jueves, 30 de septiembre de 2010

Ciudad del Vaticano, 30 sep (EFE).-

El arzobispo de Valladolid (España), Ricardo Blázquez, ha sido nombrado por el prelado Velasio De Paolis, delegado Pontificio para los Legionarios de Cristo, "visitador apostólico" para investigar al Regnum Christi, el movimiento laico de esta congregación, informó hoy Radio Vaticano, fundado por Marcial Maciel

El Regnum Christi está formado por unos 70.000 católicos repartidos por 18 países. Varios miles son mujeres y varones laicos consagrados.

Ciudad del Vaticano, 30 sep (EFE).- Blázquez ya fue uno de los cuatro obispos que investigaron por orden del Papa Joseph Ratzinger a la Legión de Cristo, la congregación fundada por el fallecido sacerdote mexicano Marcial Maciel (1920-2008), castigado por Benedicto XVI por sus "gravísimos e inmorales" comportamientos y por la vida que llevó "sin escrúpulos y sin verdadero sentimiento religioso".

De Paolis también anunció los nombres de los cuatro consejeros que le ayudarán en la labor encomendada por el papa Benedicto XVI para sanear y refundar a los Legionarios de Cristo.

Se trata del obispo Brian Farrel, que pertenece a los Legionarios y es el secretario del Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos; y los sacerdotes Agostino Montan, vicario episcopal para la vida religiosa de la diócesis de Roma; Mario Marchesi, vicario general de la diócesis de Cremona (Italia), y Gianfranco Ghirlanda, jesuita y ex rector de la Universidad Gregoriana de Roma.

El italiano De Paolis, de 74 años, hasta ahora presidente de la Prefectura para los Asuntos Económicos de la Santa Sede, fue nombrado por Benedicto XVI el Papa el pasado 9 de julio comisario pontificio para los Legionarios de Cristo.

De Paolis deberá redefinir el carisma de los Legionarios, revisar el sistema de autoridad dentro de la Congregación y redactar y aprobar las nuevas constituciones de la Orden.

El arzobispo deberá erradicar definitivamente, entre otros, el conocido como "cuarto voto", que era secreto y fue impuesto por Maciel para obligar a sus sacerdotes bajo pena de excomunión a no criticar y no denunciar a sus superiores, ni a aspirar a cargos.

Aunque fue suprimido en 2008 por orden de Benedicto XVI, muchos legionarios, según fuentes vaticanas, lo mantienen.

También deberá sanear el patrimonio económico de la Legión de Cristo, que se estima muy importante (algunos medios de prensa lo fijan en 25.000 millones de dólares).

Benedicto XVI le ha dado amplios poderes y estará al frente "todo el tiempo que sea necesario para completar el camino de renovación y conducirla a la celebración de un Capítulo General Extraordinario", según el decreto sobre los poderes del Delegado Pontificio, enviado por la Santa Sede a la congregación.

El nombramiento de De Paolis fue hecho dos meses después de que el Papa se reuniera en el Vaticano con los cinco obispos que inspeccionaron la Legión durante ocho meses y el duro comunicado que hizo público el 1 de mayo de este año sobre la triple vida de Maciel (1920-2008).

En esa nota confirmó con total claridad los "gravísimos y objetivamente inmorales" comportamientos de Maciel, así como la vida que llevó "sin escrúpulos y sin verdadero sentimiento religioso".

Desde antes de la muerte de Juan Pablo II (1978-2005), el entonces cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe hasta su proclamación como Papa con el nombre de Benedicto XVI, ya seguía los pasos de Maciel, pero no fue hasta el 19 de mayo de 2006 cuando le castigó por los abusos sexuales durante décadas a seminaristas.

En marzo de 2009 ordenó a cinco obispos -Blázquez, Ricardo Ezzati Andrello, de Chile; Charles Joseph Chaput, de EEUU), Giuseppe Versaldi, de Italia y Ricardo Watty Urquidi, de México- inspeccionar la orden y a primeros de 2010 los Legionarios reconocieron que Maciel abusó sexualmente de seminaristas menores, tuvo "otros graves comportamientos" (consumo de drogas) y varios hijos con varias mujeres.

"Consternados", pidieron perdón a las víctimas y renegaron de Maciel, al no considerarlo ya como modelo de vida cristiana.

La Legión de Cristo fue fundada en México en 1941. Hoy cuenta con 900 sacerdotes y 3.000 seminaristas y está establecida en dieciocho países. También tiene 70.000 miembros del Regnum Christi.

sábado, 25 de septiembre de 2010

Reunión Diocesana de Servidores, Concepción, Chile. 25/09/2010.

Comunidad Jerico Jerico El 25 de septiembre a las 23:13
Dios Todopoderoso, Dios Trino de Amor, te agradecemos esta tarde de Encuentro de Servidores Diocesanos, de Concepción, Chile, por las sorpresas que nos esperaban para esta hermosa tarde de oración, alabanzas, adoración, enseñanza, profecías, visiones, palabras de vida, renovación carismática en tu Espiritu Santo Todopoderoso. Por el Avivamiento y tareas por hacer en nuestras comunidades, y parroquias. Por que tú nos bendices y nos deleitas con tu Presencia en nuestras Vidas, por que tú nos elegistes para ser Servidores, y nos pides más, más Servicio, más oraciones: "Porque yo voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva, y no se volverá a recordar el pasado, ni vendrá siquiera a las mentes. Y habrá alegría y algazara eterna por lo que yo voy a crear. Pues yo voy a crear para Jerusalen alegría, y para su pueblo regocijo". Isaias 65, 17-18.

Dios Padre sigue creando en nuestros corazones, en nuestras vidas, en nuestras comunidades y parroquias, un cielo nuevo y una tierra nueva, donde Tú seas Nuestro Único Señor y Rey de nuestras vidas, Amén.

Señor Jesucristo te queremos, te amamos, y agradecemos, por que Tú estás con Nosotros.

Santa María Madre de Dios, te queremos, te bendecimos, y agradecemos, por que Tú estás con nosotros, por los siglos de lo siglos, Amén.

Bendigan abundantemente nuestros hogares, parroquias y barrios, que sobre abunde la Gracia en nuestras empresas y en cada próxima actividad, que se nos presente para el mes de Octubre, Bendice y Sella con la Sangre Preciosa de Jesús, a nuestros Sacerdotes, renueva en ellos los carismas y la unción para estar disponibles para otrogar el Sacramento de la Reconciliación; Sella y protege con la Unción de tu Espiritu Santo, a todos los hermanos y hermanas de la Renovación Católica Carismática, renuevanos con los Dones de Conocimiento, Inteligencia, Ciencia, Fortaleza, Piedad, Temor de Dios, y Sabiduría. Protege nuestras casas, nuestros empleos, nuestras vidas, prospera nuestra salud física, mental, emocional y espiritual; Líbranos de todo mal, maldición o malos pensamientos. Dios Padre Yavhé, en el Nombre Bendito de Jesús, manda y ordena a tu Arcángel San Miguel, que proteja la vida espiritual de cada hermano y hermana, que en este instante lee esta oración, que tu Arcángel San Miguel, nos acompañe durante lo que queda de Septiembre, y todo el mes de Octubre, en todas nuestras oraciones de intercesión y liberación, y allí donde estemos necesitados de su auxilio, Él se sienta en la más Absoluta Libertad de Intervenir en favor nuestro y de tus otros hijos muy amados.

Gracias, por todos tus Carismas, y por mantenernos unidos en espiritu y en verdad, en un solo corazón, unidos en la Fe Carismática, unidos virtualmente a grandes distancias, bendice a toda alma humana, hasta que alcancemos por La Sangre Preciosa de Jesús, la Salvación y Ascensión de todos tus Hijos e Hijas, Amén!!!.

viernes, 24 de septiembre de 2010

¿Quien es Jesús en tu vida?

San Lucas 9,18-22.

Un día en que Jesús oraba a solas y sus discípulos estaban con él, les preguntó: "¿Quién dice la gente que soy yo?". Ellos le respondieron: "Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los antiguos profetas que ha resucitado". "Pero ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy yo?". Pedro, tomando la palabra, respondió: "Tú eres el Mesías de Dios". Y él les ordenó terminantemente que no lo dijeran a nadie. "El Hijo del hombre, les dijo, debe sufrir mucho, ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a muerte y resucitar al tercer día".

CONCELEBRACIÓN EUCARÍSTICA
EN LA SOLEMNIDAD DE SAN PEDRO Y SAN PABLO

HOMILÍA DE SU SANTIDAD BENEDICTO XVI

Basílica Vaticana
Viernes 29 de junio de 2007



El Papa saludó a la asamblea e introdujo la celebración con estas palabras:

Hermanos y hermanas amados por el Señor y amados en Cristo también por mí, Siervo de los siervos de Dios, hoy nos alegramos porque celebramos el martirio de los apóstoles san Pedro y san Pablo, que edificaron la Iglesia de Roma, nuestra Iglesia: Pedro fue la roca puesta como fundamento de la Iglesia; Pablo, la voz dada al Evangelio en su carrera entre los gentiles. Están aquí con nosotros, como signo de amor fraterno y de espera de la comunión visible, los enviados por el amado Patriarca de Constantinopla: renovemos una vez más nuestra voluntad de predisponer todo para que se pueda cumplir la oración de Jesús por la unidad de los creyentes en él. Nos alegramos de acoger aquí, en la Sede de Pedro, a los arzobispos metropolitanos que recibirán el palio, signo del suave yugo de Cristo, que ha querido que sean pastores de su grey, y signo del vínculo de comunión con esta Sede apostólica. Todos juntos, con fe y amor, celebramos nuestra comunión con los santos del cielo y con los creyentes en la tierra, y renovamos nuestra voluntad de conversión al único Señor



Queridos hermanos y hermanas:

Ayer por la tarde fui a la basílica de San Pablo extramuros, donde celebré las primeras Vísperas de esta solemnidad de San Pedro y San Pablo. Junto al sepulcro del Apóstol de los gentiles rendí homenaje a su memoria y anuncié el Año paulino que, con ocasión del bimilenario de su nacimiento, se celebrará del 28 de junio de 2008 al 29 de junio de 2009.

Esta mañana, según la tradición, nos encontramos, en cambio, ante el sepulcro de san Pedro. Están presentes, para recibir el palio, los arzobispos metropolitanos nombrados durante este último año, a los que dirijo mi saludo especial. Está presente también, enviada por el Patriarca ecuménico de Constantinopla Bartolomé I, una eminente delegación, a la que acojo con cordial gratitud, pensando en el 30 de noviembre del año pasado, cuando me encontraba en Estambul-Constantinopla para la fiesta de San Andrés. Saludo al metropolita greco-ortodoxo de Francia, Emmanuel; al metropolita de Sassima, Gennadios; y al diácono Andreas. Sed bienvenidos, queridos hermanos. Cada año la visita que nos hacemos recíprocamente es signo de que la búsqueda de la comunión plena está siempre presente en la voluntad del Patriarca ecuménico y del Obispo de Roma.

La fiesta de hoy me brinda la oportunidad de volver a meditar una vez más en la confesión de san Pedro, momento decisivo del camino de los discípulos con Jesús. Los evangelios sinópticos la sitúan en las cercanías de Cesarea de Filipo (cf. Mt 16, 13-20; Mc 8, 27-30; Lc 9, 18-22). San Juan, por su parte, nos conserva otra significativa confesión de san Pedro, después del milagro de los panes y del discurso de Jesús en la sinagoga de Cafarnaúm (cf. Jn 6, 66-70). San Mateo, en el texto que se acaba de proclamar, recuerda que Jesús atribuyó a Simón el sobrenombre de Cefas, "Piedra". Jesús afirma que quiere edificar "sobre esta piedra" su Iglesia y, desde esta perspectiva, confiere a san Pedro el poder de las llaves (cf. Mt 16, 17-19). De estos relatos se deduce claramente que la confesión de san Pedro es inseparable del encargo pastoral que se le encomendó con respecto al rebaño de Cristo.

Según todos los evangelistas, la confesión de Simón sucedió en un momento decisivo de la vida de Jesús, cuando, después de la predicación en Galilea, se dirige decididamente a Jerusalén para cumplir, con la muerte en la cruz y la resurrección, su misión salvífica. Los discípulos se ven implicados en esta decisión: Jesús los invita a hacer una opción que los llevará a distinguirse de la multitud, para convertirse en la comunidad de los creyentes en él, en su "familia", el inicio de la Iglesia.

Hay dos modos de "ver" y de "conocer" a Jesús: uno, el de la multitud, más superficial; el otro, el de los discípulos, más penetrante y auténtico. Con la doble pregunta: "¿Qué dice la gente?", "¿qué decís vosotros de mí?, Jesús invita a los discípulos a tomar conciencia de esta perspectiva diversa. La gente piensa que Jesús es un profeta. Esto no es falso, pero no basta; es inadecuado. En efecto, hay que ir hasta el fondo; es preciso reconocer la singularidad de la persona de Jesús de Nazaret, su novedad.

También hoy sucede lo mismo: muchos se acercan a Jesús, por decirlo así, desde fuera. Grandes estudiosos reconocen su talla espiritual y moral y su influjo en la historia de la humanidad, comparándolo a Buda, Confucio, Sócrates y a otros sabios y grandes personajes de la historia. Pero no llegan a reconocerlo en su unicidad. Viene a la memoria lo que Jesús dijo a Felipe durante la última Cena: "¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces Felipe? (Jn 14, 9).

A menudo Jesús es considerado también como uno de los grandes fundadores de religiones, de los que cada uno puede tomar algo para formarse una convicción propia. Por tanto, como entonces, también hoy la "gente" tiene opiniones diversas sobre Jesús. Y como entonces, también a nosotros, discípulos de hoy, Jesús nos repite su pregunta: "Y vosotros ¿quién decís que soy yo?". Queremos hacer nuestra la respuesta de san Pedro. Según el evangelio de san Marcos, dijo: "Tú eres el Cristo" (Mc 8, 29); en san Lucas, la afirmación es: "El Cristo de Dios" (Lc 9, 20); en san Mateo: "Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo" (Mt 16, 16); por último, en san Juan: "Tú eres el Santo de Dios" (Jn 6, 69). Todas esas respuestas son exactas y valen también para nosotros.

Consideremos, en particular, el texto de san Mateo, recogido en la liturgia de hoy. Según algunos estudiosos, la fórmula que aparece en él presupone el contexto post-pascual e incluso estaría vinculada a una aparición personal de Jesús resucitado a san Pedro; una aparición análoga a la que tuvo san Pablo en el camino de Damasco.

En realidad, el encargo conferido por el Señor a san Pedro está arraigado en la relación personal que el Jesús histórico tuvo con el pescador Simón, desde el primer encuentro con él, cuando le dijo: "Tú eres Simón, (...) te llamarás Cefas (que quiere decir Piedra)" (Jn 1, 42). Lo subraya el evangelista san Juan, también él pescador y socio, con su hermano Santiago, de los dos hermanos Simón y Andrés. El Jesús que después de la resurrección llamó a Saulo es el mismo que —aún inmerso en la historia— se acercó, después del bautismo en el Jordán, a los cuatro hermanos pescadores, entonces discípulos del Bautista (cf. Jn 1, 35-42). Fue a buscarlos a la orilla del lago de Galilea y los invitó a seguirlo para ser "pescadores de hombres" (cf. Mc 1, 16-20).

Además, a Pedro le encomendó una tarea particular, reconociendo así en él un don especial de fe concedido por el Padre celestial. Evidentemente, todo esto fue iluminado después por la experiencia pascual, pero permaneció siempre firmemente anclado en los acontecimientos históricos precedentes a la Pascua. El paralelismo entre san Pedro y san Pablo no puede disminuir el alcance del camino histórico de Simón con su Maestro y Señor, que desde el inicio le atribuyó la característica de "roca" sobre la que edificaría su nueva comunidad, la Iglesia.

En los evangelios sinópticos, a la confesión de san Pedro sigue siempre el anuncio por parte de Jesús de su próxima pasión. Un anuncio ante el cual Pedro reacciona, porque aún no logra comprender. Sin embargo, se trata de un elemento fundamental; por eso Jesús insiste con fuerza. En efecto, los títulos que le atribuye san Pedro —tú eres "el Cristo", "el Cristo de Dios", "el Hijo de Dios vivo"— sólo se comprenden auténticamente a la luz del misterio de su muerte y resurrección. Y es verdad también lo contrario: el acontecimiento de la cruz sólo revela su sentido pleno si "este hombre", que sufrió y murió en la cruz, "era verdaderamente Hijo de Dios", por usar las palabras pronunciadas por el centurión ante el Crucificado (cf. Mc 15, 39).

Estos textos dicen claramente que la integridad de la fe cristiana se da en la confesión de san Pedro, iluminada por la enseñanza de Jesús sobre su "camino" hacia la gloria, es decir, sobre su modo absolutamente singular de ser el Mesías y el Hijo de Dios. Un "camino" estrecho, un "modo" escandaloso para los discípulos de todos los tiempos, que inevitablemente se inclinan a pensar según los hombres y no según Dios (cf. Mt 16, 23). También hoy, como en tiempos de Jesús, no basta poseer la correcta confesión de fe: es necesario aprender siempre de nuevo del Señor el modo propio como él es el Salvador y el camino por el que debemos seguirlo.

En efecto, debemos reconocer que, también para el creyente, la cruz es siempre difícil de aceptar. El instinto impulsa a evitarla, y el tentador induce a pensar que es más sabio tratar de salvarse a sí mismos, más bien que perder la propia vida por fidelidad al amor, por fidelidad al Hijo de Dios que se hizo hombre.

¿Qué era difícil de aceptar para la gente a la que Jesús hablaba? ¿Qué sigue siéndolo también para mucha gente hoy en día? Es difícil de aceptar el hecho de que pretende ser no sólo uno de los profetas, sino el Hijo de Dios, y reivindica la autoridad misma de Dios. Escuchándolo predicar, viéndolo sanar a los enfermos, evangelizar a los pequeños y a los pobres, y reconciliar a los pecadores, los discípulos llegaron poco a poco a comprender que era el Mesías en el sentido más alto del término, es decir, no sólo un hombre enviado por Dios, sino Dios mismo hecho hombre.

Claramente, todo esto era más grande que ellos, superaba su capacidad de comprender. Podían expresar su fe con los títulos de la tradición judía: "Cristo", "Hijo de Dios", "Señor". Pero para aceptar verdaderamente la realidad, en cierto modo debían redescubrir esos títulos en su verdad más profunda: Jesús mismo con su vida nos reveló su sentido pleno, siempre sorprendente, incluso paradójico con respecto a las concepciones corrientes. Y la fe de los discípulos debió adecuarse progresivamente. Esta fe se nos presenta como una peregrinación que tiene su origen en la experiencia del Jesús histórico y encuentra su fundamento en el misterio pascual, pero después debe seguir avanzando gracias a la acción del Espíritu Santo. Esta ha sido también la fe de la Iglesia a lo largo de la historia; y esta es también nuestra fe, la fe de los cristianos de hoy. Sólidamente fundada en la "roca" de Pedro, es una peregrinación hacia la plenitud de la verdad que el pescador de Galilea profesó con convicción apasionada: "Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo" (Mt 16, 16).

En la profesión de fe de Pedro, queridos hermanos y hermanas, podemos sentir que todos somos uno, a pesar de las divisiones que a lo largo de los siglos han lacerado la unidad de la Iglesia, con consecuencias que perduran todavía. En nombre de san Pedro y san Pablo renovemos hoy, junto con nuestros hermanos venidos de Constantinopla —a los que agradezco una vez más su presencia en nuestra celebración—, el compromiso de acoger a fondo el deseo de Cristo, que quiere que estemos plenamente unidos.

Con los arzobispos concelebrantes acojamos el don y la responsabilidad de la comunión entre la Sede de Pedro y las Iglesias metropolitanas encomendadas a su solicitud pastoral.

Que nos guíe y acompañe siempre con su intercesión la santísima Madre de Dios: su fe indefectible, que sostuvo la fe de Pedro y de los demás Apóstoles, siga sosteniendo la de las generaciones cristianas, nuestra misma fe: Reina de los Apóstoles, ruega por nosotros. Amén.

http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/homilies/2007/documents/hf_ben-xvi_hom_20070629_pallio_sp.html

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Les dio poder y autoridad para expulsar a toda clase de demonios y para curar las enfermedades.

Comunidad Jerico Jerico envió un mensaje a los miembros de/del COMUNIDAD JERICÓ.

Comunidad Jerico Jerico
September 22, 2010 at 9:46am
Asunto: Jesús convocó a los Doce y les dio poder y autoridad para expulsar a toda clase de demonios y para curar las enfermedades.


Concilio Vaticano II
Decreto sobre la actividad misionera de la Iglesia «Ad Gentes», § 1

"Él les envió a proclamar el reino de Dios"

La Iglesia, enviada por Dios a las gentes para ser "el sacramento universal de la salvación", obedeciendo el mandato de su Fundador (Cf. Mc., 16,15), por exigencias íntimas de su misma catolicidad, se esfuerza en anunciar el Evangelio a todos los hombres. Porque los Apóstoles mismos, en quienes está fundada la Iglesia, siguiendo las huellas de Cristo, "predicaron la palabra de la verdad y engendraron las Iglesias" (S. Agustín). Obligación de sus sucesores es dar perpetuidad a esta obra para que "la palabra de Dios sea difundida y glorificada" (2 Tes., 3,1), y se anuncie y establezca el reino de Dios en toda la tierra.

Mas en el presente orden de cosas, del que surge una nueva condición de la humanidad, la Iglesia, sal de la tierra y luz del mundo (Cf. Mt., 5,13-14), se siente llamada con más urgencia a salvar y renovar a toda criatura para que todo se instaure en Cristo y todos los hombres constituyan en El una única familia y un solo Pueblo de Dios.


Evangelio según San Lucas 9,1-6.

Jesús convocó a los Doce y les dio poder y autoridad para expulsar a toda clase de demonios y para curar las enfermedades. Y los envió a proclamar el Reino de Dios y a sanar a los enfermos, diciéndoles: "No lleven nada para el camino, ni bastón, ni alforja, ni pan, ni dinero, ni tampoco dos túnicas cada uno. Permanezcan en la casa donde se alojen, hasta el momento de partir. Si no los reciben, al salir de esa ciudad sacudan hasta el polvo de sus pies, en testimonio contra ellos". Fueron entonces de pueblo en pueblo, anunciando la Buena Noticia y curando enfermos en todas partes.

Jesús convocó a los Doce y les dio poder y autoridad para expulsar a toda clase de demonios y para curar las enfermedades.

y les dio poder y autoridad para expulsar a toda clase de demonios y para curar las enfermedades.

y autoridad para expulsar a toda clase de demonios y para curar las enfermedades.

y para curar las enfermedades.

y para curar las enfermedades.

y para curar las enfermedades.

(.....perdonen la insistencia, por si acaso a alguien no le queda claro....Roberto A. G.)


"No lleven nada para el camino, ni bastón, ni alforja, ni pan, ni dinero, ni tampoco dos túnicas cada uno. Permanezcan en la casa donde se alojen, hasta el momento de partir. Si no los reciben, al salir de esa ciudad sacudan hasta el polvo de sus pies, en testimonio contra ellos". Fueron entonces de pueblo en pueblo, anunciando la Buena Noticia y curando enfermos en todas partes.

HOMILÍA DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI

Comunidad Jerico Jerico
El 22 de septiembre a las 7:34
VIGILIA PASCUAL EN LA NOCHE SANTA


Basílica Vaticana
Sábado Santo 3 de abril de 2010

Queridos hermanos y hermanas

Una antigua leyenda judía tomada del libro apócrifo «La vida de Adán y Eva» cuenta que Adán, en la enfermedad que le llevaría a la muerte, mandó a su hijo Set, junto con Eva, a la región del Paraíso para traer el aceite de la misericordia, de modo que le ungiesen con él y sanara. Después de tantas oraciones y llanto de los dos en busca del árbol de la vida, se les apareció el arcángel Miguel para decirles que no conseguirían el óleo del árbol de la misericordia, y que Adán tendría que morir. Algunos lectores cristianos han añadido posteriormente a esta comunicación del arcángel una palabra de consuelo. El arcángel habría dicho que, después de 5.500 años, vendría el Rey bondadoso, Cristo, el Hijo de Dios, y ungiría con el óleo de su misericordia a todos los que creyeran en él: «El óleo de la misericordia se dará de eternidad en eternidad a cuantos renaciesen por el agua y el Espíritu Santo. Entonces, el Hijo de Dios, rico en amor, Cristo, descenderá en las profundidades de la tierra y llevará a tu padre al Paraíso, junto al árbol de la misericordia». En esta leyenda puede verse toda la aflicción del hombre ante el destino de enfermedad, dolor y muerte que se le ha impuesto. Se pone en evidencia la resistencia que el hombre opone a la muerte. En alguna parte —han pensado repetidamente los hombres— deberá haber una hierba medicinal contra la muerte. Antes o después, se deberá poder encontrar una medicina, no sólo contra esta o aquella enfermedad, sino contra la verdadera fatalidad, contra la muerte. En suma, debería existir la medicina de la inmortalidad. También hoy los hombres están buscando una sustancia curativa de este tipo. También la ciencia médica actual está tratando, si no de evitar propiamente la muerte, sí de eliminar el mayor número posible de sus causas, de posponerla cada vez más, de ofrecer una vida cada vez mejor y más longeva. Pero, reflexionemos un momento: ¿qué ocurriría realmente si se lograra, tal vez no evitar la muerte, pero sí retrasarla indefinidamente y alcanzar una edad de varios cientos de años? ¿Sería bueno esto? La humanidad envejecería de manera extraordinaria, y ya no habría espacio para la juventud. Se apagaría la capacidad de innovación y una vida interminable, en vez de un paraíso, sería más bien una condena. La verdadera hierba medicinal contra la muerte debería ser diversa. No debería llevar sólo a prolongar indefinidamente esta vida actual. Debería más bien transformar nuestra vida desde dentro. Crear en nosotros una vida nueva, verdaderamente capaz de eternidad, transformarnos de tal manera que no se acabara con la muerte, sino que comenzara en plenitud sólo con ella. Lo nuevo y emocionante del mensaje cristiano, del Evangelio de Jesucristo era, y lo es aún, esto que se nos dice: sí, esta hierba medicinal contra la muerte, este fármaco de inmortalidad existe. Se ha encontrado. Es accesible. Esta medicina se nos da en el Bautismo. Una vida nueva comienza en nosotros, una vida nueva que madura en la fe y que no es truncada con la muerte de la antigua vida, sino que sólo entonces sale plenamente a la luz.

Ante esto, algunos, tal vez muchos, responderán: ciertamente oigo el mensaje, sólo que me falta la fe. Y también quien desea creer preguntará: ¿Es realmente así? ¿Cómo nos lo podemos imaginar? ¿Cómo se desarrolla esta transformación de la vieja vida, de modo que se forme en ella la vida nueva que no conoce la muerte? Una vez más, un antiguo escrito judío puede ayudarnos a hacernos una idea de ese proceso misterioso que comienza en nosotros con el Bautismo. En él, se cuenta cómo el antepasado Henoc fue arrebatado por Dios hasta su trono. Pero él se asustó ante las gloriosas potestades angélicas y, en su debilidad humana, no pudo contemplar el rostro de Dios. «Entonces — prosigue el libro de Henoc — Dios dijo a Miguel: “Toma a Henoc y quítale sus ropas terrenas. Úngelo con óleo suave y revístelo con vestiduras de gloria”. Y Miguel quitó mis vestidos, me ungió con óleo suave, y este óleo era más que una luz radiante... Su esplendor se parecía a los rayos del sol. Cuando me miré, me di cuenta de que era como uno de los seres gloriosos» (Ph. Rech, Inbild des Kosmos, II 524).

Precisamente esto, el ser revestido con los nuevos indumentos de Dios, es lo que sucede en el Bautismo; así nos dice la fe cristiana. Naturalmente, este cambio de vestidura es un proceso que dura toda la vida. Lo que ocurre en el Bautismo es el comienzo de un camino que abarca toda nuestra existencia, que nos hace capaces de eternidad, de manera que con el vestido de luz de Cristo podamos comparecer en presencia de Dios y vivir por siempre con él.

En el rito del Bautismo hay dos elementos en los que se expresa este acontecimiento, y en los que se pone también de manifiesto su necesidad para el transcurso de nuestra vida. Ante todo, tenemos el rito de las renuncias y promesas. En la Iglesia antigua, el bautizando se volvía hacia el occidente, símbolo de las tinieblas, del ocaso del sol, de la muerte y, por tanto, del dominio del pecado. Miraba en esa dirección y pronunciaba un triple «no»: al demonio, a sus pompas y al pecado. Con esta extraña palabra, «pompas», es decir, la suntuosidad del diablo, se indicaba el esplendor del antiguo culto de los dioses y del antiguo teatro, en el que se sentía gusto viendo a personas vivas desgarradas por bestias feroces. Con este «no» se rechazaba un tipo de cultura que encadenaba al hombre a la adoración del poder, al mundo de la codicia, a la mentira, a la crueldad. Era un acto de liberación respecto a la imposición de una forma de vida, que se presentaba como placer y que, sin embargo, impulsaba a la destrucción de lo mejor que tiene el hombre. Esta renuncia —sin tantos gestos externos— sigue siendo también hoy una parte esencial del Bautismo. En él, quitamos las «viejas vestiduras» con las que no se puede estar ante Dios. Dicho mejor aún, empezamos a despojarnos de ellas. En efecto, esta renuncia es una promesa en la cual damos la mano a Cristo, para que Él nos guíe y nos revista. Lo que son estas «vestiduras» que dejamos y la promesa que hacemos, lo vemos claramente cuando leemos, en el quinto capítulo de la Carta a los Gálatas, lo que Pablo llama «obras de la carne», término que significa precisamente las viejas vestiduras que se han de abandonar. Pablo las llama así: «fornicación, impureza, libertinaje, idolatría, hechicería, enemistades, contiendas, celos, rencores, rivalidades, partidismo, sectarismo, envidias, borracheras, orgías y cosas por el estilo» (Ga 5,19ss.). Estas son las vestiduras que dejamos; son vestiduras de la muerte.

En la Iglesia antigua, el bautizando se volvía después hacia el oriente, símbolo de la luz, símbolo del nuevo sol de la historia, del nuevo sol que surge, símbolo de Cristo. El bautizando determina la nueva orientación de su vida: la fe en el Dios trinitario al que él se entrega. Así, Dios mismo nos viste con indumentos de luz, con el vestido de la vida. Pablo llama a estas nuevas «vestiduras» «fruto del Espíritu» y las describe con las siguientes palabras: «Amor, alegría, paz, comprensión, servicialidad, bondad, lealtad, amabilidad, dominio de sí» (Ga 5, 22).

En la Iglesia antigua, el bautizando era a continuación desvestido realmente de sus ropas. Descendía en la fuente bautismal y se le sumergía tres veces; era un símbolo de la muerte que expresa toda la radicalidad de dicho despojo y del cambio de vestiduras. Esta vida, que en todo caso está destinada a la muerte, el bautizando la entrega a la muerte, junto con Cristo, y se deja llevar y levantar por Él a la vida nueva que lo transforma para la eternidad. Luego, al salir de las aguas bautismales, los neófitos eran revestidos de blanco, el vestido de luz de Dios, y recibían una vela encendida como signo de la vida nueva en la luz, que Dios mismo había encendido en ellos. Lo sabían, habían obtenido el fármaco de la inmortalidad, que ahora, en el momento de recibir la santa comunión, tomaba plenamente forma. En ella recibimos el Cuerpo del Señor resucitado y nosotros mismos somos incorporados a este Cuerpo, de manera que estamos ya resguardados en Aquel que ha vencido a la muerte y nos guía a través de la muerte.

En el curso de los siglos, los símbolos se han ido haciendo más escasos, pero lo que acontece esencialmente en el Bautismo ha permanecido igual. No es solamente un lavacro, y menos aún una acogida un tanto compleja en una nueva asociación. Es muerte y resurrección, renacimiento a la vida nueva.

Sí, la hierba medicinal contra la muerte existe. Cristo es el árbol de la vida hecho de nuevo accesible. Si nos atenemos a Él, entonces estamos en la vida. Por eso cantaremos en esta noche de la resurrección, de todo corazón, el aleluya, el canto de la alegría que no precisa palabras. Por eso, Pablo puede decir a los Filipenses: «Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito: estad alegres» (Flp 4,4). No se puede ordenar la alegría. Sólo se la puede dar. El Señor resucitado nos da la alegría: la verdadera vida. Estamos ya cobijados para siempre en el amor de Aquel a quien ha sido dado todo poder en el cielo y sobre la tierra (cf. Mt 28,18). Por eso pedimos, seguros de ser escuchados, con la oración sobre las ofrendas que la Iglesia eleva en esta noche: Escucha, Señor, la oración de tu pueblo y acepta sus ofrendas, para que aquello que ha comenzado con los misterios pascuales nos ayude, por obra tuya, como medicina para la eternidad. Amén.

martes, 21 de septiembre de 2010

"Porque yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores."

María Agustina Hildt M envió un mensaje a los miembros de/del "Levántate y vete, tu fe te ha salvado", Lucas 17,11-19.

María Agustina Hildt M
September 21, 2010 at 3:48pm
Asunto: "No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos."
Del evangelio de San Mateo (Mt 9,9-13)

Al irse de allí, Jesús vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: "Sígueme". El se levantó y lo siguió. Mientras Jesús estaba comiendo en la casa, acudieron muchos publicanos y pecadores, y se sentaron a comer con él y sus discípulos. Al ver esto, los fariseos dijeron a los discípulos: "¿Por qué su Maestro come con publicanos y pecadores?". Jesús, que había oído, respondió: "No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Vayan y aprendan qué significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios. Porque yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores".

Palabra del Señor.




Hoy reflexionaremos sobre san Mateo. Las noticias que tenemos de él son pocas e incompletas como para trazar un semblante del apóstol. Mateo aparece en las listas apostólicas del Nuevo Testamento (Mt 10,3; Mc 3,18; Lc 6,15; Hch 1,13). Solamente el texto de mateo lo llama “publicano” (Cfr. Mt 9,9; Mc 2, 13-17; Lc 5, 27-30). Los publicanos habían sido contratados por Roma, cobraban el impuesto para Roma, por eso eran mal vistos por el pueblo (considerados traidores). Después del llamado de Jesús y del seguimiento, Mateo ofreció un banquete en su casa (Mt 9, 10-12). Jesús no excluyó nadie de su amistad, había entre los comensales pecadores. Comer con ellos era muestra de amistad y aceptación.

Los fariseos llamaban así a los que no interpretaban la ley como ellos. En efecto, Dios ofrece la gracia del perdón al pecador. Mateo estaba ocupado en su trabajo cuando fue llamado por Dios. Mateo respondió inmediatamente (Mt 9,9), dejó todo para seguirlo, hasta su fuente segura de ingresos. Se levantó y lo siguió: se desapego del pecado y se adhirió a una existencia nueva (una vida en comunión con Cristo Jesús).

La tradición de la Iglesia le atribuye la autoría del primer evangelio (testimonio recogido por Eusebio de Cesarea, de Papías de Hierapolis). El evangelio fue escrito, en hebreo -arameo, pero este texto no se conservó.

La carta a los efesios indica que los discípulos deben conservar la unidad (Ef. 4, 3-4). Cada uno fue llamado y elegido para cumplir una misión. Los apóstoles la de anunciar. Ellos son, a su vez, fundamento de la Iglesia (Ef. 4,11-13). Mateo fue uno de los doce cimientos de la ciudad santa (Ap 21, 14). Dejó como legado el evangelio para que, a través de sus escritos podamos conocer los misterios del Reino de Dios que el vino a proclamar. Mateo oyó al señor, se levantó y lo siguió inmediatamente. Que nosotros también podamos “ir por todo el mundo para anunciar el evangelio a todos los pueblos, enseñando a cumplir todo lo que el Señor nos ha mandado. De esa manera el Señor seguir con nosotros hasta el final de los tiempos” (Mt 28,20). Continuemos anunciando el triunfo de la misericordia sobre el juicio (Mt 9,13).



Padre Gonzalo

Ven ESpiritu Santo, ven, que te llamamos...

Comunidad Jerico Jerico
September 20, 2010 at 11:51pm

Asunto: Ven ESpiritu Santo, ven, que te llamamos...

Dios Padre Todopoderoso, te Alabamos, te Adoramos, te Glorificamos e Invocamos..

Te Adoramos, Glorificamos, y pedimos tu asistencia espiritual en todos nuestros asuntos. Te rogamos que nos envies tu Espiritu Santo...

En el Nombre Bendito de Jesucristo, tu único Hijo, y Señor Nuestro, te pedimos que el Poder de tu Espiritu Santo, descienda sobre todo aquel que lea esta oración, sea sellado por el Poder del Fuego de tu Espiritu Santo.

Espiritu Santo Todopoderoso, invocamos tu Poder, tu Gloria, tus Dones y Carismas Espirituales, para que potencies tu presencia Santa en nuestras Almas, en nuestros corazones, te rogamos Espiritu Santo, en el Nombre de Jesucristo, ven a nuestras vidas, ven a nuestros corazones.

Señor Jesucristo, te Adoramos, te Glorificamos y Alabamos, Bendecimos tu Nombre Emmanuel, te invocamos, dirige tu Misericordia Divina sobre nuestros hermanos y hermanas que en estas horas de Angustias y Miedos, más te necesitan. Toca con tus manos sus corazones, y fortalecelos con la Gracia de la Valentía, y la Confianza de tenerte a ti de su lado. Auxilia a las personas enfermas desahuciadas, y a quienes tienen temor del poder de sus enfermedades, asistelas con la Gracia de tu Misericordia Divina, y obra generosamente con Todo el Poder que te pertenece, obra con Autoridad, obra en los enfermos y enfermas de Cáncer, por que tu Dios Hijo Señor Jesucristo, eres Dios de Misericordias, eres Nuestro Dios Todopoderoso, tú todo lo puedes, y en ti confiamos.

A Ti sea todo el Honor, el Poder y la Gloria, a Ti y a Dios Padre Yavhé, en la Unidad del Espiritu Santo.

Padre Nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad, hacia en la tierra como en el cielo, perdona nuestras ofensas como asi también nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en tentación y líbranos del mal.

En la Unidad del Espiritu Santo, nos unificamos en Espiritu y en Verdad, con un solo corazón, a tus ángeles y santos, que en este momentum te están alabando y adorando, y a todo el pueblo santo, que alza sus manos al cielo en señal de adoración, y se encuentren orando la oración del Padre Nuestro y del Ave María.

Dios Te Salve María, Llena Eres de Gracia, el Señor es Contigo, Bendita Tú eres entre todas las mujeres, y Bendito es el Fruto de tu Vientre: Jesús. Santa María, Madre de Dios, Ruega por Nosotros Pecadores, Ahora y en LA Hora de Nuestra Muerte. Amén.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Diario de Santa Faustina

Marta Garcia
September 18, 2010 at 9:28am
A Santa Faustina Kowalska

El P. Seraphim Michalenko, MIC, el principal traductor del diario de Santa Faustina y el postulador de su causa de canonización, escribe lo siguiente:

"En al menos tres ocasiones de 8 de la tarde a 11 de la noche, sintió como si le desgarraran las entrañas. Sufría tanto que pensó que iba a morir. Los médicos no conseguían averiguar lo que le ocurría, y ninguna medicación podía aliviar sus sufrimientos. Más tarde, se le dió a entender que estaba sufriendo esos dolores por las madres que estaban abortando a sus hijos" (Diario, 1276).

"En otra ocasión tuvo una visión de un ángel que venía con rayos y truenos para destruir una de las ciudades más hermosas de su país. Se sentía impotente para evitarlo (Diario 474). ¿Qué antídoto le dió el Señor? El Rosario de la Divina Misericordia. (Ella explicó) que la ciudad iba a ser castigada por sus pecados, principalmente el pecado de aborto."

El Papa Juan Pablo II puso énfasis en esta relación en 2003 cuando firmó una bendición papal especial para aquellos que rezaran la Corona de la Misericordia por el fin del aborto. La bendición, firmada en la Fiesta de la Anunciación, está dirigida a los Apóstoles Eucarísticos de la Divina Misericordia, y a "todos los fieles del mundo que se unan a ellos ofreciendo el Rosario de la Divina Misericordia... por las madres, para que no aborten a sus hijos; por los niños en riesgo de muerte en el seno de su madre; por un cambio del corazón de los abortistas y sus colaboradores; por las víctimas humanas de la investigación con células madre, de la manipulación genética, de la clonación y la eutanasia; y por todos los gobernantes, para que promuevan la Cultura de la Vida, para poner fin a la cultura de la muerte."

El Papa anima a los jóvenes británicos a acudir a la JMJ de Madrid

Cinco Pensamientos envió un mensaje a los miembros de/del Santa María Magdalena.

Cinco Pensamientos
September 17, 2010 at 12:17pm
Asunto: Noticias: El Papa anima a los jóvenes británicos a acudir a la JMJ de Madrid
Durante su alocución en la Universidad de St. Mary el Santo Padre también alentó a la santidad personal de cada joven.

Madrid, 17 de septiembre de 2010.-

Benedicto XVI ha emplazado a los jóvenes británicos a participar en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) durante su histórica visita al Reino Unido. En un encuentro con los alumnos de instituciones educativas católicas en el Reino Unido, el Papa se ha citado para el año próximo con los jóvenes: "Espero veros a muchos de vosotros el próximo agosto, en la Jornada Mundial de la Juventud, en Madrid".
En su discurso en la Universidad de St. Mary ha tratado sobre la santidad personal de los cristianos y alentó a los allí presentes a un reto personal: "Espero que, entre quienes me escucháis hoy, esté alguno de los futuros santos del siglo XXI. Lo que Dios desea más de cada uno de vosotros es que seáis santos". La santidad es una consecuencia de la amistad con Dios, -"Dios quiere vuestra amistad"- una relación que cuando comienza "todo en la vida empieza a cambiar".

El Santo Padre también habló a los jóvenes durante la Misa celebrada en Glasgow animándoles a apartarse de una vida "deslumbrante, pero superficial, que propone frecuentemente la sociedad actual". El Papa alertó sobre tentaciones concretas, "el mundo os dice que os darán felicidad", como la droga, el dinero, el sexo, la pornografía o el alcohol, que "en verdad, estas cosas son destructivas y crean división. Sólo una cosa permanece: el amor personal de Jesús por cada uno de vosotros.

jueves, 16 de septiembre de 2010

«Yo he pasado por encima tu falta; no morirás».

Un autor siríaco anónimo del siglo VI
Homilías anónimas sobre la pecadora, 1, 4.5.19.26.28


«Sus pecados, sus muchos pecados están perdonados»


Una mujer pecadora nos proclama el amor de Dios que sale a buscar a los pecadores. Porque llamándola a ella Cristo invita al amor a toda nuestra raza pecadora; y en su persona es a todos los pecadores a quienes ha atraído al perdón. Él habló a ella sola, pero invitaba a su gracia a la creación entera...

¿Quién no se verá afectado por la misericordia de Cristo que para salvar a una pecadora acepta la invitación de un fariseo? Por aquella que está hambrienta de perdón, él mismo quiere tener hambre de la mesa de Simón, el fariseo, ya que, bajo la apariencia de una mesa de pan, tenía preparada una mesa de arrepentimiento...

Para que te suceda igualmente, toma conciencia de la grandeza de tu pecado, pero desesperar de ser perdonado porque tu pecado te parece demasiado grande, es blasfemar contra Dios y engañarte a ti mismo. Porque si él te ha prometido el perdón de tus pecados, por grande que sea el número de ellos, ¿le dirás tú que no puedes creerlo y añadir: «Mi pecado es demasiado grande para que lo perdones; tú no puedes curar mis enfermedades»? Si estás ahí, párate y grita con el profeta: «He pecado contra ti, Señor» (2S 12,13). Y él te responderá inmediatamente: «Yo he pasado por encima tu falta; no morirás». A él la gloria por todos nosotros por los siglos. Amén.

viernes, 10 de septiembre de 2010

INVITACIÓN ESPECIAL

Hermanos y hermanas en Cristo Jesús, les animamos a mantener un JERICÓ, en el muro de nuestro grupo Virtual: "ORACIÓN DE INTERCESIÓN". Comienza hoy donde te encuentres, y finaliza el próximo lunes 11 de Octubre de 2010, para Alabar, Adorar a Dios Trino de Amor, y derribar todo Muro que nos separe de la Santidad, y de la Presencia Espiritual de Dios, para que de una vez por todas, y en forma definitiva despertemos de este sueño, y Jesucristo Nuestro Rey y Señor de nuestras vidas, tenga Victoria en todos nuestros asuntos, en nuestras vidas, de manera plena y definitiva, para la alabanza y la gloria de Dios Padre, Dios Hijo, y Dios Espiritu Santo, Amén!!!

Dios Padre Todopoderoso despierta a tu Jerusalen!!.

jueves, 9 de septiembre de 2010

SI LO DESEAS PUEDES ENCONTRARNOS EN FACEBOOK

Si tienes un perfil creado en facebook, a través de nuestro correo electrónico, puedes solicitarnos agregarte como amigo, nuestro correo es comunidadjerico@gmail.com

Además, puedes agregarte a nuestros Grupos Virtuales de Facebook, que nosotros Administramos:

Comunidad Jericó: 616 integrantes
Las Sagradas Escrituras: 290 integrantes
Oración de intercesión: 753 integrantes
Terremoto en Chile: 338 integrantes
Espiritu de Navidad: 298 integrantes
Yo soy católico Confirmado, Concepción, Chile: 347 Integrantes.
Yo quiero que constitucionalmente reconozcamos la existencia de Dios: 601 Integrantes.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

RESPIRA EN MI(S. Agustín)

Respira en mi Oh Espíritu Santo Para que mis pensamientos Puedan ser todos santos.
Actúa en mí Oh Espíritu Santo Para que mi trabajo, también Pueda ser santo.
Atrae mi corazón Oh Espíritu Santo Para que sólo ame Lo que es santo.
Fortaléceme Oh Espíritu Santo Para que defienda Todo lo que es Santo.
Guárdame pues Oh Espíritu Santo Para que yo siempre Pueda ser santo.

viernes, 3 de septiembre de 2010

¡A vino nuevo, odres nuevos!

Jesús nos recuerda también cuál es el test y la prueba del verdadero amor por él: «cargar con la propia cruz». Cargar con la propia cruz no significa buscar sufrimientos. Cristo tampoco se puso a buscar su cruz; en obediencia a la voluntad del Padre la cargó sobre sí cuando los hombres se la pusieron a espaldas, transformándola con su amor obediente de instrumento de suplicio en signo de redención y de gloria. Jesús no vino a aumentar las cruces humanas, sino más bien a darles un sentido. Con razón, se ha dicho que «quien busca a Jesús sin la cruz, encontrará la cruz sin Jesús», es decir, de todos modos encontrará la cruz, pero sin la fuerza para cargar con ella. P. Raniero Cantalamessa.

"Nadie corta un pedazo de un vestido nuevo para remendar uno viejo, porque se romperá el nuevo, y el pedazo sacado a este no quedará bien en el vestido viejo. Tampoco se pone vino nuevo en odres viejos, porque hará reventar los odres; entonces el vino se derramará y los odres ya no servirán más. ¡A vino nuevo, odres nuevos! Nadie, después de haber gustado el vino viejo, quiere vino nuevo, porque dice: El añejo es mejor". San Lucas 5,33-39.

Hay una enseñanza nueva o una nueva versión, más renovada, del misterio de la Cruz, que nos lo explica el sacerdote católico Raniero Cantalamessa, y que viene a transformarse esta enseñanza en un vino nuevo, para nuestros corazones renovados. Es por ello que es muy importante, para aquellos que buscamos la renovación de nuestros corazones, buscarla permanetemente, alimentandonos de la Palabra, como si fuere un pancito amasado calientito, entregado de las mismas manos divinas de Nuestro Señor Jesucristo, para nuestro alimento y fortalecimiento en la Fe.

Debemos pedir insistentemente, que el Espiritu Santo, sea ese vino nuevo, que renovará nuestros corazones, nuestras formas de pensar y discernir. Para ello nuestros corazones deben estar sanados !!!.

Dentro de las promesas de Dios, está la recompensa para quienes, tienen una lealtad inquiebrantable con Él, el nos promete bendiciones y protección para quienes lo tengamos a Él como único deleite, y él colmará los deseos de nuestros corazones.

Salmo 37(36),3-4.5-6.27-28.39-40.
Confía en el Señor y practica el bien; habita en la tierra y vive tranquilo: que el Señor sea tu único deleite, y él colmará los deseos de tu corazón. Encomienda tu suerte al Señor, confía en él, y él hará su obra; hará brillar tu justicia como el sol y tu derecho, como la luz del mediodía. Aléjate del mal, practica el bien, y siempre tendrás una morada,
porque el Señor ama la justicia y nunca abandona a sus fieles. Los impíos serán aniquilados y su descendencia quedará extirpada, La salvación de los justos viene del Señor, él es su refugio en el momento del peligro; el Señor los ayuda y los libera, los salva porque confiaron en él.

jueves, 2 de septiembre de 2010

"pero si tú lo dices, echaré las redes".

Evangelio según San Lucas 5,1-11.

En una oportunidad, la multitud se amontonaba alrededor de Jesús para escuchar la Palabra de Dios, y él estaba de pie a la orilla del lago de Genesaret. Desde allí vio dos barcas junto a la orilla del lago; los pescadores habían bajado y estaban limpiando las redes. Jesús subió a una de las barcas, que era de Simón, y le pidió que se apartara un poco de la orilla; después se sentó, y enseñaba a la multitud desde la barca. Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: "Navega mar adentro, y echen las redes". Simón le respondió: "Maestro, hemos trabajado la noche entera y no hemos sacado nada, pero si tú lo dices, echaré las redes".

"pero si tú lo dices, echaré las redes". Aqui está la clave, por que Nuestro Señor Jesucristo eligió realmente a San Pedro, como el Jefe de su Iglesia, por qué ??...por que San Pedro no sólo era creyente de Dios, si no que desde el principio, desde cuando conoció a Jesucristo, él tiene una predisposición mental, espiritual, y física de obedecer a Jesucristo, es obediente, por que le CREE, San Pedro no sólo cree en Dios, si no que además va más lejos que todos nosotros, Le Cree a Dios, y por que es Jesús quien se lo pide, le cree y le obedece. Jesús lo convierte así en pescador de hombres, pero no como un predicador superficial, si no que le dice a San Pedro que eche las redes mar adentro !!!. Nosotros creemos en Dios?. Nosotros le creemos a Dios?. Nosotors creemos las promesas de Dios?. Nosotros conocemos las Promesas de Dios?. ¿Qué tan Mar Adentro pescamos nosotros?. La Pesca Milagrosa sólo opera Mar Adentro, no lo decimos nosotros, nos lo dice Jesucristo. Amén!!!