lunes, 23 de agosto de 2010

Traten de entrar por la puerta estrecha.

De: Comunidad Jericó Jericó
Fecha: 23 de agosto de 2010 09:55
Asunto: Fwd: ""Levántate y vete, tu fe te ha salvado", Lucas 17,11-19" te ha enviado un mensaje en Facebook...
Para:

La Puerta Estrecha para llegar al Reino de los Cielos, es el Camino la Verdad y la Vida, es Cristo Jesús.

Quién Confia su Alma, su diario vivir, su mente, su cuerpo y su espiritu, a Nuestro Señor Jesucristo, tendrá que seguir el camino del calvario para alcanzar el Reino de los Cielos. Aún cuando no todos seremos crucificados, ni martirizados fisicamente, sí lo seremos espiritualmente. Hay muchas formas de Agradar a Dios, la más trascendente es seguir el camino de Cristo, tomar su cruz personal y seguir su camino.

Hay otras puertas que debemos cerrar para poder entrar al Reino de los Cielos. Quienes se arriesguen a cruzar las otras puertas, es mejor que se aten una piedra al cuello y se lanzen al mar.

Las otras puertas son las de las Adivinaciones, la Cartomancia, el Esoterismo, La Nueva Era, el Espiritismo, la Metafisica Esotérica, la Invocación de los Ángeles (Esotéricos), Seguimiento a los Maestros Ascendidos, El Seguimiento del Reiky, la Fe en el Estudio de los Rayos, y el Control Mental que persigue el fortalecimiento del Yo Interior, del EGO!!, y todo lo que engañosamente, les aleje del camino Cristiano, todo aquello que ofenda a Dios Padre, a Dios Hijo y a Dios Espiritu Santo. ¿Un Hijo puede permitir que ofendan a su madre, sin sentirse ofendido?. Entonces no ofendan a Dios Hijo, no se equivoquen...Escojan la Puerta Estrecha, y entrarán al Reino de los Cielos, y les aseguro que entrarán antes de que dejen este mundo.

Si entran por la puerta ancha, al término de sus vidas, terminarán con Demencia, Alzheimer, y en la ruina Total, y será una anticipo de lo que vivrán después.

Dios siendo Dios Mismo, optó por la pobreza, por vivir anónimamente 30 años de su vida, alabando y adorando a Dios Padre, en Secreto, optó por Evangelizar, sanar enfermos, liberar a los prisioneros de espiritus malignos, de corregir a los que tenian su Fe puesta en falsas creencias, optó por obrar milagros, por resucitar a los muertos, optó por el martirio, por el sacrificio, por la crucificción, por la muerte en Cruz. No todos vamos a pasar por ello, pero sí debiéramos vivir predispuestos mentalmente a vivirlo. Y a quiénes les toque vivir algo similar, pues animense por que sólo los cristianos más amados, tienen la Gracia de vivir algo parecido a Cristo, por que en el sufrimiento, en el dolor, también habita Cristo Jesús.


Buen Día !!!


---------- Mensaje reenviado ----------
De: Facebook
Fecha: 22 de agosto de 2010 18:11
Asunto: ""Levántate y vete, tu fe te ha salvado", Lucas 17,11-19" te ha enviado un mensaje en Facebook...
Para: Comunidad Jerico Jerico

Gonzalo Figueroa Gacitúa envió un mensaje a los miembros de/del "Levántate y vete, tu fe te ha salvado", Lucas 17,11-19.

Gonzalo Figueroa Gacitúa
August 22, 2010 at 5:45pm
Asunto: Traten de entrar por la puerta estrecha

Del evangelio de San Lucas (13, 22-30)

Jesús iba enseñando por las ciudades y pueblos, mientras se dirigía a Jerusalén. Una persona le preguntó: "Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?". El respondió: "Traten de entrar por la puerta estrecha, porque les aseguro que muchos querrán entrar y no lo conseguirán. En cuanto el dueño de casa se levante y cierre la puerta, ustedes, desde afuera, se pondrán a golpear la puerta, diciendo: "Señor, ábrenos". Y él les responderá: "No sé de dónde son ustedes". Entonces comenzarán a decir: "Hemos comido y bebido contigo, y tú enseñaste en nuestras plazas". Pero él les dirá: "No sé de dónde son ustedes; ¡apártense de mí todos los que hacen el mal!". Allí habrá llantos y rechinar de dientes, cuando vean a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, y ustedes sean arrojados afuera. Y vendrán muchos de Oriente y de Occidente, del Norte y del Sur, a ocupar su lugar en el banquete del Reino de Dios. Hay algunos que son los últimos y serán los primeros, y hay otros que son los primeros y serán los últimos".
Palabra del Señor

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Alguna vez nos hemos hecho esta pregunta ¿es verdad que son pocos los que se salvan?" (Lc 13,23). San Pablo respondía diciendo que la voluntad de Dios era que todos se salvaran (1 Tim 2,3-4). Entonces tendríamos que responder afirmativamente: todos habrían de salvarse, porque Dios así lo quería.
El autor de la carta a los Hebreos sostenía que "sin la fe es imposible agradar a Dios, porque aquel que se acerca a Dios de creer que él existe y es el justo remunerador de los que lo buscan" (Heb 11,6). El evangelio de Juan añadía: "El que cree en él, no es condenado; el que no cree, ya está condenado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios (Jn 3,18). Y finalmente Pablo presentaba la tesis de que el hombre era justificado por la fe (Rom 3,28; Gal 3,11). Atendiendo a todos estos testimonios deberíamos responder que "todos los que alcancen la salvación será por su condición de creyentes.
Igualmente debemos saber que la salvación es obra de Dios, ya que para él salvar al hombre (y al rico) era posible (Mt 19, 25-26).

La pregunta no debería ser tanto ¿Cuántos se salvarán? Sino ¿Cómo lograrlo? Al joven rico que había preguntado para entrar en la vida le respondía "cumpliendo los mandamientos" (Mt 19,17).
Nosotros conocemos distintas clases de puertas. Todas ellas reciben el nombre del lugar al que nos permiten entrar: así decimos: la puerta de la cocina cuando a través de ella entramos en la cocina.
Otra manera de entrar en la vida es pasando por la puerta estrecha. Juan presentaba a Jesús como puerta (Jn 10, 7-9). Pero no cualquier tipo de puerta sino una estrecha que lleva a la vida (Mt 7,14).
No bastaba con encontrar la puerta sino debíamos entrar por ella. Hay un tiempo en que la puerta permanece abierta, pero no permanecerá siempre así. Cuando esa puerta estrecha se cierre ya no volverá a abrirse. De nada servirá golpearla y llamar, porque nadie nos abrirá.
Para descubrir cual es la puerta estrecha debemos considerar Heb 12, 5-7 y 11-13. Los padres corrigen a sus hijos porque los aman, para vivir en armonía (Ef. 6, 1-4; Col 3, 20-21). Dios, como padre, también nos corrige.
Recibir la corrección de Dios es entrar por la puerta estrecha, es aceptar una poda (Jn 15,2). La corrección puede " en el momento de recibirla, es motivo de tristeza y no de alegría; pero más tarde, produce frutos de paz y de justicia en los que han sido adiestrados por ella". (Heb 12,11). El hombre que es corregido por Dios pasa de la tristeza a la alegría, como se pasa por una puerta estrecha. Recibamos esta corrección y entremos por la puerta estrecha mientras permanezca abierta. Solo participarán del banquete aquellos que hayan pasado por ella ¿Queremos participar del banquete? Entonces pasemos por esa puerta. Una vez que se cierre, habrá concluido el tiempo de la corrección.

Padre Gonzalo


....Lo siguiente fue tomado del muro del Padre José Luis Aguilar:

Joseluis Aguilar UN ABRAZO PARA TODOS... HOY SERA EL DIA MAS FUERTE DE RETIRO DE SANACION. SE MANIFESTARA LA GLORIA DE DIOS. PREDICARE SOBRE LAS PUERTAS QUE HAY QUE CERRAR PARA QUE NO ENTRE LA ENFERMEDAD A NUETRA VIDA: EL PECADO, LAS HERIDAS, LA HERENCIA Y EL OCULTISMO... MAÑANA TERMINAMOS CON ORACION DE EFUSIÓN DEL ESPÍRITU SANTO...
El Sábado a las 8:38


San Pedro Damián (1007-1072), ermitaño, después obispo, doctor de la Iglesia
Sermón 9; PL 144, 549-553

Dejarlo todo para seguir a Cristo

En verdad es una gran cosa «dejarlo todo», pero hay una cosa todavía más grande que es «seguir a Cristo» porque, tal como nos lo enseñan los libros, son muchos los que lo han dejado todo pero no han seguido a Cristo. Seguir a Cristo es nuestra tarea, nuestro trabajo, en esto consiste lo esencial de la salvación del hombre, pero no podemos seguir a Cristo si no abandonamos todo lo que nos impide seguirle. Porque «sale contento como un héroe» (sal 18,6), y nadie puede seguirle si lleva una pesada carga.

«He aquí, dice Pedro, que nosotros lo hemos dejado todo», no solamente los bienes de este mundo sino también los deseos de nuestra alma. Porque no lo ha dejado todo el que sigue atado aunque sólo sea a sí mismo. Más aún, de nada sirve haber dejado todo lo demás a excepción de sí mismo, porque no hay carga más pesada para el hombre que su propio yo. ¿Qué tirano hay más cruel, amo más despiadado para el hombre que su voluntad propia?... Por consiguiente, es preciso que abandonemos nuestras posesiones y nuestra voluntad propia si queremos seguir a aquel que no tenía «donde reclinar la cabeza» (Lc 9,58), y que ha venido «no para hacer su voluntad, sino la voluntad del que le ha enviado» (Jn 6,38).

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