal o cual enfermo; otros, calor en las manos o algo parecido a una descarga eléctrica en el brazo, otros amor o compasión excepcionales por el enfermo. Estos son signos sensibles pero no indispensables; por lo tanto, aunque no existieran, se debe orar igualmente.

5. Orar con palabras simples y espontáneas

Cuando se imponen las manos sobre el enfermo, se dicen palabras simples y espontáneas, pidiendo al Señor que cumpla sus promesas. Se puede pedir al Padre, la salud por medio, de Jesucristo: "el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre" (Juan 15,16).

Se puede orar directamente a Jesús: "Y todo lo que ustedes pidan en mi nombre, yo lo haré, para que por el Hijo se muestre la gloria del Padre" (Juan 14, 13). Se debe orar en la certidumbre de lo que se pide se recibe, en este caso la salud; como si ya se la hubiera recibido: "…todo lo que ustedes pidan en oración, crean que ya lo han conseguido, y lo recibirán" (Mc 11, 24); "Oren unos por otros para ser sanados" (Sant 5, 16). No se debe olvidar de pedir en nombre de Jesucristo; pues su verdadero nombre es "JESÚS": Cristo es simplemente un apelativo. Formando como formamos una sola familia con Dios, los miembros de esa familia se llaman por los nombres y no por los apelativos. Sin embargo es mejor usar ambos a la vez: JESUCRISTO. Cuando el que ora tiene una revelación particular sobre la certeza de la curación más que orar diga imperativamente: ¡Sé curado, en el nombre de Jesucristo! Así obró Pedro con el paralítico en la puerta del Templo: "En el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda" (Hechos 3, 5). ¿Se puede orar por un enfermo lejano? Naturalmente. Para Dios no hay distancias. En estos casos, se suele orar imponiendo las manos sobre la persona que ha pedido oración y que tiene parentesco o amistad con el enfermo ausente. Luego de haber orado en lengua vernácula, conviene hacerlo según el don de lenguas, que es la mejor manera de orar, pues son palabras dictadas por el Espíritu Santo.

6. Orar con serenidad

Es importante, al orar por la curación de un enfermo, hacerlo con calma y serenidad pero nunca con miedos, tensiones y ansias de ver el efecto. Si bien debemos orar con toda la fe, como dijimos antes, al mismo tiempo con gran desapego de ver resultados inmediatos. Cumplida nuestra acción, dejamos todo en las manos de Dios. Es que la curación del enfermo le interesa más a Dios que a nosotros, y por lo tanto Él sabe cómo y cuándo sanará. Nuestra obligación acaba cuando le recordamos, como las hermanas de Lázaro: "Señor, tu amigo querido está enfermo" (Juan 11, 3).






jueves, 2 de agosto de 2012

vendrán los ángeles y separarán a los malos de entre los justos.

Evangelio según San Mateo 13,47-53.

El Reino de los Cielos se parece también a una red que se echa al mar y recoge toda clase de peces.
Cuando está llena, los pescadores la sacan a la orilla y, sentándose, recogen lo bueno en canastas y tiran lo que no sirve.
Así sucederá al fin del mundo: vendrán los ángeles y separarán a los malos de entre los justos,
para arrojarlos en el horno ardiente. Allí habrállanto y rechinar de dientes.
¿Comprendieron todo esto?". "Sí", le respondieron.
Entonces agregó: "Todo escriba convertido en discípulo del Reino de los Cielos se parece a un dueño de casa que saca de sus reservas lo nuevo y lo viejo".
Cuando Jesús terminó estas parábolas se alejó de allí



Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.



Leer el comentario del Evangelio por :

Concilio Vaticano II
Gaudium et Spes, 39, 2-3


«El Reino de los cielos se compara a una red que es arrojada en el mar»

Cierto, bien sabemos nosotros que de nada le sirve al hombre ganar el mundo entero si se pierde a sí mismo (Lc 9, 25), no obstante la espera de una tierra nueva no debe amortiguar, si no más bien avivar, la preocupación de perfeccionar esta tierra, donde crece el cuerpo de la nueva familia humana, el cual puede de alguna manera anticipar un vislumbre del siglo nuevo. Por ello,aunque hay que distinguir cuidadosamente progreso temporal y crecimiento del reino de Cristo, sin embargo, el primero, en cuanto puede contribuir a ordenar mejor la sociedad humana, interesa en gran medida al reino de Dios.

Pues los bienes de la dignidad humana, la unión fraterna y la libertad; en una palabra, todos los frutos excelentes de la naturaleza y de nuestro esfuerzo, después de haberlos propagado por la tierra en el Espíritu del Señor y de acuerdo con su mandato, volveremos a encontrarlos limpios de toda mancha, iluminados y transfigurados, cuando Cristo entregue al Padre el reino eterno y universal: «reino de verdad y de vida; reino de santidad y gracia; reino de justicia, de amor y de paz»(Rm 8,19-21). Misteriosamente, el Reino está ya presente en nuestra tierra; espera su perfección cuando el Señor venga.