viernes, 31 de mayo de 2013

PLATO ÚNICO

De: Comunidad Jericó Jericó
Fecha: 28 de mayo de 2013 10:06
Asunto: PLATO ÚNICO
Para:



Hermanos(as),

Paz y Bien:



Les recordamos que este sábado 1 de Junio, desde las 19 hrs., en la casa de la hermana Elizabeth Labraña, se realizará la venta de Plato Único, una rica sierra asada con papas cocidas y ensaladas, por un valor de $3.000 cada uno.



Se esperan vender 120 platos únicos, con el fin de financiar el viaje de nuestra hermana Daniella González al Jornada Mundial de Jóvenes con el Papa, que se realizará en Brazil.





Les esperamos entonces,



La Comunidad Jericó.








Eclesiástico 17,24-26.29.


A los que se arrepienten les concede que vuelvan, anima a los que se descorazonaron.
Conviértete al Señor y renuncia al pecado, rézale y disminuye tus ofensas.
Vuélvete al Altísimo y apártate de la injusticia, ten horror de lo que es abominable.
¡Qué grande es la misericordia del Señor, y su perdón para los que se convierten a él!

Comentario al evangelio de la Solemnidad del Corpus Christi/C

Pan del Cielo para todos
Comentario al evangelio de la Solemnidad del Corpus Christi/C

Por Jesús Álvarez SSP


SANTIAGO DE CHILE, 30 de mayo de 2013 (Zenit.org) - "El día comenzaba a declinar. Los Doce se acercaron para decirle: «Despide a la gente para que se busquen alojamiento y comida en las aldeas y pueblecitos de los alrededores, porque aquí estamos lejos de todo"». Jesús les contestó: «Denles ustedes mismos de comer». Ellos dijeron: «No tenemos más que cinco panes y dos pescados. ¿O desearías, tal vez, que vayamos nosotros a comprar alimentos para todo este gentío?». De hecho había unos cinco mil hombres. Pero Jesús dijo a sus discípulos: «Hagan sentar a la gente en grupos de cincuenta». Así lo hicieron los discípulos, y todos se sentaron. Jesús entonces tomó los cinco panes y los dos pescados, levantó los ojos al cielo, pronunció la bendición, los partió y se los entregó a sus discípulos para que los distribuyeran a la gente. Todos comieron hasta saciarse. Después se recogieron los pedazos que habían sobrado, y llenaron doce canastos"(Lc. 9,11-17).

La multiplicación de los panes preanuncia la Eucaristía, en la que se multiplica y se sirve el Pan de la Palabra y el Pan de la Vida, que, desde la Última Cena, es distribuido para salvación de los hombres en todos los tiempos y en todo el mundo, aunque todavía de forma muy limitada.

La Última Cena fue la primera misa. Jesús estaba para regresar al Padre y su inmenso amor a los discípulos lo llevó a buscar una forma inaudita de quedarse con ellos y con nosotros para siempre: la Eucaristía, en la que cumple a la letra su promesa: “Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo” (Mt. 28, 20).

En la Eucaristía los fieles ejercen su sacerdocio real que el Espíritu Santo les confirió en el bautismo, haciéndolos “pueblo sacerdotal”, “ofrenda agradable al Padre” en unión con Cristo. Así comparten con Él la obra de la propia salvación y la salvación de la humanidad.

En la Comunión se da la máxima unión entre Jesús y nosotros; una fusión como la del alimento: “Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo. Quien coma de este pan, vivirá para siempre” (Jn. 6, 51). “Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida” (Jn. 6, 55). "Quien come mi carne y bebe mi sangre, vive en mí y yo en él" (Jn. 6, 56). “Quien me come, vivirá por mí” (Jn. 6, 57).

Todo el que comulga con fe y amor, puede en verdad decir con san Pablo: “Ya no soy yo el que vive; es Cristo quien vive en mí” (Gá 2, 20). Y se cumple la consoladora palabra de Jesús: “Quien está unido a mí, produce mucho fruto” (Jn 15, 5). Creámosle a Jesús presente en la Eucaristía.

La comunión, unión real con Cristo, requiere y produce la comunión fraterna, empezando por casa. No recibe a Cristo quien comulga y luego alimenta rencores, violencia o indiferencia hacia el prójimo, con el que Cristo mismo se identifica: “Todo lo que hagan a uno de estos mis hermanos, a mí me lo hacen” (Mt. 25, 40).

"Donde falta la fraternidad, sobra la Eucaristía", porque la ausencia de amor fraterno destruye la Eucaristía, que es fiesta del amor divino y del amor humano. Si los ojos de la fe y del corazón perciben a Cristo en la Eucaristía, también lo percibirán presente en el prójimo.

Quien comulga por rutina, sin amor a Cristo y al prójimo, tenga en cuenta la advertencia de san Pablo: “Quien come y bebe indignamente el cuerpo y la sangre de Cristo, se traga y bebe su propia condenación". (1Cor. 11,29). Decir o pensar que se cree en Jesús, y llevar luego una vida contraria a la suya, es estar en su contra: “Quien no está conmigo, está contra mí” (Lc. 11, 23).

Jesús, que mandó a los discípulos que dieran de comer a todos, instituyó la Eucaristía para todos los hijos de Dios, hermanos suyos y nuestros, de todas las latitudes y de todos los tiempos… "Esto es mi cuerpo entregado… y mi sangre derramada por ustedes" (Lc. 22, 19-20).

La Iglesia posee el tesoro sublime de la Eucaristía. Sin embargo, multitud de bautizados mueren de anemia espiritual ante la indiferencia de muchos discípulos de Cristo, encargados de distribuir a todos el Pan de los Ángeles. ¿Será voluntad de Jesús que la Iglesia reserve para tan pocos el Pan que él quiso para todos?


Eclesiástico 17,24-26.29.


A los que se arrepienten les concede que vuelvan, anima a los que se descorazonaron.
Conviértete al Señor y renuncia al pecado, rézale y disminuye tus ofensas.
Vuélvete al Altísimo y apártate de la injusticia, ten horror de lo que es abominable.

sábado, 25 de mayo de 2013

este domingo, fiesta de PENTECOSTES



Todos invitado este domingo, fiesta de PENTECOSTES, Predica Padre Iván Garzón Del Minuto de Dios. Colombia.

Donde: Instituto de Humanidades

Hora; 10,00 hrs

Eucaristía: 17,00 hrs


""Espíritu Santo Eterno amor, ven a nosotros con tus ardores, ven inflama nuestros corazones."

Invita: Renovación Carismática Catolica Concepción

viernes, 24 de mayo de 2013

¿En qué consistió la "oración de liberación" del Papa Francisco en San Pedro? Responde el exorcista Amorth






¿En qué consistió la "oración de liberación" del Papa Francisco en San Pedro? Responde el exorcista Amorth


VATICANO, 24 May. 13 / 10:25 am (ACI/EWTN Noticias).- El famoso exorcista de la diócesis de Roma (Italia), Padre Gabriele Amorth, analizó la oración que el Papa Francisco realizó sobre un mexicano poseso de 43 años en la Plaza de San Pedro el pasado domingo 19 de mayo, Solemnidad de Pentecostés.

En entrevista concedida a ACI Prensa el 22 de mayo, el sacerdote señaló que ese día "el Papa de buena voluntad se acercó y le hizo un exorcismo bajo forma de oración de liberación, no como el exorcismo clásico que se hace con el libro".

El mexicano, dijo Amorth, "es realmente un alma de Dios de la cual el Señor se sirve para reprochar a México por la legalización del aborto".

El Padre Amorth comentó además que él mismo realizó un exorcismo de más de una hora a este hombre mexicano antes que el Santo Padre rezara por él en la Plaza de San Pedro.

"Estoy informado bien sobre aquel joven. Un joven bueno, de oro, demuestra menos años de los que parece, tiene 43 años, casado, con hijos", agregó.

"Esta misma oración, la vi hacer por tres veces también a Juan Pablo II. El Papa Francisco impuso sus manos, oró y basta. Es suficiente", afirmó el Padre Amorth.

El famoso exorcista de la diócesis de Roma tiene 88 años y ha realizado más de 70 mil exorcismos durante los últimos 27 años. El número es alto porque realizar un exorcismo puede requerir múltiples sesiones y cada vez que se realiza se cuenta por separado.

Luego de la entrevista con ACI Prensa, el sacerdote hizo una serie de comentarios en la Fundación Lepanto de Roma, una organización católica que lo invitó para comentar sus dos últimos libros: "El último exorcista, mi batalla contra Satanás" y "El signo del exorcista, mis últimas batallas contra Satanás".

"Han notado que este Papa en sus primeros diez discursos breves, ha nombrado siempre a ‘su excelencia’ el diablo", dijo el exorcista en medio del ruido de la lluvia y los truenos que caían fuera del recinto.

"¿Qué es lo que hizo el domingo pasado? Como es normal en él, con su simplicidad, al terminar la Misa fue a pie a saludar a los enfermos, y un sacerdote mexicano le señaló la presencia de un joven poseído del demonio".

El Padre Amorth dijo además que "en esta oración de liberación que ha hecho a este joven en la plaza, el Papa no se escondió… Jesús hacía los exorcismos por la calle, en las casas, donde fuera".

"Yo he debido cambiar 23 sitios en Roma para poder hacer exorcismos. Quisiera que todos asistiesen a los exorcismos… he visto muchísimos sacerdotes que después de ver uno ya no tenían dudas sobre la existencia de Satanás… hace falta verlo".

El exorcista aseguró que la gente no cree en la existencia del demonio ahora y denunció que existen pocos sacerdotes que realizan la labor que él desempeña. "No hay casi exorcistas y esto ocurre por culpa de los obispos. Cuando un obispo no provee comete pecado mortal", indicó.

Miles de jóvenes estuvieron detrás de aprobación del "Día del que está por Nacer y la adopción en Chile"

Miles de jóvenes estuvieron detrás de aprobación del "Día del que está por Nacer y la adopción en Chile"

SANTIAGO, 23 May. 13 / 12:18 pm (ACI/EWTN Noticias).- El pasado14 de mayo, la Cámara de Diputados estableció que cada 25 de marzo se celebre el "Día del que está por Nacer y la adopción" en Chile. Lo que pocos saben es que detrás de este hecho estuvo la agrupación Siempre por la Vida con miles jóvenes que en todo el país lograron recolectar 300 mil firmas de apoyo al proyecto de ley.

La agrupación Siempre por la Vida nació en el año 2009 como una iniciativa de la fundación ChileSiempre, reuniendo jóvenes a lo largo de todo el país para crear conciencia en la sociedad sobre la importancia de defender la vida desde la concepción hasta la muerte natural.

Clemente Recabarren, Presidente de ChileSiempre, considera que la aprobación del proyecto de ley es un gesto sencillo pero que transmite un mensaje muy profundo en la sociedad. "Los niños que están por nacer en Chile, tienen una sociedad que los acoge y no una que los ve como un problema. Es, al mismo tiempo, una señal de apoyo a las mujeres que nos dan ejemplo de valentía sacando adelante embarazos complejos", aseguró.

"Esta medida viene a confirmar una realidad que es que en Chile la vida humana es intocable y nadie puede disponer de ella, derribado el mito de que para acercarse al desarrollo hay que legalizar el aborto, cosa absurda, pero que muchos sostienen", añadió Recabarren.

Ellos atribuyen este avance a la gran convocatoria que han tenido entre los jóvenes. "Al principio partimos, en la primera Campaña Nacional, con unos mil quinientos voluntarios. Hoy, cinco años después, son más de cinco mil los que participan y lo hacen en 16 ciudades a lo largo de todo el país", comentó.

"Pienso que si hemos tenido este impacto en las calles es porque estamos defendiendo, de manera positiva y a la vez muy seria, lo más valioso que tiene nuestro país: la vida de sus habitantes. Y no hay nada que motive más a los jóvenes que jugársela por causas nobles", afirmó.

Además de las Campañas Nacionales, la agrupación organiza charlas en colegios, escuelas de líderes pro-vida, seminarios, entre otros.

Siempre por la Vida considera que su objetivo es construir una cultura de la vida en Chile y si bien su trabajo no se acaba en la lucha contra el aborto, saben que por ahora lo más urgente es afianzar es afianzar la lucha contra el aborto a través de leyes que garanticen la vida a los niños más indefensos.

Discurso del Papa Benedicto XVI en el Encuentro Interreligioso de Asís

Discurso del Papa Benedicto XVI en el Encuentro Interreligioso de Asís

Jueves 27 de octubre de 2011

Queridos hermanos y hermanas,
Distinguidos Jefes y representantes de las Iglesias y Comunidades eclesiales y de las Religiones del mundo,
queridos amigos

Han pasado veinticinco años desde que el beato Papa Juan Pablo II invitó por vez primera a los representantes de las religiones del mundo a Asís para una oración por la paz. ¿Qué ha ocurrido desde entonces? ¿A qué punto está hoy la causa de la paz? En aquel entonces, la gran amenaza para la paz en el mundo provenía de la división del planeta en dos bloques contrastantes entre sí. El símbolo llamativo de esta división era el muro de Berlín que, pasando por el medio de la ciudad, trazaba la frontera entre dos mundos. En 1989, tres años después de Asís, el muro cayó sin derramamiento de sangre. De repente, los enormes arsenales que había tras el muro dejaron de tener sentido alguno. Perdieron su capacidad de aterrorizar. El deseo de los pueblos de ser libres era más fuerte que los armamentos de la violencia.
La cuestión sobre las causas de este derrumbe es compleja y no puede encontrar una respuesta con fórmulas simples. Pero, junto a los factores económicos y políticos, la causa más profunda de dicho acontecimiento es de carácter espiritual: detrás del poder material ya no había ninguna convicción espiritual. Al final, la voluntad de ser libres fue más fuerte que el miedo ante la violencia, que ya no contaba con ningún respaldo espiritual. Apreciamos esta victoria de la libertad, que fue sobre todo también una victoria de la paz. Y es preciso añadir en este contexto que, aunque no se tratara sólo, y quizás ni siquiera en primer lugar, de la libertad de creer, también se trataba de ella. Por eso podemos relacionar también todo esto en cierto modo con la oración por la paz.

Pero, ¿qué ha sucedido después? Desgraciadamente, no podemos decir que desde entonces la situación se haya caracterizado por la libertad y la paz. Aunque no haya a la vista amenazas de una gran guerra, el mundo está desafortunadamente lleno de discordia. No se trata sólo de que haya guerras frecuentemente aquí o allá; es que la violencia en cuanto tal siempre está potencialmente presente, y caracteriza la condición de nuestro mundo. La libertad es un gran bien. Pero el mundo de la libertad se ha mostrado en buena parte carente de orientación, y muchos tergiversan la libertad entendiéndola como libertad también para la violencia. La discordia asume formas nuevas y espantosas, y la lucha por la paz nos debe estimular a todos nosotros de modo nuevo.

Tratemos de identificar más de cerca los nuevos rostros de la violencia y la discordia. A grandes líneas – según mi parecer – se pueden identificar dos tipologías diferentes de nuevas formas de violencia, diametralmente opuestas por su motivación, y que manifiestan luego muchas variantes en sus particularidades. Tenemos ante todo el terrorismo, en el cual, en lugar de una gran guerra, se emplean ataques muy precisos, que deben golpear destructivamente en puntos importantes al adversario, sin ningún respeto por las vidas humanas inocentes que de este modo resultan cruelmente heridas o muertas.
A los ojos de los responsables, la gran causa de perjudicar al enemigo justifica toda forma de crueldad. Se deja de lado todo lo que en el derecho internacional ha sido comúnmente reconocido y sancionado como límite a la violencia. Sabemos que el terrorismo es a menudo motivado religiosamente y que, precisamente el carácter religioso de los ataques sirve como justificación para una crueldad despiadada, que cree poder relegar las normas del derecho en razón del «bien» pretendido. Aquí, la religión no está al servicio de la paz, sino de la justificación de la violencia.

A partir de la Ilustración, la crítica de la religión ha sostenido reiteradamente que la religión era causa de violencia, y con eso ha fomentado la hostilidad contra las religiones. En este punto, que la religión motive de hecho la violencia es algo que, como personas religiosas, nos debe preocupar profundamente. De una forma más sutil, pero siempre cruel, vemos la religión como causa de violencia también allí donde se practica la violencia por parte de defensores de una religión contra los otros. Los representantes de las religiones reunidos en Asís en 1986 quisieron decir – y nosotros lo repetimos con vigor y gran firmeza – que esta no es la verdadera naturaleza de la religión. Es más bien su deformación y contribuye a su destrucción. Contra eso, se objeta: Pero, ¿cómo sabéis cuál es la verdadera naturaleza de la religión? Vuestra pretensión, ¿no se deriva quizás de que la fuerza de la religión se ha apagado entre vosotros? Y otros dirán: ¿Acaso existe realmente una naturaleza común de la religión, que se manifiesta en todas las religiones y que, por tanto, es válida para todas? Debemos afrontar estas preguntas si queremos contrastar de manera realista y creíble el recurso a la violencia por motivos religiosos.
Aquí se coloca una tarea fundamental del diálogo interreligioso, una tarea que se ha de subrayar de nuevo en este encuentro. A este punto, quisiera decir como cristiano: Sí, también en nombre de la fe cristiana se ha recurrido a la violencia en la historia. Lo reconocemos llenos de vergüenza. Pero es absolutamente claro que éste ha sido un uso abusivo de la fe cristiana, en claro contraste con su verdadera naturaleza. El Dios en que nosotros los cristianos creemos es el Creador y Padre de todos los hombres, por el cual todos son entre sí hermanos y hermanas y forman una única familia. La Cruz de Cristo es para nosotros el signo del Dios que, en el puesto de la violencia, pone el sufrir con el otro y el amar con el otro. Su nombre es «Dios del amor y de la paz» (2 Co 13,11). Es tarea de todos los que tienen alguna responsabilidad de la fe cristiana el purificar constantemente la religión de los cristianos partiendo de su centro interior, para que – no obstante la debilidad del hombre – sea realmente instrumento de la paz de Dios en el mundo.

Si bien una tipología fundamental de la violencia se funda hoy religiosamente, poniendo con ello a las religiones frente a la cuestión sobre su naturaleza, y obligándonos todos a una purificación, una segunda tipología de violencia de aspecto multiforme tiene una motivación exactamente opuesta: es la consecuencia de la ausencia de Dios, de su negación, que va a la par con la pérdida de humanidad. Los enemigos de la religión – como hemos dicho – ven en ella una fuente primaria de violencia en la historia de la humanidad, y pretenden por tanto la desaparición de la religión. Pero el «no» a Dios ha producido una crueldad y una violencia sin medida, que ha sido posible sólo porque el hombre ya no reconocía norma alguna ni juez alguno por encima de sí, sino que tomaba como norma solamente a sí mismo. Los horrores de los campos de concentración muestran con toda claridad las consecuencias de la ausencia de Dios.

Pero no quisiera detenerme aquí sobre el ateísmo impuesto por el Estado; quisiera hablar más bien de la «decadencia» del hombre, como consecuencia de la cual se produce de manera silenciosa, y por tanto más peligrosa, un cambio del clima espiritual. La adoración de Mamón, del tener y del poder, se revela una anti-religión, en la cual ya no cuenta el hombre, sino únicamente el beneficio personal. El deseo de felicidad degenera, por ejemplo, en un afán desenfrenado e inhumano, como se manifiesta en el sometimiento a la droga en sus diversas formas. Hay algunos poderosos que hacen con ella sus negocios, y después muchos otros seducidos y arruinados por ella, tanto en el cuerpo como en el ánimo. La violencia se convierte en algo normal y amenaza con destruir nuestra juventud en algunas partes del mundo. Puesto que la violencia llega a hacerse normal, se destruye la paz y, en esta falta de paz, el hombre se destruye a sí mismo

La ausencia de Dios lleva al decaimiento del hombre y del humanismo. Pero, ¿dónde está Dios? ¿Lo conocemos y lo podemos mostrar de nuevo a la humanidad para fundar una verdadera paz? Resumamos ante todo brevemente las reflexiones que hemos hecho hasta ahora. He dicho que hay una concepción y un uso de la religión por la que esta se convierte en fuente de violencia, mientras que la orientación del hombre hacia Dios, vivido rectamente, es una fuerza de paz. En este contexto me he referido a la necesidad del diálogo, y he hablado de la purificación, siempre necesaria, de la religión vivida. Por otro lado, he afirmado que la negación de Dios corrompe al hombre, le priva de medidas y le lleva a la violencia.

Junto a estas dos formas de religión y anti-religión, existe también en el mundo en expansión del agnosticismo otra orientación de fondo: personas a las que no les ha sido dado el don de poder creer y que, sin embargo, buscan la verdad, están en la búsqueda de Dios. Personas como éstas no afirman simplemente: «No existe ningún Dios». Sufren a causa de su ausencia y, buscando lo auténtico y lo bueno, están interiormente en camino hacia Él. Son «peregrinos de la verdad, peregrinos de la paz». Plantean preguntas tanto a una como a la otra parte. Despojan a los ateos combativos de su falsa certeza, con la cual pretenden saber que no hay un Dios, y los invitan a que, en vez de polémicos, se conviertan en personas en búsqueda, que no pierden la esperanza de que la verdad exista y que nosotros podemos y debemos vivir en función de ella. Pero también llaman en causa a los seguidores de las religiones, para que no consideren a Dios como una propiedad que les pertenece a ellos hasta el punto de sentirse autorizados a la violencia respecto a los demás. Estas personas buscan la verdad, buscan al verdadero Dios, cuya imagen en las religiones, por el modo en que muchas veces se practican, queda frecuentemente oculta.
Que ellos no logren encontrar a Dios, depende también de los creyentes, con su imagen reducida o deformada de Dios. Así, su lucha interior y su interrogarse es también una llamada a los creyentes a purificar su propia fe, para que Dios – el verdadero Dios – se haga accesible. Por eso he invitado de propósito a representantes de este tercer grupo a nuestro encuentro en Asís, que no sólo reúne representantes de instituciones religiosas. Se trata más bien del estar juntos en camino hacia la verdad, del compromiso decidido por la dignidad del hombre y de hacerse cargo en común de la causa de la paz, contra toda especie de violencia destructora del derecho. Para concluir, quisiera aseguraros que la Iglesia católica no cejará en la lucha contra la violencia, en su compromiso por la paz en el mundo. Estamos animados por el deseo común de ser «peregrinos de la verdad, peregrinos de la paz».

Arzobispado de Madrid estudia la formación de exorcistas para la capital

MADRID, 23 May. 13 / 04:29 pm (ACI/Europa Press).- El Arzobispado de Madrid (España) está estudiando formar a sacerdotes exorcistas para cubrir el vacío que existe en la capital y ante la demanda que siempre ha habido y sigue habiendo. "Es un tema que está en estudio", han asegurado a Europa Press fuentes del arzobispado.

En la actualidad, oficialmente, no hay sacerdotes formados específicamente para practicar exorcismos en la Comunidad de Madrid, facultad para la que deben estar autorizados por el obispo de su diócesis, que en este caso, sería el Arzobispo de Madrid, Cardenal Antonio María Rouco Varela.

Con esta formación que se están planteando desde el Arzobispado de la capital, la diócesis contaría con sacerdotes preparados para atender los casos en que se precise ayuda de la Iglesia en este ámbito.

Según el compendio del Catecismo de la Iglesia Católica, tiene lugar un exorcismo cuando la Iglesia pide con su autoridad, en nombre de Jesús, que una persona o un objeto sea protegido contra el influjo del Maligno y sustraído a su dominio. Además, precisa que el exorcismo solemne, llamado gran exorcismo, puede ser efectuado solamente por un presbítero autorizado por el obispo.

jueves, 23 de mayo de 2013

ECLESIASTICO Capítulo 2

Capítulo 2

1 Hijo, si te decides a servir al Señor, prepara tu alma para la prueba.

2 Endereza tu corazón, sé firme, y no te inquietes en el momento de la desgracia.

3 Unete al Señor y no se separes, para que al
final de tus días seas enaltecido.
4 Acepta de buen grado todo lo que te suceda, y sé paciente en las vicisitudes de tu humillación.

5 Porque el oro se purifica en el fuego, y los que agradan a Dios, en el crisol de la humillación.

6 Confía en él, y él vendrá en tu ayuda, endereza tus caminos y espera en él.

7 Los que temen al Señor, esperen su misericordia, y no se desvíen, para no caer.

8 Los que temen al Señor, tengan confianza en él, y no les faltará su recompensa.

9 Los que temen al Señor, esperen sus beneficios, el gozo duradero y la misericordia.

10 Fíjense en las generaciones pasadas y vean: ¿Quién confió en el Señor y quedó confundido? ¿Quién perseveró en su temor y fue abandonado? ¿Quién lo invocó y no fue tenido en cuenta?

11 Porque el Señor es misericordioso y compasivo, perdona los pecados y salva en el momento de la aflicción.

12 ¡Ay de los corazones cobardes y de las manos que desfallecen, y del pecador que va por dos caminos!

13 ¡Ay del corazón que desfallece, porque no tiene confianza! A causa de eso no será protegido.

14 ¡Ay de ustedes, los que perdieron la constancia! ¿Qué van a hacer cuando el Señor los visite?

15 Los que temen al Señor no desobedecen sus palabras y los que lo aman siguen fielmente sus caminos.

16 Los que temen al Señor tratan de complacerlo y los que lo aman se sacian de su Ley.

17 Los que temen al Señor tienen el corazón bien dispuesto y se humillan delante de él:

18 «Abandonémonos en las manos del Señor y no en las manos de los hombres, porque así como es su grandeza es también su misericordia».

miércoles, 22 de mayo de 2013

ACTIVIDADES DOMINGO 26 DE MAYO: "PENTECOSTÉS".


De: David Gajardo Isla
Fecha: 21 de mayo de 2013 19:57

Hermanos, apelamos a su solidaridad para ir en ayuda de los afectados del incendio en el Mercado de Concepción, que participan de nuestro corriente de Gracia, llevando un alimento no perfectible al encuentro de Pentecostés el día domingo 26 de mayo a las 10:00 hrs. En el Instituto Humanidades.

Y recordando que parte de la ofrenda también será para este fin.

Desde ya muchas gracias y que Dios les retribuya su generosidad



David y Ximena

Servidores

Renovación Carismática Concepción

lunes, 20 de mayo de 2013

ECLESIASTICO Capítulo 1

ECLESIASTICO

Capítulo 1

1 Toda sabiduría viene del Señor, y está con él para siempre.

2 ¿Quién puede contar la arena de los mares, las gotas de la lluvia y los días de la eternidad?

3 ¿Quién puede medir la altura del cielo, la extensión de la tierra, el abismo y la sabiduría?

4 Antes que todas las cosas fue creada la sabiduría y la inteligencia previsora, desde la eternidad.

5 El manantial de la sabiduría es la palabra de Dios en las alturas, y sus canales son los mandamientos eternos.

6 ¿A quién fue revelada la raíz de la sabiduría y quién conoció sus secretos designios?

7 ¿A quién se le manifestó la ciencia de la sabiduría y quién comprendió la diversidad de sus caminos?

8 Sólo uno es sabio, temible en extremo: el
Señor, que está sentado en su trono.
9 El mismo la creó, la vio y la midió, y la derramó sobre todas sus obras:

10 la dio a todos los hombres, según su generosidad, y la infundió abundantemente en aquellos que lo aman.

11 El temor del Señor es gloria y motivo de orgullo, es gozo y corona de alegría.

12 El temor del Señor deleita el corazón, da gozo, alegría y larga vida.

13 Todo terminará bien para el que teme al Señor, él será bendecido en el día de su muerte.

14 El principio de la sabiduría es el temor del Señor: ella es creada junto con los fieles en el seno materno.

15 Anidó entre los hombres para siempre y permanecerá fielmente con su descendencia.

16 La plenitud de la sabiduría es el temor del Señor y ella los embriaga con sus frutos:

17 les colma la casa de bienes
preciosos y con sus productos llena sus graneros.
18 La corona de la sabiduría es el temor del Señor: ella hace florecer el bienestar y la buena salud.

19 El Señor la vio y la midió, hizo llover la ciencia y el conocimiento, y exaltó la gloria de los que la poseen.

20 La raíz de la sabiduría es
el temor del Señor y sus ramas son una larga vida.
21 El temor del Señor aleja los pecados: el que persevera en él aparta la ira divina.

22 Un arrebato indebido no puede justificarse, porque el ímpetu de la pasión lleva a la propia ruina.

23 El hombre paciente soporta hasta el momento oportuno, pero al fin se llenará de gozo:

24 él reserva sus palabras hasta el momento oportuno, y los sabios de muchos proclamarán su inteligencia.

25 En los tesoros de la sabiduría están los enigmas de la ciencia, pero el pecador aborrece la religiosidad.

26 Si deseas la sabiduría, observa los mandamientos, y el Señor te la dará abundantemente.

27 Porque el temor del Señor es sabiduría e instrucción: a él le agradan la fidelidad y la mansedumbre.

28 No seas reacio al temor del Señor ni te acerques a él con doblez de corazón.

29 No seas hipócrita delante de los hombres y presta atención a tus palabras.

30 No te exaltes a ti mismo, no sea que caigas y atraigas sobre ti el deshonor: el Señor revelará tus secretos y te humillará en medio de la asamblea, por no haberte acercado al temor del Señor y porque tu corazón está lleno de falsedad.

domingo, 19 de mayo de 2013

El Espíritu Santo es el alma de la misión

Francisco: El Espíritu Santo es el alma de la misión

Palabras alentadoras a los movimientos laicos reunidos en el Vaticano

Por José Antonio Varela Vidal


LIMA, 19 de mayo de 2013 (Zenit.org) - Durante la misa presidida con motivo de la solemnidad de Pentecostés, el papa Francisco centró su homilía en la acción de la tercera persona de la Trinidad, esto es el Espíritu Santo.

Ante una plaza de San Pedro abarrotada de fieles llegados hasta allí con motivo de la «Jornada con los movimientos, las nuevas comunidades, las asociaciones y las organizaciones laicales», el santo padre centró su enseñanza en tres ideas de la lectura del día, tomada de Hechos de los Apóstoles sobre el Cemáculo: novedad, armonía y misión.

Es así que ante el "miedo" que siente el cristiano cuando Dios quiere llevarlo por caminos nuevos, fuera "de nuestros horizontes con frecuencia limitados, cerrados, egoístas, para abrirnos a los suyos", Francisco invitó a "que el Espíritu Santo anime, guíe nuestra vida, en todas las decisiones".

Porque, según explicó, "la novedad que Dios trae a nuestra vida es lo que verdaderamente nos realiza, lo que nos da la verdadera alegría, la verdadera serenidad". E invitó al creyente a "recorrer los caminos nuevos que la novedad de Dios nos presenta", en vez de "atrincherarnos en estructuras caducas, que han perdido la capacidad de respuesta".

El Espíritu de armonía

El Catequista universal enseñó a los fieles que el Espíritu Santo produce diversidad de carismas y de dones, pero esto no crea desorden en el Iglesia; sino que el Espíritu trae "la unidad, que no significa uniformidad, sino reconducir todo a la armonía". Porque solo Él, continuó, "puede suscitar la diversidad, la pluralidad, la multiplicidad y, al mismo tiempo, realizar la unidad".

Lo opuesto se da, "cuando somos nosotros los que pretendemos la diversidad y nos encerramos en nuestros particularismos, en nuestros exclusivismos, provocamos la división". Porque cuando el cristiano quiere construir la unidad con planes humanos, "terminamos por imponer la uniformidad, la homologación".

Cuando la Iglesia es guiada por el Espíritu "la riqueza, la variedad, la diversidad nunca provocan conflicto, porque Él nos impulsa a vivir la variedad en la comunión de la Iglesia".

Invitó por ello a "caminar juntos en la Iglesia, guiados por los pastores (porque) la eclesialidad es una característica fundamental para los cristianos, para cada comunidad, para todo movimiento". Advirtió también que cuando se va más allá de la doctrina y de la comunidad eclesial "no estamos unidos al Dios de Jesucristo" (cf. 2Jn 1,9).

Una Iglesia que salga

Francisco recordó también que sin la fuerza y la gracia del Espíritu Santo, la Iglesia no va hacia delante. Otra característica de la persona trinitaria es que esta introduce a los cristianos "en el misterio del Dios vivo, y nos salvaguarda del peligro de una Iglesia gnóstica y de una Iglesia autorreferencial, cerrada en su recinto".

Por el contrario, el Espíritu "nos impulsa a abrir las puertas para salir, para anunciar y dar testimonio de la bondad del Evangelio, para comunicar el gozo de la fe, del encuentro con Cristo. El Espíritu Santo es el alma de la misión".

Al ser el Paráclito, el «Consolador», --añadió-- "da el valor para recorrer los caminos del mundo llevando el Evangelio ... nos muestra el horizonte y nos impulsa a las periferias existenciales para anunciar la vida de Jesucristo".

Finalizo invitando a cada grupo, cada movimiento y en sí a todo cristiano, a que se dirija al Padre para pedirle este don.

El Espíritu Santo renueva la unidad de la Iglesia

El Espíritu Santo renueva la unidad de la Iglesia

Reflexión de Francisco en el rezo del Regina Coeli

Por Francisco papa


CIUDAD DEL VATICANO, 19 de mayo de 2013 (Zenit.org) - Esta mañana, al finalizar la misa con los diversos movimientos eclesiales, el papa Francisco rezó el Regina Coeli con los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro.

Ofrecemos las palabras del santo padre al finalizar la oración mariana.

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Queridos hermanos y hermanas, está a punto de concluir esta fiesta de la fe, que comenzó ayer con la Vigilia y terminó esta mañana en la Eucaristía. Un nuevo Pentecostés que ha transformado la Plaza de San Pedro en un Cenáculo al aire libre. Hemos revivido la experiencia de la Iglesia primitiva, siendo una en la oración con María, la Madre de Jesús (cf. Hch 1,14).

Nosotros también, en la variedad de los carismas, hemos experimentado la belleza de la unidad, para ser uno. Y esta es la obra del Espíritu Santo, que siempre crea de nuevo la unidad en la Iglesia.

Quisiera dar las gracias a todos los movimientos, asociaciones, comunidades y organizaciones eclesiales. ¡Ustedes son un don y una riqueza para la Iglesia! ¡Esto son ustedes!.

Agradezco en particular a todos los que han venido de Roma y de muchas partes del mundo. Lleve siempre el poder del Evangelio! ¡No tengan miedo!

¡Tengan siempre la alegría y la pasión por la comunión en la Iglesia! ¡El Señor resucitado esté siempre con vosotros y que la Virgen los proteja!

Queridos hermanos y hermanas, muchas gracias por su amor a la Iglesia. ¡Buena fiesta!

Abrirse a la novedad del Espíritu Santo

Homilía del papa en la Jornada con los movimientos

Por Francisco papa


CIUDAD DEL VATICANO, 19 de mayo de 2013 (Zenit.org) - Durante la Jornada con los movimientos, las nuevas comunidades, las asociaciones y las organizaciones laicales, celebrada hoy en la plaza de san Pedro, el papa Francisco presidió la misa por la solemnidad de Pentecostés,

Ofrecemos el texto íntegro de su homilía.

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Queridos hermanos y hermanas:

En este día, contemplamos y revivimos en la liturgia la efusión del Espíritu Santo que Cristo resucitado derramó sobre la Iglesia, un acontecimiento de gracia que ha desbordado el cenáculo de Jerusalén para difundirse por todo el mundo.

Pero, ¿qué sucedió en aquel día tan lejano a nosotros, y sin embargo, tan cercano, que llega adentro de nuestro corazón? San Lucas nos da la respuesta en el texto de los Hechos de los Apóstoles que hemos escuchado (2,1-11). El evangelista nos lleva hasta Jerusalén, al piso superior de la casa donde están reunidos los Apóstoles. El primer elemento que nos llama la atención es el estruendo que de repente vino del cielo, «como de viento que sopla fuertemente», y llenó toda la casa; luego, las «lenguas como llamaradas», que se dividían y se posaban encima de cada uno de los Apóstoles. Estruendo y lenguas de fuego son signos claros y concretos que tocan a los Apóstoles, no sólo exteriormente, sino también en su interior: en su mente y en su corazón. Como consecuencia, «se llenaron todos de Espíritu Santo», que desencadenó su fuerza irresistible, con resultados llamativos: «Empezaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía manifestarse». Asistimos, entonces, a una situación totalmente sorprendente: una multitud se congrega y queda admirada porque cada uno oye hablar a los Apóstoles en su propia lengua. Todos experimentan algo nuevo, que nunca había sucedido: «Los oímos hablar en nuestra lengua nativa». ¿Y de qué hablaban? «De las grandezas de Dios».

A la luz de este texto de los Hechos de los Apóstoles, deseo reflexionar sobre tres palabras relacionadas con la acción del Espíritu: novedad, armonía, misión.

1. La novedad nos da siempre un poco de miedo, porque nos sentimos más seguros si tenemos todo bajo control, si somos nosotros los que construimos, programamos, planificamos nuestra vida, según nuestros esquemas, seguridades, gustos. Y esto nos sucede también con Dios. Con frecuencia lo seguimos, lo acogemos, pero hasta un cierto punto; nos resulta difícil abandonarnos a Él con total confianza, dejando que el Espíritu Santo anime, guíe nuestra vida, en todas las decisiones; tenemos miedo a que Dios nos lleve por caminos nuevos, nos saque de nuestros horizontes con frecuencia limitados, cerrados, egoístas, para abrirnos a los suyos. Pero, en toda la historia de la salvación, cuando Dios se revela, aparece su novedad - Dios ofrece siempre novedad -, trasforma y pide confianza total en Él: Noé, del que todos se ríen, construye un arca y se salva; Abrahán abandona su tierra, aferrado únicamente a una promesa; Moisés se enfrenta al poder del faraón y conduce al pueblo a la libertad; los Apóstoles, de temerosos y encerrados en el cenáculo, salen con valentía para anunciar el Evangelio. No es la novedad por la novedad, la búsqueda de lo nuevo para salir del aburrimiento, como sucede con frecuencia en nuestro tiempo. La novedad que Dios trae a nuestra vida es lo que verdaderamente nos realiza, lo que nos da la verdadera alegría, la verdadera serenidad, porque Dios nos ama y siempre quiere nuestro bien. Preguntémonos hoy: ¿Estamos abiertos a las “sorpresas de Dios”? ¿O nos encerramos, con miedo, a la novedad del Espíritu Santo? ¿Estamos decididos a recorrer los caminos nuevos que la novedad de Dios nos presenta o nos atrincheramos en estructuras caducas, que han perdido la capacidad de respuesta? Nos hará bien hacernos estas preguntas durante toda la jornada.

2. Una segunda idea: el Espíritu Santo, aparentemente, crea desorden en el Iglesia, porque produce diversidad de carismas, de dones; sin embargo, bajo su acción, todo esto es una gran riqueza, porque el Espíritu Santo es el Espíritu de unidad, que no significa uniformidad, sino reconducir todo a la armonía. En la Iglesia, la armonía la hace el Espíritu Santo. Un Padre de la Iglesia tiene una expresión que me gusta mucho: el Espíritu Santo “ipse harmonia est”. Él es precisamente la armonía. Sólo Él puede suscitar la diversidad, la pluralidad, la multiplicidad y, al mismo tiempo, realizar la unidad. En cambio, cuando somos nosotros los que pretendemos la diversidad y nos encerramos en nuestros particularismos, en nuestros exclusivismos, provocamos la división; y cuando somos nosotros los que queremos construir la unidad con nuestros planes humanos, terminamos por imponer la uniformidad, la homologación. Si, por el contrario, nos dejamos guiar por el Espíritu, la riqueza, la variedad, la diversidad nunca provocan conflicto, porque Él nos impulsa a vivir la variedad en la comunión de la Iglesia. Caminar juntos en la Iglesia, guiados por los Pastores, que tienen un especial carisma y ministerio, es signo de la acción del Espíritu Santo; la eclesialidad es una característica fundamental para los cristianos, para cada comunidad, para todo movimiento. La Iglesia es quien me trae a Cristo y me lleva a Cristo; los caminos paralelos son muy peligrosos. Cuando nos aventuramos a ir más allá (proagon) de la doctrina y de la Comunidad eclesial – dice el Apóstol Juan en la segunda lectura - y no permanecemos en ellas, no estamos unidos al Dios de Jesucristo (cf. 2Jn 1,9). Así, pues, preguntémonos: ¿Estoy abierto a la armonía del Espíritu Santo, superando todo exclusivismo? ¿Me dejo guiar por Él viviendo en la Iglesia y con la Iglesia?

3. El último punto. Los teólogos antiguos decían: el alma es una especie de barca de vela; el Espíritu Santo es el viento que sopla la vela para hacerla avanzar; la fuerza y el ímpetu del viento son los dones del Espíritu. Sin su fuerza, sin su gracia, no iríamos adelante. El Espíritu Santo nos introduce en el misterio del Dios vivo, y nos salvaguarda del peligro de una Iglesia gnóstica y de una Iglesia autorreferencial, cerrada en su recinto; nos impulsa a abrir las puertas para salir, para anunciar y dar testimonio de la bondad del Evangelio, para comunicar el gozo de la fe, del encuentro con Cristo. El Espíritu Santo es el alma de la misión. Lo que sucedió en Jerusalén hace casi dos mil años no es un hecho lejano, es algo que llega hasta nosotros, que cada uno de nosotros podemos experimentar. El Pentecostés del cenáculo de Jerusalén es el inicio, un inicio que se prolonga. El Espíritu Santo es el don por excelencia de Cristo resucitado a sus Apóstoles, pero Él quiere que llegue a todos. Jesús, como hemos escuchado en el Evangelio, dice: «Yo le pediré al Padre que os dé otro Paráclito, que esté siempre con vosotros» (Jn 14,16). Es el Espíritu Paráclito, el «Consolador», que da el valor para recorrer los caminos del mundo llevando el Evangelio. El Espíritu Santo nos muestra el horizonte y nos impulsa a las periferias existenciales para anunciar la vida de Jesucristo. Preguntémonos si tenemos la tendencia a cerrarnos en nosotros mismos, en nuestro grupo, o si dejamos que el Espíritu Santo nos conduzca a la misión. Recordemos hoy estas tres palabras: novedad, armonía, misión.

La liturgia de hoy es una gran oración, que la Iglesia con Jesús eleva al Padre, para que renueve la efusión del Espíritu Santo. Que cada uno de nosotros, cada grupo, cada movimiento, en la armonía de la Iglesia, se dirija al Padre para pedirle este don. También hoy, como en su nacimiento, junto con María, la Iglesia invoca: «Veni Sancte Spiritus! – Ven, Espíritu Santo, llena el corazón de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor». Amén.

El chisme y la difamación en la Iglesia son pecaminosos

El chisme y la difamación en la Iglesia son pecaminosos

Advertencia del papa en la misa diaria

Por Redacción


ROMA, 18 de mayo de 2013 (Zenit.org) - El cristiano debe vencer la tentación de "mezclarse en la vida de los demás". Fue esta la exhortación del papa Francisco en la misa que celebra diariamente en la Casa Santa Marta. El santo padre también destacó que el chisme y la envidia hacen mucho daño a la comunidad cristiana y que no se puede "decir solo la mitad que nos conviene".

En la misa, concelebrada con el padre Daniel Grech del Vicariato de Roma, asistieron un grupo de estudiantes de la Universidad Pontificia Lateranense, dirigido por el rector monseñor Enrico Dal Covolo.

Según informa Radio Vaticana, partiparon también Kiko Argüello, Carmen Hernández y Mario Pezzi del Camino Neocatecumenal; y Roberto Fontolan y Emilia Guarnieri de Comunión y Liberación.

Ni chismes ni comparaciones

"¿A ti qué te importa?" El papa Francisco ha desarrollado su homilía a partir de esta pregunta que Jesús dirigió a Pedro, que se había inmiscuido en la vida del otro, en la vida del discípulo Juan, "a quien Jesús amaba". Pedro, señaló, tenía "un diálogo de amor" con el Señor, pero luego el diálogo "se ha desviado hacia otro carril" y él también padece una tentación: "Inmiscuirse en la vida de los otros".

Como se dice "vulgarmente", dijo el Papa, Pedro hace de "curioso". Es así que ha centrado su homilía en dos modalidades de esta intromisión en la vida de los otros. En primer lugar, la "comparación", el "compararse con los demás". Cuando existe esta comparación, dijo, "terminamos en la amargura y hasta en la envidia, y la envidia arruina la comunidad cristiana", le “le hace mucho daño", y "el diablo quiere eso". La segunda forma de esta tentación, agregó, son los chismes. Se empieza de una manera “muy educada”, pero luego terminamos "despellejando al prójimo":

"¡Cuánto se chismea en la Iglesia! ¡Cuánto chismeamos nosotros los cristianos! El chisme es propio despellejarse, ¿no? Es maltratarse el uno al otro. ¿Como si se quisiera disminuir al otro, no? En lugar de crecer yo, hago que el otro sea aplanado y me siento muy bien. ¡Esto no va! Parece agradable chismear... No sé por qué, pero se siente bien. Como un caramelo de miel, ¿verdad? Te comes uno -¡Ah, qué bien! -Y luego otra, otra, otra, y al final tienes dolor de estómago. ¿Y por qué? El chisme es así: es dulce al principio y luego te arruina, ¡te arruina el alma! Los chismes son destructivos en la Iglesia, son destructivos ... Es un poco como el espíritu de Caín: matar al hermano, con su lengua; ¡matar a su hermano!".

En este camino, dijo, "¡nos convertimos en cristianos de buenas costumbres y malos hábitos!" Pero ¿cómo se presenta el chisme? Normalmente, ha distinguido el papa Francisco, "hacemos tres cosas":

El cristiano no difama ni calumnia

"Desinformamos: decir solo la mitad que nos conviene y no la otra mitad; la otra mitad no la decimos porque no es conveniente para nosotros. En segundo lugar está la difamación: Cuando una persona realmente tiene un defecto, y ha errado, entonces contarlo, "hacer del periodista"... ¡Y la fama de esta persona está arruinada! Y la tercera es la calumnia: decir cosas que no son ciertas. ¡Eso es también matar a su hermano! Todas estas tres --la desinformación, la difamación y la calumnia-- ¡son pecado! ¡Este es el pecado! Esto es darle una bofetada a Jesús en la persona de sus hijos, de sus hermanos".

Es por eso que Jesús hace con nosotros como lo hizo con Pedro cuando lo reprende: "¿A ti qué te importa? ¡Tú sígueme!” El Señor realmente nos “señala el camino":

"El chisme no te hará bien, porque te llevará a este espíritu de destrucción en la Iglesia. ¡Sígueme!”. Es hermosa esta palabra de Jesús, que es tan clara, es tan amorosa para nosotros. Como si dijera: «No hagan fantasías, creyendo que la salvación está en la comparación con los demás o en el chisme. La salvación es ir detrás de mí». ¡Seguir a Jesús! Pidamos hoy al Señor que nos dé esta gracia de nunca inmiscuirnos en la vida de los demás, de convertirnos en cristianos de buenos modales y malos hábitos, de seguir a Jesús, para ir detrás de Jesús, en su camino. ¡Y esto es suficiente!".

Durante su homilía, Francisco recordó también un episodio de la vida de Santa Teresita que se preguntaba por qué Jesús dio tanto a uno y poco a otro. La hermana mayor, tomó un dedal y un vaso y los llenó con agua, y luego le preguntó a Teresita cuál de los dos estaba más lleno. "Ambos están llenos", dijo la futura santa. Jesús, dijo el papa, hace "así con nosotros", "no le importa si eres grande, si eres pequeño". Él está interesado en que "estés lleno del amor de Jesús".

"Prefiero una Iglesia accidentada por salir, que enferma por encerrarse"

"Prefiero una Iglesia accidentada por salir, que enferma por encerrarse"

Llamado de Francisco a los laicos en la Vigilia de Pentecostés

Por José Antonio Varela Vidal


LIMA, 18 de mayo de 2013 (Zenit.org) - En la Vigilia de Pentecostés de la "Jornada con los movimientos, las nuevas comunidades, las asociaciones y las organizaciones laicales", el santo padre Francisco escuchó distintos testimonios y preguntas que le permitieron medir por primera vez durante su pontificado, la gran fuerza viva que son hoy en día los laicos en la Iglesia.

Hasta la plaza de san Pedro llegaron miembros de cerca de ciento veinte movimientos con presencia en Italia y a nivel mundial.

Después de la entronización del icono de la Virgen, que con la antigua advocación de Salus Populi Romani que presidió el encuentro, los asistentes y el papa escucharon los testimonios de diversos laicos que por su actividad profesional, su vida cristiana o por el solo hecho de estar en un país sin libertad religiosa, deben dar muestras de su fe.

Fue significativo escuchar al hermano de Shahbaz Bhatti, el exministro católico de Minorías de Pakistán, asesinado en Islamabad en 2011 por islamistas a causa de su oposición a la ley contra la blasfemia.

Dar respuesta a la fe

En el evento, enmarcado en el calendario del "Año de la fe", el papa respondió de forma espontánea, a las preguntas formuladas por diversos representantes, las que confesó "conocerlas de antemano".

Estos, en nombre de los laicos del mundo entero, le pidieron al papa una luz sobre temas de evangelización, el testimonio cristiano y una aclaración mayor sobre aquel llamado de Francisco para que la Iglesia sea "pobre y para los pobres"

Sobre la transmisión de la fe, insistió que esta debe ser presentada, porque si alguien no da el primer anuncio, el futuro creyente no podrá encontrarse con Jesús. Volvió a recordar que un nuevo encuentro con el Padre puede darse en el confesionario, "donde Él siempre nos espera".

Advirtió sin embargo que el mayor enemigo ante la fragilidad, es el miedo. Por lo que insistió que al sentirse inseguro, hay que saber que "allí está el Señor".

Comunicar a Cristo

En respuesta sobre la segunda pregunta, acerca de cómo comunicar la fe hoy, enseñó que esto no es cuestión de buscar una eficacia ni consiste en hacer estrategias, "las cuales son solo herramientas secundarias".

Lo que debe hacerse, añadió, es "comunicar a Jesucristo, y no más a Francisco", en clara alusión a que el auténtico líder de la Iglesia es Cristo y no el papa.

Invitó a rezar más, a fin de "dejarse guiar por él". Recordó el pasaje en que Pedro tuvo la visión de que el evangelio debía llevarse también a los gentiles, para insistir que hay que dejarse "sorprender" por Jesús, dejando que el Espíritu de Dios actúe dentro del evangelizador, y lo lleve hacia adelante.

Purificar la cuestión pública

Consultado sobre cómo construir una ética pública y un mejor modelo para el desarrollo humano, recomendó que el mejor testimonio que se puede dar, es con una vivencia auténtica del evangelio en esos espacios.

Advirtió sin embargo que la Iglesia "no es un movimiento político, ni una estructura bien organizada", ni tampoco debe ser comparada con una 'ONG'. Porque cuando se hace esto, continuó, "se pierde la sal, no hay sabor, se vuelve una organización vacía, llevada por el eficientismo".

Lo contrario debe ser, en el pensamiento de Francisco, "el desarrollo de la solidaridad, del compartir". Porque según dijo, "lo que está en crisis es el hombre, el cual puede ser destruido al ser imagen de Dios".

Hizo ver que al estar frente a una crisis de esta magnitud, al hombre "se le despoja de la ética, en que todo es posible y todo se puede hacer".

Criticó al actual sistema económico, que se preocupa por las grandes caídas de las instituciones financieras, a diferencia de los que mueren de hambre por las calles.

No cerrarse ni aislarse

Ante esta realidad, invitó a la Iglesia a no cerrarse ni aislarse. Exhortó a "no cerrarse en la parroquia, con el movimiento, entre los que pensamos igual". Porque cuando se cierra, "se enferma".

Invitó nuevamente a que la Iglesia "salga de sí misma, hacia la periferia, a dar testimonio del evangelio y a encontrarse con los demás", en clara respuesta al mandato de Jesús de "Ir".

"Prefiero una Iglesia accidentada, a una que está enferma por cerrarse", dijo. Y criticó aquellas "estructuras caducas" que "no nos hacen libres, sino esclavos".

Se refirió también a que debe darse "una cultura del encuentro, de la amistad, de hablar aún con los que no piensan como nosotros, incluso con otra fe, porque todos son hijos de Dios".

Una Iglesia pobre

Una de las preguntas hizo referencia a la expresión dicha por Francisco dos días despues del inicio de su pontificado, de que le gustaría una "Iglesia pobre y para los pobres".

A este respecto --y con la atención mundial puesta en sus palabras--, explicó que basta "salir para encontrar la pobreza". Lamentó que hoy en día encontrar un mendigo muerto de frío o hambre por la calle ya no sea una noticia...

Criticó a quienes se mantienen indiferentes a esta realidad, especialmente a aquellos cristianos "que hablan de teología mientras toman el té", en clara referencia a su homilía de días atrás donde dijo que no se necesita de "cristianos de salón" en este momento en la Iglesia.

Muy por el contrario, prosiguió, "hay que tener coraje y salir hacia aquellos que son la carne de Cristo". Porque para Francisco, la pobreza no es una categoría filosófica o sociólogica, sino teológica, "porque el hijo de Dios se ha hecho pobre".

Y si la Iglesia no va hacia la carne de Cristo que está en los pobres, se cae en la "mundanidad espiritual", un concepto muy unido a los peligros del cristianismo de salón.

Terminó animando a todos a anunciar el evangelio con coraje y a la vez con paciencia. E invitó a unirse a los cristianos "que sufren tanto, que hacen la experiencia del límite entre la vida y la muerte", reiterando su llamado por una verdadera libertad religiosa para todos.

"Para todos", porque según Francisco, "todos deben ser libres en su confesión religiosa, porque son hijos de Dios".

Terminada la ceremonia, el papa saludó a los líderes de las más importantes realidades laicales del mundo, con quienes departió algunos segundos entre comentarios y sonrisas.

Mañana domingo, solemnidad de Pentecostés, el santo padre presidirá una celebración eucarística en la plaza de San Pedro, a la cual siguen llegando los peregrinos pertenecientes a cientos de movimientos y organizaciones apostólicas.

Los movimientos eclesiales: un don del Espíritu Santo.


Se celebra en el Ateneo Regina Apostolorum el congreso internacional en preparación al encuentro de Pentecostés

Por Luca Marcolivio


ROMA, 17 de mayo de 2013 (Zenit.org) - El primer encuentro de Pentecostés del papa Francisco con los movimientos eclesiales ha dado la motivación para un congreso preparatorio en el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum (APRA), de Roma, iniciado ayer.

“La primavera de la Iglesia y la acción del espíritu” es el tema de dos días dedicados a un encuentro de testimonio por parte de representantes, en su mayoría laicos, de realidades como Regnum Christi, los Focolares, la Renovación en el Espíritu, el Camino Neocatecumenal, o la Comunidad de San Egidio.

En la primera parte del evento, introducida por el rector del APRA, padre Pedro Barrajón LC, intervinieron monseñor Joseph Clemens, secretario del Pontificio Consejo para los Laicos; el padre Gianfranco Ghirlanda, rector emérito de la Universidad Pontificia Lateranense; y monseñor Ricardo Blázquez, arzobispo de Valladolid.

Monseñor Clemens presentó especialmente el pensamiento del cardenal Joseph Ratzinger, del que fue secretario. Ya en 1998, con motivo del primer encuentro de Pentecostés de los Movimientos, Ratzinger había saludado esta realidad como una “esperanza para la Iglesia universal”.

Los movimientos, había afirmado el futuro papa, surgen espontáneamente sin haya un verdadero proyecto humano: por esto son verdaderos “dones del Espíritu Santo”, además de “expresiones de la juventud de la Iglesia”, y “protagonistas de la misión, del empeño social y de las vocaciones sacerdotales y religiosas”.

En el libro-entrevista “Informe sobre la fe”, realizado con Vittorio Messori en 1985, el cardenal Ratzinger había saludado la realidad de los movimientos como una de las herencias más luminosas de un Concilio Vaticano II no exento de sombras.

En 1999, Ratzinger habló de la “pérdida de entusiasmo” y de la “burocratización” como dos amenazas mortales para la Iglesia de hoy, capaces solo de elevar barreras dentro de la misma Iglesia, allí donde los movimientos eran expresión en positivo de la “variedad” y, por tanto, de la “catolicidad” de la Iglesia.

En este sentido, los movimientos favorecen la unidad de la Iglesia, sin por ello aplanarse en la uniformidad. Estos son también generadores de una “plena integral catolicidad”, que se manifiesta en una “fe fresca y entusiasta”, en una “alegría que contagia”.

Viviendo la realidad de un movimiento, añadió monseñor Clemens, el cristiano aprende a vencer los propios egoísmos y a cultivar una fe auténtica que lo sostenga en todos los aspectos de la vida, incluida la acción social.

Siguió la ponencia del padre Gianfranco Ghirlanda SJ, que se detuvo sobre todo en la naturaleza estructural y también jurídica de los movimientos, dentro de los cuales pueden convivir personas con vocaciones diversas, ya sea al sacerdocio, la vida consagrada, o la laical y matrimonial.

En los movimientos, el elemento común a cada miembro es el carisma y, en cierto sentido, la “consagración” a aquél carisma, si bien a los miembros laicos no se les pide un cambio en el estilo de vida.

El padre Ghirlanda advirtió sobre dos degeneraciones a evitar: la pretensión de que un movimiento se presente en modo exclusivo como depositario auténtico de la verdad de la Iglesia o que, cuando surja en una parroquia, se desarrolle “al margen de la parroquia y no al servicio de la misma”.

Monseñor Ricardo Blázquez contó la experiencia en su propia diócesis, en contacto con el Camino Neocatecumenal. “Debemos recuperar la alegría de creer para testimoniar al Señor con la fe y las obras”, dijo el prelado, subrayando que, en una sociedad fuertemente secularizada, es importante empezar de nuevo desde la “iniciación cristiana”.

Aunque no existen carismas perfectos, añadió, los movimientos como el Camino Neocatecumenal, presentan “signos de autenticidad” y son la justa respuesta a la llamada de la Nueva Evangelización.

“Entre persona y comunidad –explicó Blázquez- se instaura una relación vital para transmitir la fe”. Otro paso importante es el de aprender a percibir la Iglesia no ya como una “realidad exterior” sino “interior”.

La fe es tanto personal como eclesial y, si un cristiano permanece solo, “está destinado al naufragio”. Otros elementos imprescindibles son “el reconocimiento y el perdón de los pecados”, la “obediencia” a los superiores, la “esperanza en la vida eterna”.

El mensaje cristiano, concluyó, no debe ser transmitido “con orgullo” sino con “franqueza, confianza y humildad”.

Catequesis del Papa sobre el Espíritu Santo que lleva a la Verdad, a Jesús.


VATICANO, 15 May. 13 / 09:47 am (ACI/EWTN Noticias).- En su catequesis de la audiencia general de hoy celebrada en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco explicó que el Espíritu Santo es quien le permite al cristiano conocer la Verdad, que es Cristo, y de esa forma lo ayuda a ser cristiano en todo momento, no solo a veces.

A continuación el texto completo de la catequesis de hoy:

Queridos hermanos y hermanas, buenos días,

Hoy me quiero centrar en la acción que el Espíritu Santo realiza en la guía de la Iglesia y de cada uno de nosotros a la Verdad. Jesús mismo dice a sus discípulos: el Espíritu Santo "les guiará en toda la verdad" (Jn 16:13), él mismo es "el Espíritu de la Verdad" (cf. Jn 14:17, 15:26, 16:13).

Vivimos en una época en la que se es más bien escéptico con respecto a la verdad. Benedicto XVI ha hablado muchas veces de relativismo, es decir, la tendencia a creer que no hay nada definitivo, y a pensar que la verdad está dada por el consenso general o por lo que nosotros queremos. Se plantean estas preguntas: ¿existe realmente "la" verdad? ¿Qué es "la" verdad? ¿Podemos conocerla? ¿Podemos encontrarla?

Aquí me viene a la memoria la pregunta del procurador romano Poncio Pilato cuando Jesús le revela el sentido profundo de su misión: "¿Qué es la verdad?" (Jn 18,37.38). Pilato no entiende que "la" Verdad está frente a él, no es capaz de ver en Jesús el rostro de la verdad, que es el rostro de Dios. Y sin embargo, Jesús es esto: la Verdad, la cual, en la plenitud del tiempo, "se hizo carne" (Jn 1,1.14), que vino entre nosotros para que la conociéramos. La verdad no te agarra como una cosa, la verdad se encuentra. No es una posesión, es un encuentro con una Persona.

Pero, ¿quién nos hace reconocer que Jesús es "la" Palabra de la verdad, el Hijo unigénito de Dios Padre? San Pablo enseña que "nadie puede decir: "Jesús es el Señor", si no está impulsado por el Espíritu Santo" (1 Cor 12:03). Es sólo el Espíritu Santo, el don de Cristo Resucitado, quien nos hace reconocer la verdad. Jesús lo define el "Paráclito", que significa "el que viene en nuestra ayuda", el que está a nuestro lado para sostenernos en este camino de conocimiento; y, en la Última Cena, Jesús asegura a sus discípulos que el Espíritu Santo les enseñará todas las cosas, recordándoles sus palabras (cf. Jn 14,26).

¿Cuál es entonces la acción del Espíritu Santo en nuestras vidas y en la vida de la Iglesia para guiarnos a la verdad? En primer lugar, recuerda e imprime en los corazones de los creyentes las palabras que Jesús dijo, y precisamente a través de estas palabras, la ley de Dios -como lo habían anunciado los profetas del Antiguo Testamento- se inscribe en nuestros corazones y en nosotros se convierte en un principio de valoración de las decisiones y de orientación de las acciones cotidianas, se convierte en un principio de vida.

Se realiza la gran profecía de Ezequiel: "Los purificaré de todas sus impurezas y de todos sus ídolos. Les daré un corazón nuevo y pondré en ustedes un espíritu nuevo… infundiré mi espíritu en ustedes y haré que siga mis preceptos, y que observen y practiquen mis leyes". (36:25-27). De hecho, de lo profundo de nosotros mismos nacen nuestras acciones: es el corazón el que debe convertirse a Dios, y el Espíritu Santo lo transforma si nosotros nos abrimos a Él.

El Espíritu Santo, entonces, como promete Jesús, nos guía "en toda la verdad" (Jn 16,13); nos lleva no sólo para encontrar a Jesús, la plenitud de la Verdad, sino que nos guía "en" la Verdad, es decir, nos hace entrar en una comunión siempre más profunda con Jesús, dándonos la inteligencia de las cosas de Dios. Y ésta no la podemos alcanzar con nuestras fuerzas. Si Dios no nos ilumina interiormente, nuestro ser cristianos será superficial.

La Tradición de la Iglesia afirma que el Espíritu de la verdad actúa en nuestros corazones, suscitando aquel "sentido de la fe" (sensus fidei), el sentido de la fe a través del cual, como afirma el Concilio Vaticano II, el Pueblo de Dios, bajo la guía del Magisterio, indefectiblemente se adhiere a la fe transmitida, la profundiza con un juicio recto y la aplica más plenamente en la vida (cf. Constitución dogmática. lumen Gentium, 12). Probemos a preguntarnos: ¿estoy abierto al Espíritu Santo, le pido para que me ilumine, y me haga más sensible a las cosas de Dios?

Y ésta es una oración que tenemos que rezar todos los días: Espíritu Santo que mi corazón esté abierto a la Palabra de Dios, que mi corazón esté abierto al bien, que mi corazón esté abierto a la belleza de Dios, todo todos los días. Pero me gustaría hacer una pregunta a todos ustedes: ¿Cuántos de ustedes rezan cada día al Espíritu Santo, eh? ¡Serán pocos, eh! pocos, unos pocos, pero nosotros tenemos que cumplir este deseo de Jesús: orar cada día al Espíritu Santo para que abra nuestros corazones a Jesús.

Pensemos en María que «conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón " (Lc 2,19.51). La recepción de las palabras y las verdades de fe, para que se conviertan en vida, se necesita que se realicen y crezcan bajo la acción del Espíritu Santo. En este sentido, debemos aprender de María, reviviendo su "sí", su total disponibilidad para recibir al Hijo de Dios en su vida, que desde ese momento la transformó. A través del Espíritu Santo, el Padre y el Hijo establecen su morada en nosotros: nosotros vivimos en Dios y para Dios. ¿Pero nuestra vida está verdaderamente animada por Dios? ¿Cuántas cosas interpongo antes que Dios?

Queridos hermanos y hermanas, tenemos que dejarnos impregnar con la luz del Espíritu Santo, para que Él nos introduzca en la Verdad de Dios, que es el único Señor de nuestra vida. En este Año de la Fe preguntémonos si en realidad hemos dado algunos pasos para conocer mejor a Cristo y las verdades de la fe, con la lectura y la meditación de las Escrituras, en el estudio del Catecismo, acercándonos con asiduidad a los Sacramentos.

Pero preguntémonos al mismo tiempo cuántos pasos estamos dando para que la fe dirija toda nuestra existencia. No se es cristiano "según el momento", sólo algunas veces, en algunas circunstancias, en algunas ocasiones; ¡no, no se puede ser cristiano así! ¡Se es cristiano en todo momento! Totalmente.

La verdad de Cristo, que el Espíritu Santo nos enseña y forma parte para siempre y totalmente de nuestra vida cotidiana. Invoquémosle con más frecuencia, para que nos guíe en el camino de los discípulos de Cristo. Invoquémosle todos los días, hagamos esta propuesta: cada día invoquemos al Espíritu Santo. ¿Lo harán? No oigo, eh, todos los días, eh! Y así el Espíritu nos llevará más cerca de Jesucristo. Gracias.

jueves, 16 de mayo de 2013

¿Cuál es la raíz que nos lleva desear el mal para nuestro adversario?.



Hermanos(as),

Paz y bien:

Ayer vimos por TV, como un rebelde se comía un corazón de un soldado sirio. “Juro que comeremos vuestros corazones e hígados", dice un insurgente sirio tras destripar el cuerpo de un soldado gubernamental caído y hacer el gesto de masticarlo. Organizaciones de derechos humanos han condenado el hecho que muestra el nivel de la crisis en la zona.
460 años antes, en Chile, el 25 de Diciembre de 1553 en la batalla de Tucapel, el indio mapuche Lautaro llevó al campo al soldado español Pedro de Valdivia, y le dio muerte después de tres días de atroces torturas, extrayéndole a carne viva el corazón y comiéndoselo junto a los toquis. Su cráneo fue extraído y sirvió como trofeo al ser usado como vasija contenedora de Chicha.
El ser humano, cada cierto tiempo nos recuerda que tan lejos podemos llegar con el enemigo, y también nos hace recordar que tan lejos llegaron nuestros antepasados.
Jesús nos enseña todo lo contrario: “Amar al prójimo como a uno mismo”. Dios Padre Yavhé promete bendiciones para quienes le obedezcan hasta por 1.000 generaciones, y a quienes le desobedezcan, promete castigo a lo largo de las generaciones futuras.
Si en promedio los humanos, hemos vividos 70 años, en la séptima generación pasada, es decir hace ya 490 años atrás, nuestros antepasados eran españoles, o bien muy probablemente, eran indios mapuches. Descendientes indirectos de quienes como Lautaro, practicaban el canibalismo con sus enemigos. Es decir tenemos una predisposición genética al canibalismo.
Hoy 460 años después…¿Cómo nos comportamos con nuestros enemigos o adversarios?. Gracias a Dios no llegamos tan lejos, pero hay algunos(as) que en su corazón desean el mal a su hermano(a). ¿De dónde provendrá esta inclinación al mal?. ¿Cuál es la raíz que nos lleva desear el mal para nuestro adversario?. ¿Por qué siendo tan católicos deseamos el mal e incluso la muerte a quienes consideramos adversarios?. Si no se convierte Señor, Aniquílalo Señor……¿Es esto de Dios?. Si no me obedecen a mí, mándalo(a) bien lejos Señor !!. ¿Es esto cristiano?.

9 No devuelvan mal por mal, ni injuria por injuria: al contrario, retribuyan con bendiciones, porque ustedes mismos están llamados a heredar una bendición.
10 "El que ama la vida y desea gozar de días felices, guarde su lengua del mal y sus labios de palabras mentirosas;
11 apártese del mal y practique el bien; busque la paz y siga tras ella.
12 Porque los ojos del Señor miran al justo y sus oídos están atentos a su plegaria, pero él rechaza a los que hacen el mal". PRIMERA CARTA DE SAN PEDRO Capítulo 3.
7 Estableceré mi alianza contigo y con tu descendencia a través de las generaciones. Mi alianza será una alianza eterna, y así yo seré tu Dios y el de tus descendientes. Génesis, Capítulo 17.
5 No te postrarás ante ellas, ni les rendirás culto, porque yo soy el Señor, tu Dios, un Dios celoso, que castigo la maldad de los padres en los hijos, hasta la tercera y cuarta generación, si ellos me aborrecen;
6 y tengo misericordia a lo largo de mil generaciones, si me aman y cumplen mis mandamientos. Éxodo, Capítulo 20.
5 El Señor descendió en la nube, y permaneció allí, junto a él. Moisés invocó el nombre del Señor.
Aparición del Señor a Moisés
6 El Señor pasó delante de él y exclamó: «El Señor es un Dios compasivo y bondadoso, lento para enojarse, y pródigo en amor y fidelidad.
7 El mantiene su amor a lo largo de mil generaciones y perdona la culpa, la rebeldía y el pecado; sin embargo, no los deja impunes, sino que castiga la culpa de los padres en los hijos y en los nietos, hasta la tercera y cuarta generación.
8 Moisés cayó de rodillas y se postró,
9 diciendo: «Si realmente me has brindado tu amistad, dígnate, Señor, ir en medio de nosotros. Es verdad que este es un pueblo obstinado, pero perdona nuestra culpa y nuestro pecado, y conviértenos en tu herencia».
Renovación de la Alianza
10 El Señor le respondió: Yo voy a establecer una alianza. A la vista de todo el pueblo, realizaré maravillas como nunca se han hecho en ningún país ni en ninguna nación. El pueblo que está contigo verá la obra del Señor, porque yo haré cosas tremendas por medio de ti. Éxodo, Capítulo 34.

26 Yo pongo hoy delante de ustedes una bendición y una maldición.
27 Bendición, si obedecen los mandamientos del Señor, su Dios, que hoy les impongo.
28 Maldición, si desobedecen esos mandamientos y se apartan del camino que yo les señalo, para ir detrás de dioses extraños, que ustedes no han conocido. Deuteronomio, Capítulo 11.

miércoles, 15 de mayo de 2013

◾EVANGELIO SEGUN SAN JUAN Capítulo 17

Capítulo 17

1 Después de hablar así, Jesús levantó los ojos al cielo, diciendo: «Padre, ha llegado la hora: glorifica a tu Hijo para que el Hijo te glorifique a ti,

2 ya que le diste autoridad sobre todos los hombres, para que él diera Vida eterna a todos los que tú les has dado.

3 Esta es la Vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a tu Enviado, Jesucristo.

4 Yo te he glorificado en la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste.

5 Ahora, Padre, glorifícame junto a ti, con la gloria que yo tenía contigo antes que el mundo existiera.

6 Manifesté tu Nombre a los que separaste del mundo para confiármelos. Eran tuyos y me los diste, y ellos fueron fieles a tu palabra.

7 Ahora saben que todo lo que me has dado viene de ti,

8 porque les comuniqué las palabras que tú me diste: ellos han reconocido verdaderamente que yo salí de ti, y han creído que tú me enviaste.

9 Yo ruego por ellos: no ruego por el mundo, sino por los que me diste, porque son tuyos.

10 Todo lo mío es tuyo y todo lo tuyo es mío, y en ellos he sido glorificado.

11 Ya no estoy más en el mundo, pero ellos están en él; y yo vuelvo a ti. Padre santo, cuida en tu Nombre a aquellos que me diste, para que sean uno, como nosotros.

12 Mientras estaba con ellos, cuidaba en tu Nombre a los que me diste; yo los protegía y no se perdió ninguno de ellos, excepto el que debía perderse, para que se cumpliera la Escritura.

13 Pero ahora voy a ti, y digo esto estando en el mundo, para que mi gozo sea el de ellos y su gozo sea perfecto.

14 Yo les comuniqué tu palabra, y el mundo los odió porque ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.

15 No te pido que los saques del mundo, sino que los preserves del Maligno.

16 Ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.

17 Conságralos en la verdad: tu palabra es verdad.

18 Así como tú me enviaste al mundo, yo también los envío al mundo.

19 Por ellos me consagro, para que también ellos sean consagrados en la verdad.

20 No ruego solamente por ellos, sino también por los que, gracias a su palabra, creerán en mí.

21 Que todos sean uno: como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste.

22 Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno

23 –yo en ellos y tú en mí– para que sean perfectamente uno y el mundo conozca que tú me has enviado, y que yo los amé cómo tú me amaste.

24 Padre, quiero que los que tú me diste estén conmigo donde yo esté, para que contemplen la gloria que me has dado, porque ya me amabas antes de la creación del mundo.

25 Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te conocí, y ellos reconocieron que tú me enviaste.

26 Les di a conocer tu Nombre, y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que tú me amaste esté en ellos, y yo también esté en ellos».

◾HECHOS DE LOS APOSTOLES Capítulo 20

◾HECHOS DE LOS APOSTOLES
Capítulo 20

1 Cuando cesó el tumulto, Pablo llamó a los discípulos y después de haberlos exhortado, se despidió de ellos y partió hacia Macedonia.

2 Atravesó toda esa región, exhortando vivamente a sus hermanos, y llegó a Grecia,

3 donde permaneció tres meses. Cuando iba a embarcarse para Siria, los judíos tramaron una conspiración contra él, y por eso, decidió volver por Macedonia.

4 Lo acompañaban Sópatro de Berea, hijo de Pirro; Aristarco y Segundo de Tesalónica; Gayo de Derbe, Timoteo, y también Tíquico y Trófimo de la provincia de Asia.

5 Estos se adelantaron y nos esperaron en Tróade.

6 Nosotros, partimos de Filipos por mar después de la fiesta de los panes Acimos, y cinco días más tarde, nos reunimos con ellos en Tróade donde pasamos una semana.

7 El primer día de la semana, cuando nos reunimos para partir el pan, Pablo, que debía salir al día siguiente, dirigió la palabra a la asamblea y su discurso se prolongó hasta la medianoche.

8 La habitación donde nos habíamos reunido estaba muy iluminada.

9 Un muchacho llamado Eutico, que se había sentado en el borde la ventana, tenía mucho sueño y se dormía mientras Pablo hablaba, hasta que, vencido por el sueño, se cayó desde un tercer piso. Cuando lo levantaron, estaba muerto.

10 Pablo bajo, se echó sobre él y, abrazándolo, dijo: «No se alarmen, porque está vivo».

11 Volvió a subir, partió el pan y comió. Luego siguió hablando mucho tiempo hasta el amanecer; y después salió.

12 En cuanto al muchacho, lo llevaron a su casa con vida, y todos se sintieron muy reconfortados.

13 Nosotros nos adelantamos en barco, navegando en dirección a Asos, donde debíamos recoger a Pablo. El lo había dispuesto así, porque iba a hacer el viaje por tierra.

14 Cuando nos juntamos en Asos, Pablo se embarcó con nosotros y nos dirigimos a Mitilene.

15 Partimos de allí al día siguiente y llegamos frente a Quío. Al otro día, fuimos a Samos y, después de hacer escala en Trogilio, al día siguiente llegamos a Mileto.

16 Pablo había decidido pasar de largo por Efeso, para no retrasarse demasiado en Asia. Estaba apurado porque, de ser posible, quería estar en Jerusalén el día de Pentecostés.

17 Desde Mileto, mandó llamar a los presbíteros de la Iglesia de Efeso.

18 Cuando estos llegaron, Pablo les dijo: «Ya saben cómo me he comportado siempre con ustedes desde el primer día que puse el pie en la provincia de Asia.

19 He servido al Señor con toda humildad y con muchas lágrimas, en medio de las pruebas a que fui sometido por las insidias de los judíos.

20 Ustedes saben que no he omitido nada que pudiera serles útil; les prediqué y les enseñé tanto en público como en privado,

21 instando a judíos y a paganos a convertirse a Dios y a creer en nuestro Señor Jesús.

22 Y ahora, como encadenado por el Espíritu, voy a Jerusalén sin saber lo que me sucederá allí.

23 Sólo sé que, de ciudad en ciudad, el Espíritu Santo me va advirtiendo cuántas cadenas y tribulaciones me esperan.

24 Pero poco me importa la vida, mientras pueda cumplir mi carrera y la misión que recibí del Señor Jesús: la de dar testimonio de la Buena Noticia de la gracia de Dios.

25 Y ahora sé que ustedes, entre quienes pasé predicando el Reino, no volverán a verme.

26 Por eso hoy declaro delante de todos que no tengo nada que reprocharme respecto de ustedes.

27 Porque no hemos omitido nada para anunciarles plenamente los designios de Dios.

28 Velen por ustedes, y por todo el rebaño sobre el cual el Espíritu Santo los ha constituido guardianes para apacentar a la Iglesia de Dios, que él adquirió al precio de su propia sangre.

29 Yo sé que después de mi partida se introducirán entre ustedes lobos rapaces que no perdonarán al rebaño.

30 Y aun de entre ustedes mismos, surgirán hombres que tratarán de arrastrar a los discípulos con doctrinas perniciosas.

31 Velen, entonces, y recuerden que durante tres años, de noche y de día, no he cesado de aconsejar con lágrimas a cada uno de ustedes.

32 Ahora los encomiendo al Señor y a la Palabra de su gracia, que tiene poder para construir el edificio y darles la parte de la herencia que les corresponde, con todos los que han sido santificados.

33 En cuanto a mí, no he deseado ni plata ni oro ni los bienes de nadie.

34 Ustedes saben que con mis propias manos he atendido a mis necesidades y a las de mis compañeros.

35 De todas las maneras posibles, les he mostrado que así, trabajando duramente, se debe ayudar a los débiles, y que es preciso recordar las palabras del Señor Jesús: «La felicidad está más en dar que en recibir».

36 Después de decirles esto, se arrodilló y oró junto a ellos.

37 Todos se pusieron a llorar, abrazaron a Pablo y lo besaron afectuosamente,

38 apenados sobre todo porque les había dicho que ya no volverían a verlo. Después lo acompañaron hasta el barco.

martes, 14 de mayo de 2013

El cristiano debe construir puentes y no muros.




El papa Francisco invitó a la valentía del testimonio ayer en la Misa en Santa Marta


Ciudad del Vaticano, 09 de mayo de 2013 (Zenit.org) Redacción


El papa Francisco habló ayer de la figura de Jesús como constructor de puentes y no de muros en la homilía de la mañana en Santa Marta. Se detuvo sobre la figura del buen evangelizador, abierto a todos, listo para escuchar a todos, sin exclusiones. Señaló que afortunadamente "ahora es un buen tiempo en la vida de la Iglesia: estos últimos cincuenta años, sesenta años, es un buen tiempo. Porque yo recuerdo que cuando era niño se oía en las familias católicas, también en la mía: 'no, a su casa no podemos ir, porque no están casados por la Iglesia, eh'. Era como una exclusión. No, ¡no podía ir! o porque son socialistas o ateos, no podemos ir. Ahora, gracias a Dios, no, no se dice".



Sobre la figura del apóstol Pablo señaló que es importante el modo en el que anuncia a Jesucristo entre los adoradores de ídolos (Hch 17, 15. 22-18,1): "Él no dice: ¡idólatras, iréis al infierno! sino que busca llegar a su corazón; no condena desde el inicio, busca el diálogo: Pablo es un pontífice, constructor de puentes. Él no quiere convertirse en un constructor de muros". Del apóstol añadió que es valiente y que "esto nos hace pensar sobre la actitud de un cristiano. Un cristiano debe anunciar a Jesucristo de forma que Jesucristo sea aceptado, recibido, no rechazado", además "el anuncio de la verdad depende del Espíritu Santo".

Pero Pablo es también "consciente que debe evangelizar, no hacer prosélitos". La Iglesia "no crece en el proselitismo, Benedicto XVI nos lo ha dicho; sino que crece por atracción, por el testimonio, por la predicación". Por tanto, continuó el santo padre, "Pablo actúa así porque estaba seguro, seguro de Jesucristo. No dudaba de su Señor. Los cristianos que tienen miedo de hacer puentes y prefieren construir muros, son cristianos no seguros de su propia fe, seguros de Jesucristo. Y se defienden alzando muros".

Pablo enseña, concluyó Francisco, cuál debe ser el camino de la evangelización, a seguir con valentía. Y "cuando la Iglesia pierde esta valentía apostólica, se convierte en una Iglesia parada. Ordenada, bonita, todo bonito, pero sin fecundidad, porque ha perdido la valentía de ir a las periferias, ahí donde hay tantas personas víctimas de la idolatría, de lo mundano, del pensamiento débil". Y si se trata de frenar por el miedo de equivocarse es necesario pensar que uno puede levantarse y continuar hacia delante. "Los que no caminan por no equivocarse cometen un error más grave".

domingo, 12 de mayo de 2013

HECHOS DE LOS APOSTOLES Capítulo 19

HECHOS DE LOS APOSTOLES

Capítulo 19

1 Mientras Apolo permanecía en Corinto, Pablo atravesando la región interior, llegó a Efeso. Allí encontró a algunos discípulos

2 y les preguntó: «Cuando ustedes abrazaron la fe, ¿recibieron el Espíritu Santo?». Ellos le dijeron: «Ni siquiera hemos oído decir que hay un Espíritu Santo».

3 «Entonces, ¿qué bautismo recibieron?», les preguntó Pablo. «El de Juan», respondieron.

4 Pablo les dijo: «Juan bautizaba con el bautismo de penitencia, diciendo al pueblo que creyera en el que vendría después de él, es decir, en Jesús».

5 Al oír estas palabras, ellos se hicieron bautizar en el nombre del Señor Jesús.

6 Pablo les impuso las manos, y descendió sobre ellos el Espíritu Santo. Entonces comenzaron a hablar en distintas lenguas y a profetizar.

7 Eran en total unos doce hombres.

8 Pablo fue luego a la sinagoga y durante tres meses predicó abiertamente, hablando sobre el Reino de Dios y tratando de persuadir a los oyentes.

9 Pero como algunos se obstinaban y se negaban a creer, denigrando el Camino del Señor delante de la asamblea, Pablo rompió con ellos. Luego tomó aparte a sus discípulos y dialogaba diariamente en la escuela de Tirano.

10 Así lo hizo durante dos años, de modo que todos los habitantes de la provincia de Asia, judíos y paganos, tuvieron ocasión de escuchar la Palabra del Señor.

11 Por intermedio de Pablo, Dios realizaba milagros poco comunes,

12 hasta tal punto que el aplicarse sobre los enfermos pañuelos o lienzos que habían tocado el cuerpo de Pablo, aquellos se curaban y quedaban libres de los malos espíritus.

13 Algunos exorcistas ambulantes judíos, hicieron la prueba de pronunciar el nombre del Señor Jesús sobre los poseídos por los malos espíritus, diciendo: «Yo los conjuro por ese Jesús que anuncia Pablo».

14 Un cierto Sevas, Sumo Sacerdote judío, tenía siete hijos que practicaban estos exorcismos.

15 El espíritu malo les respondió: «Yo conozco a Jesús y sé quién es Pablo, pero ustedes, ¿quiénes son?».

16 Y el hombre poseído por el espíritu malo, abalanzándose sobre los exorcistas, los dominó a todos y los maltrató de tal manera que debieron escaparse de esa casa desnudos y cubiertos de heridas.

17 Todos los habitantes de Efeso, tanto judíos como paganos, se enteraron de este hecho y, llenos de temor, glorificaban el nombre del Señor Jesús.

18 Muchos de los que habían abrazado la fe vinieron a confesar abiertamente sus prácticas,

19 y un buen número de los que se habían dedicado a la magia traían sus libros y los quemaban delante de todos. Se estimó que el valor de estos libros alcanzaba a unas cincuenta mil monedas de plata.

20 Así, por el poder del Señor, la Palabra se difundía y se afianzaba.

21 Después de esto, Pablo se propuso ir a Jerusalén pasando por Macedonia y Acaya. «Primero iré allí, decía, y luego tendré que ir también a Roma».

22 Envió a Macedonia a dos de sus colaboradores, Timoteo y Erasto, y él permaneció en Asia un tiempo más.

23 Fue entonces, cuando se produjeron graves desórdenes a causa del Camino del Señor.

24 Un orfebre llamado Demetrio fabricaba reproducciones en plata del templo de Diana, proporcionando así abundante trabajo a los artesanos.

25 Demetrio los reunió, junto con los que habían trabajos similares, y les dijo: «Ustedes saben perfectamente que nuestro bienestar depende de esta industria.

26 Pero ahora ustedes mismos ven y oyen que no solamente en Efeso, sino también en casi toda la provincia de Asia, ese Pablo ha conquistado y seducido a mucha gente, pretendiendo que los dioses fabricados por mano de hombre no son dioses.

27 De esa manera, no solamente nuestra profesión está amenazada de caer en el descrédito, sino que el templo mismo de la gran diosa Diana corre el riesgo de ser tenido por nada, y aquella a quien adoran toda el Asia y el mundo entero, terminará por quedar despojada de su prestigio.».

28 Al oír estas palabras, la multitud se enfureció y comenzó a gritar: «¡Viva la gran Diana de los efesios!»,

29 y se produjo un gran desorden en la ciudad. Todos irrumpieron en el teatro, arrastrando a los macedonios Gayo y Aristarco, compañeros de viaje de Pablo.

30 Pablo quería presentarse delante de la asamblea, pero sus discípulos se lo impidieron.

31 Hasta algunos magistrados de la ciudad, que eran amigos suyos, le rogaron que no se expusiera yendo al teatro.

32 Todo el mundo gritaba al mismo tiempo, ya que la confusión reinaba en la concurrencia, y la mayor parte ni siquiera sabía por qué se había reunido.

33 Entonces hicieron salir de entre la multitud a Alejandro, a quien los judíos empujaban hacia adelante. Este, pidiendo silencio con la mano, quería dar una explicación a la asamblea.

34 Pero en cuanto advirtieron que era un judío, todos se pusieron a gritar unánimemente durante dos horas: «¡Viva la gran Diana de los efesios!».

35 Por fin, el secretario de la ciudad consiguió calmar a la multitud, diciendo: «Efesios, ¿qué hombre de este mundo ignora que la ciudad de Efeso es la guardiana del templo de la gran diosa Diana y de su estatua venida del cielo?

36 Siendo esta una verdad innegable, deben quedarse tranquilos y no actuar apresuradamente.

37 Esos hombres que ustedes trajeron, no han cometido ningún sacrilegio ni han dicho ninguna blasfemia contra nuestra diosa.

38 Y si Demetrio y sus artesanos tienen una queja contra alguien, para eso están los tribunales y los procónsules ante quienes se pueden presentar las acusaciones.

39 Si ustedes tienen que debatir algún otro asunto, se decidirá en la asamblea legal.

40 Porque corremos el riesgo de ser acusados de sediciosos, a causa de lo que acaba de suceder, ya que no tenemos ningún motivo para justificar este tumulto». Y con estas palabras, disolvió la asamblea.



EVANGELIO SEGUN SAN JUAN Capítulo 16

EVANGELIO SEGUN SAN JUAN

Capítulo 16

1 «Les he dicho esto para que no se escandalicen.

2 Serán echados de las sinagogas, más aún, llegará la hora en que los mismos que les den muerte pensarán que tributan culto a Dios.

3 Y los tratarán así porque no han conocido ni al Padre ni a mí.

4 Les he advertido esto para que cuando llegue esa hora, recuerden que ya lo había dicho. No les dije estas cosas desde el principio, porque yo estaba con ustedes.

5 Ahora me voy al que me envió, y ninguno de ustedes me pregunta: «¿A dónde vas?».

6 Pero al decirles esto, ustedes se han entristecido.

7 Sin embargo, les digo la verdad: les conviene que yo me vaya, porque si no me voy, el Paráclito no vendrá a ustedes. Pero si me voy, se lo enviaré.

8 Y cuando él venga, probará al mundo dónde está el pecado, dónde está la justicia y cuál es el juicio.

9 El pecado está en no haber creído en mí.

10 La justicia, en que yo me voy al Padre y ustedes ya no me verán.

11 Y el juicio, en que el Príncipe de este mundo ya ha sido condenado.

12 Todavía tengo muchas cosas que decirles, pero ustedes no las pueden comprender ahora.

13 Cuando venga el Espíritu de la Verdad, él los introducirá en toda la verdad, porque no hablará por sí mismo, sino que dirá lo que ha oído y les anunciará lo que irá sucediendo.

14 El me glorificará, porque recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes.

15 Todo lo que es del Padre es mío. Por eso les digo: «Recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes».

16 Dentro de poco, ya no me verán, y poco después, me volverán a ver».

17 Entonces algunos de sus discípulos comentaban entre sí: «¿Qué significa esto que nos dice: «Dentro de poco ya no me verán, y poco después, me volverán a ver?».

18 Decían: «¿Qué es este poco de tiempo? No entendemos lo que quiere decir».

19 Jesús se dio cuenta de que deseaban interrogarlo y les dijo: «Ustedes se preguntan entre sí qué significan mis palabras: «Dentro de poco, ya no me verán, y poco después, me volverán a ver».

20 Les aseguro que ustedes van a llorar y se van a lamentar; el mundo, en cambio, se alegrará. Ustedes estarán tristes, pero esa tristeza se convertirá en gozo.

21 La mujer, cuando va a dar a luz, siente angustia porque le llegó la hora; pero cuando nace el niño, se olvida de su dolor, por la alegría que siente al ver que ha venido un hombre al mundo.

22 También ustedes ahora están tristes, pero yo los volveré a ver, y tendrán una alegría que nadie les podrá quitar.

23 Aquél día no me harán más preguntas. Les aseguro que todo lo que pidan al Padre, él se lo concederá en mi Nombre.

24 Hasta ahora, no han pedido nada en mi Nombre. Pidan y recibirán, y tendrán una alegría que será perfecta.

25 Les he dicho todo esto por medio de parábolas. Llega la hora en que ya no les hablaré por medio de parábolas, sino que les hablaré claramente del Padre.

26 Aquel día ustedes pedirán en mi Nombre; y no será necesario que yo ruegue al Padre por ustedes,

27 ya que él mismo los ama, porque ustedes me aman y han creído que yo vengo de Dios.

28 Salí del Padre y vine al mundo. Ahora dejo el mundo y voy al Padre».

29 Sus discípulos le dijeron: «Por fin hablas claro y sin parábolas.

30 Ahora conocemos que tú lo sabes todo y no hace falta hacerte preguntas. Por eso creemos que tú has salido de Dios».

31 Jesús les respondió: «¿Ahora creen?

32 Se acerca la hora, y ya ha llegado, en que ustedes se dispersarán cada uno por su lado, y me dejarán solo. Pero no, no estoy solo, porque el Padre está conmigo.

33 Les digo esto para que encuentren la paz en mí. En el mundo tendrán que sufrir; pero tengan valor: yo he vencido al mundo».

EVANGELIO SEGUN SAN LUCAS Capítulo 24

EVANGELIO SEGUN SAN LUCAS

Capítulo 24

1 El primer día de la semana, al amanecer, las mujeres fueron al sepulcro con los perfumes que habían preparado.

2 Ellas encontraron removida la piedra del sepulcro

3 y entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.

4 Mientras estaban desconcertadas a causa de esto, se les aparecieron dos hombres con vestiduras deslumbrantes.

5 Como las mujeres, llenas de temor, no se atrevían a levantar la vista del suelo, ellos les preguntaron: «¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo?

6 No está aquí, ha resucitado. Recuerden lo que él les decía cuando aún estaba en Galilea:

7 «Es necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de los pecadores, que sea crucificado y que resucite al tercer día».

8 Y las mujeres recordaron sus palabras.

9 Cuando regresaron del sepulcro, refirieron esto a los Once y a todos los demás.

10 Eran María Magdalena, Juana y María, la madre de Santiago, y las demás mujeres que las acompañaban. Ellas contaron todo a los Apóstoles,

11 pero a ellos les pareció que deliraban y no les creyeron.

12 Pedro, sin embargo, se levantó y corrió hacia el sepulcro, y al asomarse, no vio más que las sábanas. Entonces regresó lleno de admiración por que había sucedido.

13 Ese mismo día, dos de los discípulos iban a un pequeño pueblo llamado Emaús, situado a unos diez kilómetros de Jerusalén.

14 En el camino hablaban sobre lo que había ocurrido.

15 Mientras conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y siguió caminando con ellos.

16 Pero algo impedía que sus ojo lo reconocieran.

17 El les dijo: «¿Qué comentaban por el camino?». Ellos se detuvieron, con el semblante triste,

18 y uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: «¡Tú eres el único forastero en Jerusalén que ignora lo que pasó en estos días!».

19 «¿Qué cosa?», les preguntó. Ellos respondieron: «Lo referente a Jesús, el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y en palabras delante de Dios y de todo el pueblo,

20 y cómo nuestros sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para ser condenado a muerte y lo crucificaron.

21 Nosotros esperábamos que fuera él quien librara a Israel. Pero a todo esto ya van tres días que sucedieron estas cosas.

22 Es verdad que algunas mujeres que están con nosotros nos han desconcertado: ellas fueron de madrugada al sepulcro

23 y al no hallar el cuerpo de Jesús, volvieron diciendo que se les había aparecido unos ángeles, asegurándoles que él está vivo.

24 Algunos de los nuestros fueron al sepulcro y encontraron todo como las mujeres habían dicho. Pero a él no lo vieron».

25 Jesús les dijo: «¡Hombres duros de entendimiento, cómo les cuesta creer todo lo que anunciaron los profetas!

26 ¿No será necesario que el Mesías soportara esos sufrimientos para entrar en su gloria?»

27 Y comenzando por Moisés y continuando en todas las Escrituras lo que se refería a él.

28 Cuando llegaron cerca del pueblo adonde iban, Jesús hizo ademán de seguir adelante.

29 Pero ellos le insistieron: «Quédate con nosotros, porque ya es tarde y el día se acaba». El entró y se quedó con ellos.

30 Y estando a la mesa, tomó el pan y pronunció la bendición; luego lo partió y se lo dio.

31 Entonces los ojos de los discípulos se abrieron y lo reconocieron, pero él había desaparecido de su vista.

32 Y se decían: «¿No ardía acaso nuestro corazón, mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?».

33 En ese mismo momento, se pusieron en camino y regresaron a Jerusalén. Allí encontraron reunidos a los Once y a los demás que estaban con ellos,

34 y estos les dijeron: «Es verdad, ¡el Señor ha resucitado y se apareció a Simón!».

35 Ellos, por su parte, contaron lo que les había pasado en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.

36 Todavía estaban hablando de esto, cuando Jesús se apareció en medio de ellos y les dijo: «La paz esté con ustedes».

37 Atónitos y llenos de temor, creían ver un espíritu,

38 pero Jesús les preguntó: «¿Por qué están turbados y se les presentan esas dudas?

39 Miren mis manos y mis pies, soy yo mismo. Tóquenme y vean. Un espíritu no tiene carne ni huesos, como ven que yo tengo».

40 Y diciendo esto, les mostró sus manos y sus pies.

41 Era tal la alegría y la admiración de los discípulos, que se resistían a creer. Pero Jesús les preguntó: «¿Tienen aquí algo para comer?».

42 Ellos le presentaron un trozo de pescado asado;

43 él lo tomó y lo comió delante de todos.

44 Después les dijo: «Cuando todavía estaba con ustedes, yo les decía: Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos».

45 Entonces les abrió la inteligencia para que pudieran comprender las Escrituras,

46 y añadió: «Así esta escrito: el Mesías debía sufrir y resucitar de entre los muertos al tercer día,

47 y comenzando por Jerusalén, en su Nombre debía predicarse a todas las naciones la conversión para el perdón de los pecados.

48 Ustedes son testigos de todo esto.

49 Y yo les enviaré lo que mi Padre les ha prometido. Permanezcan en la ciudad, hasta que sean revestidos con la fuerza que viene de lo alto».

50 Después Jesús los llevó hasta las proximidades de Betania y, elevando sus manos, los bendijo.

51 Mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo.

52 Los discípulos, que se habían postrado delante de él, volvieron a Jerusalén con gran alegría,

53 y permanecían continuamente en el Templo alabando a Dios.