martes, 21 de septiembre de 2010

"Porque yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores."

María Agustina Hildt M envió un mensaje a los miembros de/del "Levántate y vete, tu fe te ha salvado", Lucas 17,11-19.

María Agustina Hildt M
September 21, 2010 at 3:48pm
Asunto: "No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos."
Del evangelio de San Mateo (Mt 9,9-13)

Al irse de allí, Jesús vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: "Sígueme". El se levantó y lo siguió. Mientras Jesús estaba comiendo en la casa, acudieron muchos publicanos y pecadores, y se sentaron a comer con él y sus discípulos. Al ver esto, los fariseos dijeron a los discípulos: "¿Por qué su Maestro come con publicanos y pecadores?". Jesús, que había oído, respondió: "No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Vayan y aprendan qué significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios. Porque yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores".

Palabra del Señor.




Hoy reflexionaremos sobre san Mateo. Las noticias que tenemos de él son pocas e incompletas como para trazar un semblante del apóstol. Mateo aparece en las listas apostólicas del Nuevo Testamento (Mt 10,3; Mc 3,18; Lc 6,15; Hch 1,13). Solamente el texto de mateo lo llama “publicano” (Cfr. Mt 9,9; Mc 2, 13-17; Lc 5, 27-30). Los publicanos habían sido contratados por Roma, cobraban el impuesto para Roma, por eso eran mal vistos por el pueblo (considerados traidores). Después del llamado de Jesús y del seguimiento, Mateo ofreció un banquete en su casa (Mt 9, 10-12). Jesús no excluyó nadie de su amistad, había entre los comensales pecadores. Comer con ellos era muestra de amistad y aceptación.

Los fariseos llamaban así a los que no interpretaban la ley como ellos. En efecto, Dios ofrece la gracia del perdón al pecador. Mateo estaba ocupado en su trabajo cuando fue llamado por Dios. Mateo respondió inmediatamente (Mt 9,9), dejó todo para seguirlo, hasta su fuente segura de ingresos. Se levantó y lo siguió: se desapego del pecado y se adhirió a una existencia nueva (una vida en comunión con Cristo Jesús).

La tradición de la Iglesia le atribuye la autoría del primer evangelio (testimonio recogido por Eusebio de Cesarea, de Papías de Hierapolis). El evangelio fue escrito, en hebreo -arameo, pero este texto no se conservó.

La carta a los efesios indica que los discípulos deben conservar la unidad (Ef. 4, 3-4). Cada uno fue llamado y elegido para cumplir una misión. Los apóstoles la de anunciar. Ellos son, a su vez, fundamento de la Iglesia (Ef. 4,11-13). Mateo fue uno de los doce cimientos de la ciudad santa (Ap 21, 14). Dejó como legado el evangelio para que, a través de sus escritos podamos conocer los misterios del Reino de Dios que el vino a proclamar. Mateo oyó al señor, se levantó y lo siguió inmediatamente. Que nosotros también podamos “ir por todo el mundo para anunciar el evangelio a todos los pueblos, enseñando a cumplir todo lo que el Señor nos ha mandado. De esa manera el Señor seguir con nosotros hasta el final de los tiempos” (Mt 28,20). Continuemos anunciando el triunfo de la misericordia sobre el juicio (Mt 9,13).



Padre Gonzalo

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