lunes, 15 de agosto de 2011

El ayuno, la oración y la limosna

San Agustín (354-430),
Obispo de Hipona (África del Norte) y doctor de laIglesia
Sermón 150


El ayuno, la oración y la limosna

Los Epicúrios, que no esperan ninguna otra vida más allá de la tumba,que no conocen más que los disfrutes de la carne, tienen este lenguaje:«Comamos y bebamos, que mañana moriremos» (1CO 15,32)... Pero los cristianos,para los que otra vida, y una vida más feliz, debe comenzar después de lamuerte, se guardan bien de decir esto. Recordad efectivamente, esta verdad:"mañana moriremos", pero añadid: «Ayunemos y oremos, ya que la muerte puedevenir mañana".
Pero yo exijo aún otra cosa, una terceracondición, no voy a pasar por alto lo que se debe observar por encima de todo:que vuestro ayuno sirva para saciar el hambre del pobre. Si no podéis ayunar,aplicaros con mayor empeño a alimentar a aquel que pasa hambre, así recibiréisel perdón. He aquí que los cristianos deben decir: «ayunemos, oremos, demos alos pobres, porque mañana moriremos".

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