jueves, 29 de octubre de 2015

Nelly Díaz desmiente a ministra Blanco: "Me parece impresentable que diga que hubo un acuerdo"

Nelly Díaz desmiente a ministra Blanco: "Me parece impresentable que diga que hubo un acuerdo"

La presidenta de la Asociación de Funcionarios del Registro Civil rechazó los dichos de la titular de Justicia, Javiera Blanco, quien indicó que tras reunirse el pasado martes con la dirigente creyó que el paro se iba a deponer.

SANTIAGO.- La presidenta de la Asociación de Funcionarios del Registro Civil, Nelly Díaz, se refirió esta tarde a los dichos de la ministra de Justicia, Javiera Blanco, quien aseguró haberse reunido con la dirigente y haber llegado a un acuerdo para deponer la paralización que ya suma 31 días.


"No quiero emitir descalificativos, pero me parece impresentable que la ministra diga que hubo un acuerdo", señaló Nelly Díaz.

Asimismo, añadió que "a mí me hacen la propuesta y la evaluamos, yo malamente puedo decir que tomé una decisión sin antes decirle a los funcionarios".

En ese sentido la dirigente explicó que desde los funcionarios han tenido diversos gestos para comunicarse con el Gobierno "si esto fuera una cancha, ya vamos 2-0".

"Nosotros ya hemos tenido dos gestos hacia el Gobierno demostrando que queremos un acuerdo: primero fue el Acuerdo de Unión Civil (AUC), y después aceptar el acuerdo de 2017, pero ella dice que tienen políticas de puertas abiertas, y yo voy y me cierra la puerta en la cara", señaló la dirigente.

Respecto a la afirmación de la ministra Blanco, de que sí se reunió con la representante de los funcionarios, Díaz aseguró que sólo se ha reunido en dos oportunidades con la titular de Justicia.

"Me junté con ella cuando asumió y después cuando ella me llamó a una reunión 'escondida' pero nunca más me he vuelto a juntar con ella".

Y añadió que "aquí hay códigos que la ministra ha pedido y ella no está respetado".

En tanto, sobre la opción retomar los turnos éticos del servicio, la vocera de los trabajadores explicó que esto está siendo votado en las regiones "y como bien sabe la ministra, yo me debo a mis representados".

http://www.emol.com/noticias

Miércoles negro en el mar Egeo, al menos diez muertos entre Turquía y Grecia

Miércoles negro en el mar Egeo, al menos diez muertos entre Turquía y Grecia

Al menos diez personas, entre ellas siete niños, perdieron este miércoles la vida y otras decenas se hallan desaparecidas después de los naufragios de embarcaciones de migrantes entre Turquía y Grecia, lo que provocó un llamado europeo a Atenas para que garantice la seguridad de éstos.

Ya sobre fin de la noche, fueron encontrados los cadáveres de dos niños y una mujer en las costas del islote de Agathonissi, al sur del Egeo oriental, tras una jornada de intensas búsquedas.

En la noche, 241 personas, muchas de ellas con hipotermia fueron salvadas luego del naufragio de una barca de madera en las costas norte de Lesbos, principal entrada a Europa de los migrantes, en el Egeo oriental.

Un hombre y dos niños fueron encontrados muertos en la noche, y seguía la búsqueda con ayuda de un helicóptero y varias embarcaciones.

“La situación es muy confusa, pues al principio se hablaba de que viajaban unas cien personas en esa embarcación, y finalmente 241 fueron salvadas y se ignora cuantas estaban a bordo”, indicó un portavoz de la police portuaria.

Por otro lado, un fotógrafo de la AFP en el lugar contó en una playa de Molyvos unos seis niños que fueron rescatados inanimados, mientras barcos pesqueros desembarcaban sobrevivientes.

Víctima de un anterior naufragio en la misma zona, un niño de siete años que fue recibido inanimado murió en un dispensario de Molyvos, a donde fue llevado en ambulancia. Una niña que llegó en el mismo barco pudo ser reanimada, pero su estado sigue “crítico”.

Dos niños y un hombre se ahogaron más al sur, en aguas de la isla de Samos, cuando su embarcación con cincuenta personas a bordo naufragó poco después de mediodía.

Los guardacostas siguieron trabajando en aguas de Samos y del islote de Agathonissi con la esperanza de encontrar a las personas dadas por desaparecidas, tras el rescate de las embarcaciones provenientes de Turquía.

Una niña de cinco años murió en la mañana en el hospital de Samos luego de ser llevada allí inanimada por sus familiares, acogidos de manera provisional en un centro de registro de inmigrantes.

Los nuevos decesos llevan a 39 el número de migrantes muertos en aguas griegas desde el 1 de octubre, según estadísticas de la AFP con base en datos suministrados por la policía portuaria griega.

Desde comienzos del año, 560.000 migrantes y refugiados llegaron a Grecia por mar, de un total de más de 700.000 que han ingresado a Europa por el Mediterráneo, según la Organización Internacional para Migraciones (OIM).

Más de 3.200 personas, principalmente niños, han muerto en estas travesías, según la OIM.

http://www.biobiochile.cl/2015/10/28/miercoles-negro-en-el-mar-egeo-al-menos-diez-muertos-entre-turquia-y-grecia.shtml



miércoles, 28 de octubre de 2015

Gracias por visitarnos.

Hermanos y hermanas,
Paz y Bien:

Nuestro Blogger, se inició en octubre de 2009, y a la fecha de hoy, hemos recibido 68.020 visitas.

Gracias por visitarnos.

Tenemos 119.390 páginas vistas, con 1.025 entradas.

Sólo agradecer a Dios vuestra fidelidad y confianza.

La Comunidad Jericó.





jueves, 22 de octubre de 2015

Carta de San Pablo

San Pablo a los Romanos 5,12.15b.17-19.20b-21.
Hermanos:
Por un solo hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, y así la muerte pasó a todos los hombres, porque todos pecaron.
Pero no hay proporción entre el don y la falta. Porque si la falta de uno solo provocó la muerte de todos, la gracia de Dios y el don conferido por la gracia de un solo hombre, Jesucristo, fueron derramados mucho más abundantemente sobre todos.
En efecto, si por la falta de uno solo reinó la muerte, con mucha más razón, vivirán y reinarán por medio de un solo hombre, Jesucristo, aquellos que han recibido abundantemente la gracia y el don de la justicia.
Por consiguiente, así como la falta de uno solo causó la condenación de todos, también el acto de justicia de uno solo producirá para todos los hombres la justificación que conduce a la Vida.
Y de la misma manera que por la desobediencia de un solo hombre, todos se convirtieron en pecadores, también por la obediencia de uno solo, todos se convertirán en justos.
Es verdad que la Ley entró para que se multiplicaran las transgresiones, pero donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia.
Porque así como el pecado reinó produciendo la muerte, también la gracia reinará por medio de la justicia para la Vida eterna, por Jesucristo, nuestro Señor.

San Pablo a los Romanos 6,12-18.
No permitan que el pecado reine en sus cuerpos mortales, obedeciendo a sus malos deseos.
Ni hagan de sus miembros instrumentos de injusticia al servicio del pecado, sino ofrézcanse ustedes mismos a Dios, como quienes han pasado de la muerte a la Vida, y hagan de sus miembros instrumentos de justicia al servicio de Dios.
Que el pecado no tenga más dominio sobre ustedes, ya que no están sometidos a la Ley, sino a la gracia.
¿Entonces qué? ¿Vamos a pecar porque no estamos sometidos a la Ley sino a la gracia? ¡De ninguna manera!
¿No saben que al someterse a alguien como esclavos para obedecerle, se hacen esclavos de aquel a quien obedecen, sea del pecado, que conduce a la muerte, sea de la obediencia que conduce a la justicia?
Pero gracias a Dios, ustedes, después de haber sido esclavos del pecado, han obedecido de corazón a la regla de doctrina, a la cual fueron confiados,
y ahora, liberados del pecado, han llegado a ser servidores de la justicia.

San Pablo a los Romanos 6,19-23.
Voy a hablarles de una manera humana, teniendo en cuenta la debilidad natural de ustedes. Si antes entregaron sus miembros, haciéndolos esclavos de la impureza y del desorden hasta llegar a sus excesos, pónganlos ahora al servicio de la justicia para alcanzar la santidad.
Cuando eran esclavos del pecado, ustedes estaban libres con respecto de la justicia.
Pero, ¿Qué provecho sacaron entonces de las obras que ahora los avergüenzan? El resultado de esas obras es la muerte.
Ahora, en cambio, ustedes están libres del pecado y sometidos a Dios: el fruto de esto es la santidad y su resultado, la Vida eterna.
Porque el salario del pecado es la muerte, mientras que el don gratuito de Dios es la Vida eterna, en Cristo Jesús, nuestro Señor.

miércoles, 21 de octubre de 2015

Catequesis del Papa Francisco sobre la promesa conyugal

VATICANO, 21 Oct. 15 / 04:18 am (ACI).- El Papa Francisco dedicó la Audiencia General de este miércoles a la promesa conyugal, es decir, “la promesa de amor y de fidelidad que el hombre y la mujer se hacen el uno al otro”. En su catequesis destacó que “la fidelidad a las promesas es una verdadera obra maestra de humanidad".

A continuación el texto completo de la catequesis gracias a Radio Vaticano:

Queridos hermanos y hermanas ¡buenos días!

En la meditación pasada hemos reflexionado sobre las importantes promesas que los padres hacen a los niños, desde que ellos son pensados en el amor y concebidos en el vientre.

Podemos agregar que, mirando bien, la entera realidad familiar está fundada sobre la promesa - pensar bien esto, la identidad familiar está fundada sobre la promesa-: se puede decir que la familia vive de la promesa de amor y de fidelidad que el hombre y la mujer hacen el uno a la otra. Esta implica el compromiso de acoger y educar a los hijos; pero actúa también en el cuidado de los padres ancianos, en el proteger y cuidar los miembros más débiles de la familia, en el ayudarse el uno al otro para realizar las propias cualidades y aceptar los propios límites. Y la promesa conyugal se amplía al compartir las alegrías y los sufrimientos de todos los padres, las madres, los niños, con generosa apertura en la humana convivencia y el bien común. Una familia que se encierra en sí misma es como una contradicción, una mortificación de la promesa que la ha hecho nacer y la hace vivir. No olviden nunca: la identidad de la familia siempre es una promesa que se alarga y se alarga a toda la familia y a toda la humanidad.

En nuestros días, el honor de la fidelidad a la promesa de la vida familiar aparece muy debilitada. Por una parte, por un derecho mal entendido de buscar la propia satisfacción, a toda costa y en cualquiera relación, es exaltado como un principio no negociable de libertad. Por otra parte, porque se confían exclusivamente a la obligación de la ley los vínculos de la vida de relación y del compromiso por el bien común. Pero, en realidad, ninguno quiere ser amado solo por sus propios bienes o por obligación. El amor, como también la amistad, deben su fuerza y su belleza a este hecho: que generan un vínculo sin quitar la libertad. El amor es libre, la promesa de la familia es libre, y esta es la belleza. Sin libertad no puede haber amistad, sin libertad no hay amor, sin libertad no hay matrimonio.

Por lo tanto, libertad y fidelidad no se oponen la una a la otra, más bien se sostienen mutuamente, sea en las relaciones interpersonales, sea en las sociales. De hecho, pensamos a los daños que producen, en la civilización de la comunicación global, la inflación de promesas incumplidas, en varios campos, ¡y la indulgencia por la infidelidad a la palabra dada y a los compromisos adquiridos!

Si, queridos hermanos y hermanas, la fidelidad es una promesa de compromiso autocumplida, creciendo en la libre obediencia a la palabra dada. La fidelidad es una confianza que “quiere” ser realmente compartida, y una esperanza que “quiere” ser cultivada juntos. Y hablando de fidelidad me viene a la mente aquello que nuestros ancianos, nuestros abuelos cuentan: “ay aquellos tiempos” cuando se hacía un acuerdo, un apretón de mano, era suficiente, porque había la fidelidad a las promesas y esto que es un hecho social también tiene el origen en la familia, en el apretón de manos del hombre y de la mujer para ir hacia adelante juntos, toda la vida.

La fidelidad a las promesas son ¡una verdadera obra de arte de humanidad! Si miramos a su audaz belleza, estamos asustados, pero si despreciamos su valiente tenacidad, estamos perdidos. Ninguna relación de amor –ninguna amistad, ninguna forma de querer bien, ninguna felicidad del bien común- alcanza la altura de nuestro deseo y de nuestra esperanza, si no llega a habitar este milagro del alma. Y digo “milagro”, porque la fuerza y la persuasión de la fidelidad, a pesar de todo, no terminan de encantar y de sorprendernos. El honor a la palabra dada, la fidelidad a la promesa, no se pueden comprar ni vender. No se pueden obligar con la fuerza, y ni siquiera, y ni si quiera, cuidar sin sacrificio.

Ninguna otra escuela puede enseñar la verdad del amor, si la familia no lo hace. Ninguna ley puede imponer la belleza y la herencia de este tesoro de la dignidad humana, si el vínculo personal entre amor y generación no la escribe en nuestra carne.

Hermanos y hermanas, es necesario restituir honor social a la fidelidad del amor: restituir honor social a la fidelidad del amor. Es necesario sustraer a la clandestinidad el milagro cotidiano de millones de hombres y mujeres que regeneran su fundamento familiar, del cual cada sociedad vive, sin estar en grado de garantizarlo en ningún otro modo. No por casualidad, este principio de la fidelidad a la promesa del amor y de la generación está escrito en la creación de Dios como una bendición perene, a la cual está confiado el mundo.

Si san Pablo puede afirmar que en el vínculo familiar está misteriosamente revelada una verdad decisiva también para el vínculo del Señor y de la Iglesia, quiere decir que la Iglesia misma encuentra aquí una bendición de cuidar y de la cual siempre aprender, antes de enseñarla y disciplinarla. Nuestra fidelidad a la promesa está aún siempre confiada a la gracia y a la misericordia de Dios. El amor por la familia humana, en las buenas y en las malas, ¡es un punto de honor para la Iglesia! Dios nos conceda ser a la altura de esta promesa. Y rezamos también por los padres del Sínodo: el Señor bendiga su trabajo, realizado con fidelidad creativa, en la confianza que Él en primer lugar, el Señor, Él en primer lugar, es fiel a sus promesas. Gracias.

https://www.aciprensa.com/noticias

lunes, 19 de octubre de 2015

Para todos vale la obligación de mantener la palabra dada.

ROMA, 14 Oct. 15 / 03:18 pm (ACI/EWTN Noticias).- El sacerdote italiano Maurizio Patriciello, conocido en ese país por sus críticas a la contaminación y sus consecuencias contra la humanidad, tuvo duras palabras hacia el “monseñor gay” Krzystof Charamsa, que reveló su homosexualidad y su vida en pareja un día antes del inicio del Sínodo sobre la Familia.

Mons. Krzystof Charamsa es un sacerdote polaco que se desempeñaba como oficial de la Congregación para la Doctrina de la Fe y como docente de dos universidades pontificias, y que el 3 de octubre reveló en el diario italiano Il Corriere della Sera que es homosexual y mantiene una relación sentimental con otro hombre.
Ese mismo día fue separado de sus funciones en la Congregación para la Doctrina de la Fe y en las universidades pontificias, y el director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, P. Federico Lombardi, señaló que las declaraciones de Charamsa constituían una “indebida presión mediática” sobre el Sínodo y dijo que fue un actuar “muy grave e irresponsable”.

En una carta abierta, el P. Maurizio Patriciello afirmó que la vida en pareja de Charamsa es una traición a las promesas sacerdotales y es un intento por “confundir al prójimo”.

“Un sacerdote o un laico casado que esconden una amante, son simplemente traidores. Si en vez de un compañero, el monseñor polaco hubiese tenido una compañera, habría sido la misma cosa”, aseguró en el texto difundido en su página en la red social Facebook.

El P. Patriciello subrayó que “ningún creyente está obligado a consagrarse”. “El celibato que la Iglesia Católica de rito latino exige, a nosotros los sacerdotes, lo hemos recibido con alegría”, expresó.

A continuación el texto completo de la carta abierta del P. Maurizio Patriciello a Mons. Krzystof Charamsa:

Nadie tiene derecho a confundir al prójimo. Sobre todo a aquellos menos preparados culturalmente, espiritualmente, psicológicamente. Un monseñor polaco –mi hermano– en la víspera del Sínodo sobre la Familia ha pensado que llegó el momento de revelar al mundo que es gay. El momento, ciertamente, era el menos oportuno. La pregunta surge espontáneamente: ¿por qué no lo ha hecho antes? Entretanto –como era previsible– la noticia “picante” ha dado vueltas por las redacciones, por las diócesis, por la web. Los comentarios se multiplican. No vamos a entrar, por ahora, en el fondo de la cuestión.

Durante el Sínodo sobre la Familia serán afrontados temas delicados que tienen al mundo católico atento y preocupado. Pero también lleno de fe y de esperanza. La Iglesia quiere ser madre para todos. No quiere que haya privilegiados. No quiere excluir a ninguno de la misericordia de Dios. Jesús no es propiedad privada. El Papa Francisco sobre esto ha sido clarísimo.

El verdadero problema es otro. Este hermano ha confesado tener un “compañero”. Qué cosa quiso decir con eso no lo sé. Si –como se puede pensar– quiere decir que tiene un compañero con el que ha establecido una relación afectiva, sentimental, sexual, suscitan algunas preguntas.

La Iglesia no la hemos inventado nosotros. La Iglesia es la esposa que escucha al Esposo. Para conocerle, amarle, servirle. La Iglesia camina con los hombres de su tiempo, a quienes lleva el anuncio gozoso de que “Jesús es el Cristo”. Naturalmente a sus ministros la Iglesia les pide que acepten algunas reglas. Sobre aquellas que proceden de la Palabra de Dios no puede transigir. Sobre las otras se podrá discutir. Por esto la necesidad de estar unidos.

Ningún creyente está obligado a consagrarse. La vocación es un don. Durante los años de la formación, no solo una vez, los candidatos al sacerdocio son invitados a repensar y revisar la elección hecha. En el día de su ordenación a todos se les pregunta si quieren vivir de un cierto modo.

El celibato que la Iglesia Católica de rito latino exige, a nosotros los sacerdotes, lo hemos recibido con alegría. Libremente. Solemnemente. Lo hemos elegido nosotros. Todos hemos dicho, en voz alta y ante cientos de personas, que queremos vivir en castidad. Aun sabiendo que vendrían días en que la castidad –como todos los estados de vida– sería pesada. Todo esto lo sabíamos. Y justo por esto nunca hemos dejado de rezar, sabiendo que solos poco podemos hacer.

Lo dijo Jesús: “Sin mí no podéis hacer nada”. Lo que podría significar: “Conmigo podéis escalar las climas más altas con los pies descalzos… podéis surcar los mares…”. Esto vale para todos: casados, célibes, consagrados. Cierto, todos podemos caer en una trampa. Todos, en la vida, podemos tropezar. Todos podemos cambiar de ideas. Es importante sin embargo asumir la responsabilidad de las propias elecciones. Sin dejar que recaiga sobre los demás. Sin hacerse pasar como víctima de un sistema atávico. Sin engañar al prójimo.

El “no” que el candidato al sacerdocio dice al ejercicio de la sexualidad es el pedestal donde se incrusta el “sí” que ha dicho a Cristo, a la Iglesia, a los hermanos. Este argumento vale para todos, no solo para los sacerdotes. Quien lleva al altar a su novia y le dice: te recibo como mi esposa y prometo serte siempre fiel…” está renunciando a todas las mujeres del mundo. A menos que quiera engañar. Pero entonces entramos en otro campo.

El monseñor polaco no se ha descubierto gay en estos días. Imagino que ya lo era al momento de la ordenación. No sé cómo ha hecho para responder a las preguntas de su obispo antes de que le impusiera las manos sobre la cabeza. Habría podido no acceder al sacerdocio católico, que ofrece a los sacerdotes el estado de castidad. Más allá de cualquier otra consideración teológica y moral, es una cuestión de seriedad y de honestidad.

Para todos vale la obligación de mantener la palabra dada. Un sacerdote o un laico casado que esconden una amante, son simplemente traidores. Si en vez de un compañero, el monseñor polaco hubiese tenido una compañera, habría sido la misma cosa.

Me alegro de que haya salido a la luz pública. Respeto su vida privada. Pero el fantasma de la homofobia que está intentando agitar a los cuatro vientos no viene a cuento. Insistir en esto es deshonesto. El Señor los bendiga a todos. Padre Maurizio Patriciello.

https://www.aciprensa.com

jueves, 8 de octubre de 2015

Oración de Intercesión de hoy jueves suspendida

Hermanos(as)

Paz y Bien:




La Oración de Intercesión de hoy jueves, está suspendida. Nos volvemos a reunir, el próximo jueves 15 de Octubre.




Hoy juega Chile con Brasil, a las 20:30 Horas, por lo que la movilización se verá drásticamente reducida.




Bendiciones.




La Comunidad Jericó.

miércoles, 7 de octubre de 2015

¿Dónde está la verdadera sabiduría?

Comentario a la Liturgia Dominical


Domingo 28 del Tiempo Ordinario - Ciclo B - Textos: Sb 7, 7-11; Hb 4, 12-13; Mc 10, 17-30


Por Antonio Rivero

Brasil, 06 de octubre de 2015 (ZENIT.org)


P. Antonio Rivero, L.C. Doctor en Teología Espiritual, profesor y director espiritual en el seminario diocesano Maria Mater Ecclesiae de são Paulo (Brasil).

Idea principal: ¿Dónde está la verdadera sabiduría?

Síntesis del mensaje: Todas las lecturas de hoy nos hablan de la sabiduría. De manera explícita, la primera lectura, el salmo responsorial y la aclamación al evangelio. El evangelio del joven rico aunque nada dice a primera vista sobre la sabiduría, sin embargo, ese joven al preguntar sobre cómo conseguir la vida eterna quiere saber (sabiduría) sobre lo más importante en la vida. La verdadera sabiduría está en seguir a Cristo crucificado, que para muchos es escándalo y locura. Para nosotros, fuerza y sabiduría de Dios.

Puntos de la idea principal:

En primer lugar, tenemos la falsa sabiduría. Muchos hombres se han construido a lo largo de los siglos una sabiduría humana a su modo, cuando dejaron la sabiduría divina que podían haber aprendido en el gran libro de la Creación y en el libro revelado de la Sagrada Escritura. Para los judíos, esa sabiduría humana se llamaba la ley; no la ley expresión auténtica de la voluntad de Dios, sino la ley transformada en fuente de jactancia, de falsas seguridades, una ciencia más que una sapiencia; ley sin el alma de la caridad. Para los paganos –los griegos- la sabiduría humana se llama filosofía, y cuyo ídolo es aquella sabiduría que no tiene en el centro, como explicación y fin de todo, a Dios, sino al hombre. Así lo expresó el sofista griego, Protágoras, en el siglo V a.C. : “El hombre es la medida de todas las cosas”. El apóstol Santiago nos dirá duramente en su carta que esta falsa sabiduría tiene estas características: “es terrena, salvaje, demoníaca” (3, 15). Entiéndase bien, sabiduría humana sin apertura a la trascendencia y a los valores del espíritu. ¿No nos suenan conocidos tantas entrevistas y libros ideológicos donde se ataca a Dios y a la religión, al matrimonio y a la familia, a la moral y a la ética? Esta falsa sabiduría banaliza el sexo, se ríe de la virtud y entroniza el placer, el relativismo, la moral de situación y las nuevas ideologías locas y antinaturales, que han tocado ya las puertas de tantos Parlamentos, Cámaras de diputados y Congresos, y hasta a las puertas sacrosantas del sínodo ordinario de la familia que ha comenzado este 4 de octubre. ¡Líbrenos Dios de esta falsa sabiduría que conduce a la necedad radical!

En segundo lugar, tenemos la auténtica sabiduría. En Cristo, la sabiduría de Dios se ha hecho carne y habitó entre nosotros. Jesús es el Logos, es decir, la Palabra del Padre. Palabra encarnada que viene a enseñarnos la ternura y el cariño de Dios, el pensamiento y los criterios de Dios, el camino de realización humana y espiritual, de la justicia y paz. ¡Lástima que esta sabiduría de Dios en Cristo es signo de contradicción! Los sabihondos orgullosos de este mundo no la aceptan; más bien, protestan y la rechazan. Por el contrario, los humildes se sientan a los pies de Cristo y aprenden esta sabiduría divina. Dios esconde sus misterios a los soberbios con ínfulas de sabios; y a los sencillos, se los revela (cf. Mt 11, 25-26). El apóstol Santiago nos dirá también en su carta las características de esta auténtica sabiduría: es pura, pacífica, dócil, comprensiva, piadosa, produce buenos resultados, no discrimina ni es mentirosa (3,17). Esta sabiduría no consiste en saber muchas cosas, sino en ponerse los lentes del Evangelio para tomar conciencia y salir airosos en el “desierto” de las tentaciones sociales y espirituales. ¡Denos Dios esta verdadera sabiduría que nos hace sabios según el evangelio!

Finalmente, resumamos: la sabiduría se encuentra en Jesús y con Jesús. Para obtenerla, es preciso ir a Jesús y seguirlo. La sabiduría auténtica y que viene de lo alto es la sabiduría de Dios en Cristo crucificado (1 Co 1, 24). La condición para hacerlo nos la da el evangelio de hoy: vender todo, es decir, renunciar a apoyarse en cualquier otra fuente de seguridad, sea material, como la riqueza; sea religiosa, como el cumplimiento frío y sin alma de la ley. ¿Para qué todo ese esfuerzo por desprenderse de fardos pesados? Para seguir a Cristo. ¡Aquí está la verdadera sabiduría! ¡En seguir a Jesús que es la auténtica riqueza, el sentido profundo de la vida, la felicidad que todos buscamos, la paz del corazón y el camino de la justicia y honestidad! Descubrir a Jesús es dejar de ser necio y comenzar a ser sabio. Jesús es quien nos explica toda la riqueza de su Padre celestial. Nos la explica para nuestra mente y nos la hace saborear en el corazón. Los dominadores de este mundo se alían, en nombre de la sabiduría, para eliminar esta nueva sabiduría venida para desbaratar todos los planes y todos los valores, que privilegia a los débiles, socava los poderes y predica libertad. Ellos crucifican al “Señor de la gloria” (1 Co 2, 8), porque les resulta locura y escándalo, porque es una sabiduría que está clavada en la cruz con dos palos: uno vertical que se eleva al Cielo para reconciliarnos con Dios, y se clava en la tierra para redimirla y sanarla. Y otro, horizontal, extendido a todos los puntos de la tierra, porque somos hermanos en Cristo, todos de la misma dignidad. ¿Quién entiende todo esto? Sólo los que tienen la verdadera sabiduría que emana de Cristo y este Crucificado.

Para reflexionar: Así nos dice la carta de Santiago: “Si a alguno de vosotros le falta sabiduría, pídala a Dios, y la recibirá, porque él da a todos generosamente y sin reproches. Pero que pida con confianza y sin dudar…” (1, 5-6). La filósofa alemana Edith Stein, primero judía, después monja carmelita, y hoy santa Teresa Benedicta no sólo escribió páginas profundas sobre la “ciencia de la Cruz”, sino también recorrió hasta el fondo el camino hacia la escuela de la Cruz. Muchos contemporáneos nuestros quisieran hacer callar a la Cruz. ¡Pero nada es más elocuente que la Cruz que se hace callar! El verdadero mensaje del dolor es una lección de amor. El amor hace ser fecundo el dolor y el dolor da profundidad al amor. Mediante la experiencia de la Cruz, Edith Stein pudo abrirse paso hacia un nuevo encuentro con el Dios de Abraham, Isaac y Jacob, Padre de nuestro Señor Jesucristo. La fe y la cruz le revelaron su carácter inseparable. Y murió mártir en el campo de concentración nazi de Auschwitz por predicar la sabiduría auténtica.

Para rezar: Señor, hazme sabio para ti, aunque el mundo me considere necio. En tu cruz está la verdadera sabiduría que quiero aprender cada día y dar testimonio de ella.


http://www.zenit.org

martes, 6 de octubre de 2015

Nuestra comunidad tiene nueva Servidora Guia

Hermanos(as),
Paz y Bien:

Ayer lunes se realizó la elección de la Servidora Guía, período Nov - 2015 a Nov - 2017.-

Por amplia mayoría se eligió a la Hermana Elizabeth Labraña.

Sucederá a la hermana Edith Sánchez.

Paz y Bien.


La Comunidad Jericó.