miércoles, 24 de diciembre de 2014

LA NAVIDAD EN EL DUELO


Nace Jesús, nace la vida, porque Jesús es la vida en plenitud. Navidad es el renacimiento de la creación, de esa vida en armonía y en plenitud. La navidad es un momento especial, especialmente para las personas que están en un proceso de elaboración del duelo. Muchas de estas personas lo ven como una fecha temible, realmente temen que llegue la Navidad. Es también un tiempo tan familiar, es un tiempo cercano al Año Nuevo donde muchas personas miran hacia atrás. ¿Cómo ha sido el año? ¿Cómo ha sido la vida? Miran hacia atrás y se ven heridas. Miran hacia atrás y se ven asignaturas pendientes, pero se mira hacia atrás y se ve que falta alguien en la familia. Ha habido la muerte de un ser querido, las personas están en duelo. Navidad y Año Nuevo. Se quiere mirar hacia adelante y parece que los proyectos vitales están amputados. Cuesta ser feliz y la navidad, que es tiempo de vida, el hijo de Dios encarnado entre nosotros, que se recrea la humanidad, cuesta. Incluso, trae síntomas de angustia, una gran tristeza, las personas hasta tienden a aislarse, quieren que pase pronto la Navidad. Sin embargo, la Navidad hay que celebrarla, porque es la vida. La vida misma de Dios que nos recrea. La Navidad hay que vivirla con profundidad, no hay que dejarla pasar como una asignatura que va a quedar pendiente, porque sino la próxima Navidad va a replantear la misma cuestión. Hay que saber asumir esta fecha clave. Hay que saber integrarla. Es más, hay que vivirla, y vivirla con los demás en plenitud. Además hay otro aspecto, si papá, mamá se aíslan… ¿Qué pasa con el resto de la familia? ¿Qué pasa con el resto de los hijos, familiares, amigos? ¿Les vamos a privar de este momento tan importante? El amor no es sólo a los que murieron. El amor es hacia el otro cónyuge, el amor es a la familia, a los otros hijos. Por eso, vivir la Navidad, recrear la Navidad, asumirla, es muy importante para elaborar el duelo. Y asumirla desde la espiritualidad, porque estamos recibiendo el nacimiento del hijo de Dios, el viviente, el resucitado y nuestros seres queridos están en el amor de este resucitado. Celebrar la vida es necesario para sanar los duelos y para crecer en la vida espiritual.
P. Mateo Bautista.


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