viernes, 9 de abril de 2010

PARA OBTENER LA GRACIA DE SER MISERICORDIOSO CON LOS DEMÁS


Dios Es Mi PrioridadApril 9, 2010 at 3:17pm
Asunto: PARA OBTENER LA GRACIA DE SER MISERICORDIOSO CON LOS DEMÁS
PARA OBTENER LA GRACIA DE SER MISERICORDIOSO CON LOS DEMÁS.

Esta oración nos permite medir nuestra misericordia, es un espejo en el que nos observamos como "Cristos misericordiosos". Podemos convertirla en nuestra invocación matutina y en nuestro examen nocturno de conciencia.

¡Oh, Santísima Trinidad!
Cuantas ...veces respire mi pecho,
cuantas veces lata mi corazón,
cuantas veces pulse la sangre en mi cuerpo,
esa cantidad por mil,
es el número de veces que deseo glorificar Tu misericordia.
Deseo transformarme en Tu misericordia
y ser un vivo reflejo de Ti, oh Señor.
Que este más grande atributo de Dios,
es decir Su insondable misericordia,
pase a través de mi corazón
y mi alma al prójimo.
Ayúdame, oh Señor,
a que mis ojos sean misericordiosos,
para que yo jamás recele
o juzgue según las apariencias,
sino que busque lo bello en el alma de
" prójimo y acuda a ayudarla.
Ayúdame a que mis oídos sean misericordiosos
para que tome en cuenta las necesidades de mi prójimo
y no sea indiferente a sus penas y gemidos.
Ayúdame, oh Señor, a que mi lengua sea misericordiosa
para que jamás hable negativamente de mis prójimos
sino que tenga una palabra de consuelo y perdón para todos.
Ayúdame, oh Señor, a que mis manos sean misericordiosas
y llenas de buenas obras para que sepa hacer sólo el bien
a mi prójimo y cargue sobre mí las tareas más difíciles y penosas.
Ayúdame a que mis pies sean misericordiosos
para que siempre me apresure a socorrer a mi prójimo,
dominando mi propia fatiga y mi cansancio.
Mi reposo verdadero está en el servicio a mi prójimo.
Ayúdame, oh Señor, a que mi corazón sea misericordioso
para que yo sienta todos los sufrimientos de mi prójimo.
A nadie le rehusaré mi corazón.
Seré sincera incluso con aquellos de los cuales
sé que abusarán de mi bondad.
Y yo misma me encerraré en el Misericordiosísimo Corazón de Jesús.
Soportaré mis propios sufrimientos en silencio.
Que Tu misericordia, oh Señor, repose dentro de mí.
Tú Mismo me mandas ejercitar los tres grados de la misericordia.
El primero: la obra de misericordia, de cualquier tipo que sea.
El segundo: la palabra de misericordia. Si no puedo llevar a cabo una obra de misericordia, ayudaré con mis palabras.
El tercero: la oración. Si no puedo mostrar misericordia por medio de obras o palabras, siempre puedo mostrarla por medio de la oración.
Mi oración llega hasta donde físicamente no puedo llegar.
Oh Jesús mío, transfórmame en Ti, porque Tú puedes hacer todo (Diario, 163).

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