martes, 23 de junio de 2015

“Cuando ores, entra en tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto.” (Mt 6,6)

San Agustín (354-430), obispo de Hipona (África del Norte), doctor de la Iglesia
Segundo discurso sobre el salmo 33; PL 36, 312

“Cuando ores, entra en tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto.” (Mt 6,6)

“Entrar en tu habitación”, quiere decir entrar en tu corazón. Felices aquellos que se alegran de entrar en su corazón y que no encuentran en él nada malo...


Hay que tener lástima de aquellos que, volviendo a su casa, temen de ser echados fuera por ásperas discusiones con los suyos. Pero mucho peor están los que no se atreven a entrar en la propia conciencia, por miedo de ser echados fuera por el remordimiento de sus pecados. Si tú quieres entrar en tu conciencia con gusto, ¡purifícala! “Dichosos los limpios de corazón, porque verán a Dios” (Mt 5,8.) ¡Limpia tu corazón de la impureza de la codicia, de las manchas de la avaricia, de la úlcera de la superstición! ¡Quita los sacrilegios, los malos pensamientos, los odios, no sólo contra tus amigos sino contra tus enemigos! ¡Quita todo esto, luego, entra en tu corazón y serás feliz en tu morada!

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